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Nueva fase en la Organización de Cooperación de Shanghái y en el conflicto en Ucrania

14 de septiembre de 2022 (EIRNS) — Este año la reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) se llevará a cabo en la histórica ciudad de Samarcanda, Uzbekistán, y participarán en persona los mandatarios de Rusia, China e India, y será el primer viaje al extranjero del Presidente de China, Xi Jinping, desde el inicio de la pandemia de Covid. 

El anfitrión del acto, el Presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, ha indicado que habrá una ampliación de la organización, que se creó formalmente en 2001 con China, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán originalmente, y luego se integraron India y Pakistán en 2017. Ahora con tres observadores, seis socios en diálogo y tres asistentes invitados, entre ellos Turkmenistán, la OCS incluye a la mayoría de Eurasia y funciona como un foro para la cooperación y la garantía de la seguridad y el desarrollo económico mutuo por medio del transporte, la energía y la tecnología. 

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo con relación a la próxima reunión que: “Creemos, al unísono con nuestros camaradas chinos, que la existencia de un mundo unipolar es imposible”. Los cimientos del mundo unipolar empiezan a “crujir y tambalearse gravemente. Está surgiendo una nueva realidad”. La mejora de las relaciones bilaterales entre Rusia y China es parte del nuevo mundo, pero debe considerarse en un contexto más amplio. 

Consideren Afganistán, que actualmente participa como observador en la OCS. En un artículo dedicado a la próxima reunión de la OCS, Mirziyoyev escribió que “Afganistán, que ha desempeñado durante siglos el papel de amortiguador en los enfrentamientos históricos de las potencias mundiales y regionales, debería intentar una nueva misión pacífica de conectar Asia Central y el Sur de Asia”. Los vínculos de transporte internacional que incluyen a Afganistán pueden aportar un desarrollo que resolverá no solo “los problemas socio-económicos, de transporte y comunicación”, sino que también aportará “una contribución importante para garantizar la seguridad regional”. Solo mediante el desarrollo de un Afganistán más estable y prospero, señala el Presidente Mirziyoyev, “podemos crear un espacio de la OCS verdaderamente estable y sostenible con una seguridad indivisible”. 

Piensen en esa frase, “seguridad indivisible”. Esa es la exigencia de que se tomen en cuenta las preocupaciones de todas las naciones. ¿La confiscación de $7.000 millones de dólares del Banco Central afgano perpetrada por el gobierno de Biden, tienen verdaderamente en cuenta los mejores intereses de Afganistán? 

En contraste con la imagen de la “seguridad indivisible” que promueve la conferencia de la OCS, tenemos la maniobra geopolítica que se está llevando a cabo en Ucrania, en donde el objetivo de la operación militar especial de Rusia ha pasado de ser unas fuerzas armadas ucranianas pertrechadas por la OTAN, para ser unas fuerzas armadas de la OTAN con personal ucraniano. En términos del entrenamiento, de las armas, la inteligencia, selección de objetivos y estrategia, la OTAN lleva la batuta cada vez más abiertamente. 

La nueva fase se ve también en la acción de Rusia de eliminar varias centrales eléctricas en la Ucrania controlada por Kiev. Estas acciones sirven como advertencia de que Rusia podría atacar muchas más centrales eléctricas y representa un cambio significativo en la operación militar rusa; Rusia había evitado atacar la infraestructura civil, incluso cuando tenía también un uso militar (como las líneas de ferrocarril, capaces de transportar pasajeros civiles además de tropas y armas). 

En los tensos momentos de la Crisis de los Misiles Cubanos, las pláticas eran posibles todavía y de hecho se impusieron, lo cual evitó un error de cálculo entre Estados Unidos y la URSS, que podría haber escalado rápidamente a un intercambio nuclear. 

Pero hoy en día, el tipo de proceso de conversación necesario para alcanzar un acuerdo negociado que tome en cuenta toda la amplia gama de preocupaciones y logre un acuerdo de seguridad incluyente, no solo es difícil, sino que se le ataca ferozmente con la cínica acusación de que quienes están a favor de la paz, son “terroristas de la información”. 

El Centro para Contrarrestar la Desinformación, del régimen de Kiev, y su sitio electrónico Myrotvorets tienen el propósito no solo de atacar a los partidarios de Rusia contra los intereses ucranianos. Tiene el propósito de atacar a los oponentes del orden geopolítico como tal. El objetivo es impedir la formación de un orden estratégico y económico internacional que elimine el poder del eje oligárquico financiero de la City de Londres, Wall Street y Washington, y sus proyectos geopolíticos “verdes”, como lo ha planteado el Instituto Schiller en sus conferencias. Es por esto que el Instituto Schiller se volvió en el objetivo principal en la lista de enemigos que publicó el CCD y que mantiene Myrotvorets. 

La victoria necesaria no es la de Rusia sobre Ucrania; es la victoria necesaria de un nuevo paradigma.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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