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Desechen a Malthus; más bien, ¡escuchen a Lyndon LaRouche!

16 de septiembre de 2022 (EIRNS) — No se ve ninguna pausa en el temerario plan de Occidente hacia una guerra global, una guerra que, por la lógica de las capacidades tecnológicas militares actuales, conduce inexorablemente a la guerra nuclear. Esto tampoco puede continuar sin fin, una provocación tras otra. Se acerca un punto de quiebre. 

Fíjense en las noticias del jueves: El gobierno de Biden anunció nuevas sanciones económicas a Rusia, esta vez dirigidas a su sistema de tarjetas de pago MIR; al mismo tiempo anunció otros $600 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania. Esto último, que incluye armas, municiones y equipos adicionales de los inventarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos, eleva la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania a unos $15.800 millones de dólares desde el comienzo del presente gobierno, hace menos de dos años. 

Sumándose como una adolescente nihilista estúpida, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Ana Baerboek, propuso ayer que Alemania empiece a enviar inmediatamente sus tanques Leopard a Ucrania, que se sumarán al armamento cada vez más avanzado de la OTAN en la frontera con Rusia. Ucrania exige no sólo esos tanques, sino también armas como el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército de Estados Unidos (ATACMS) de mayor alcance (300 km). 

El mismo día, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia emitió una advertencia directa y muy específica: Si Estados Unidos accede y hace eso, implicará que está cruzando la “línea roja” de Rusia; y entonces Rusia va a considerar que Estados Unidos es “una de las partes del conflicto”, y va a responder en consecuencia. 

No satisfecho con una guerra en contra de una de enorme potencia nuclear, el Senado de Estados Unidos avanzó ayer para provocar aún más a China, cuando el Comité de Relaciones Exteriores del Senado aprobó la mentada Ley de Política sobre Taiwán de 2022, que exigiría a los gobiernos estadounidenses tratar a Taiwán —que históricamente ha sido una provincia de China— “como si fuera designada una aliada importante no perteneciente a la OTAN a efectos de la transferencia o posible transferencia de defensa”. El Ministerio de Asuntos Exteriores de China lanzó una advertencia igualmente inequívoca de que incluso la continuación de las deliberaciones sobre el proyecto de ley, por no hablar de su aprobación, “sacudirá los cimientos políticos de las relaciones entre China y Estados Unidos y causará consecuencias extremadamente graves para las relaciones entre ambos países y para la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”. 

La señora Zepp-LaRouche, fundadora del Instituto Schiller, inició su discurso de apertura de la conferencia del Instituto, celebrada los días 10 y 11 de septiembre, titulada, “Cómo inspirar a la humanidad para que sobreviva a la mayor crisis de la historia del mundo”, con la declaración contundente de que nada de esto es necesario. Resumió la crisis y la solución de esta manera: 

“¿Quién quiere negar el hecho de que estamos ante el momento más peligroso de toda la historia? Déjenme decir esto de manera contundente desde el comienzo: esta crisis sin precedente, multifacética, es totalmente el resultado de políticas erróneas, y por lo tanto se puede corregir”. 

Planteó la pregunta: ¿Cuál es la diferencia fundamental en el método de pensamiento, que está llevando a Occidente a un abismo, mientras que la mayoría de las naciones asiáticas y el Sur global, en general, comienzan a progresar? 

Para entender esto, Zepp-LaRouche recomendó el estudio de los clásicos, el método de pensamiento platónico, que fue adoptada y luego desarrollado por el estadista estadounidense y economista físico, Lyndon LaRouche, su finado esposo y compañero de lucha, como contraste de las ideologías reduccionistas y monetaristas de una “Tierra plana” impulsadas por el “limo baboso” de la oligarquía por milenios, para mantener a la gente estupidizada y bajo su dominio. Esto último se encarna en las “teorías” de Thomas “¡no más gente!” Malthus, del imperio británico. 

En breve: “El ascenso de China es el resultado de una política económica correcta que se hace eco de la teoría de LaRouche; Estados Unidos y Europa se están hundiendo porque prefieren a Malthus antes que a LaRouche. La crisis en Occidente es totalmente autoinfligida, y no el resultado de políticas malvadas de Rusia o China”, dijo Zepp-LaRouche. 

Así pues, como podrán leer a continuación, importantes países asiáticos se reunieron para la inauguración de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Samarcanda, Uzbekistán. Se reunieron en torno a una perspectiva totalmente diferente: que las relaciones entre las naciones y los pueblos deben basarse en el respeto mutuo, los esfuerzos comunes para impulsar el desarrollo económico y la amistad. Los presidentes Xi Jinping, de China, y Vladimir Putin, de Rusia, fueron algunos de los que dijeron directamente que un nuevo paradigma mundial centrado en el fomento del progreso económico es la única forma de salir de la carrera hacia la guerra global. 

Esta Cumbre de la OCS fue en persona, no de manera virtual. Uno de los temas decisivos en el programa de estas pláticas, es cómo establecer de manera rápida mecanismos que lleven a un nuevo sistema financiero internacional que pueda proteger hoy al desarrollo, y por ende a la mayoría de los pueblos de la Tierra, de los “estragos” y los “golpes” que se avecinan rápidamente como resultado del endurecimiento monetario del sistema que la misma Reserva Federal de Estados Unidos había hiperinflado. Las discusiones sobre la salida del dólar se aceleran. 

Grandes cambios están por llegar. Como recomendara Helga Zepp-LaRouche, es el momento para aprender a pensar como Lyndon LaRouche, no como Malthus. 

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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