21 de septiembre de 2022 (EIRNS) — En un abrir y cerrar de ojos, los ciudadanos de las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk, junto con dos regiones del sur de Ucrania, Jersón y Zaporiyia, convocaron sendos referendos para los días 23 y 27 de septiembre, en los que se va a votar si se reincorporan o no formalmente a Rusia. Todas las partes asumen que en una semana, las poblaciones de estas zonas, mayoritariamente de habla rusa, se habrán pronunciado; y la dirigencia rusa ha indicado que de ser así asumirán su responsabilidad. En ese momento, la “operación militar especial” de Rusia habrá terminado, al igual que la guerra “sustituta” de Occidente. Con esas nuevas zonas de Rusia no se podrá jugar. 

Putin ha sido bastante directo y franco; la “operación militar especial” de Rusia, ha sido una pequeña demostración de lo que son capaces. Por seis meses, evitaron destruir la infraestructura civil, cuando habría ayudado a salvar la vida de soldados rusos si se hubiera hecho. Rusia no tiene ningún problema con la población ucraniana, y no tiene interés alguno en hacerles la vida más difícil de lo que ya era. El problema de Putin era el armamento de la OTAN que estaba a las puertas de Rusia, y un elemento neonazi que mantenía a Ucrania como rehén, sin permitir que se cumplieran los Acuerdos de Minsk que habían aceptado. ¿Estaba bromeando cuando dijo que había que abordar los problemas de seguridad de Rusia ¿Está bromeando ahora sobre los peligros de que Occidente arme a Ucrania hasta los dientes?; ¿sobre lo que significa luchar directamente contra los operativos británicos, polacos y estadounidenses en el terreno?; ¿y sobre lo que es y lo que no es la política de armas nucleares de Rusia? 

Los muy listos como siempre geopolíticos occidentales se arrinconaron a si mismos con las sanciones, donde las realidades de la calefacción y la alimentación no son tan fáciles de manejar. (El Reino Unido ya comenzó a experimentar una serie de huelgas importantes en sus puertos y en las estaciones ferroviarias, que están programadas para los próximos diez días). Esta semana están previstos numerosos diálogos directos, de persona a persona, con todas las reuniones paralelas en torno a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU). El canciller ruso, Serguéi Lavrov, el canciller indio, Jaishankar, y el canciller chino, Wang Yi —que vienen de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que se llevó a cabo el pasado viernes en Samarcanda— tienen un carné de baile completo y están, por así decirlo, preparados para el combate. Plenamente conscientes de la fealdad de los desplantes geopolíticos a los que se enfrentarán, están totalmente armados para seguir adelante. Resulta que la capacidad personal de razonar, cara a cara, de tú a tú, con otros líderes, sobre soluciones reales que beneficien mutuamente a los países y regiones, hacen de estos individuos un peligro claro y presente para los geopolíticos. 

¿Será que las salvajes acusaciones contra Rusia sobre “fosas comunes”, y “tortura” de civiles inocentes, etc., van a cegar a los gobiernos y serán incapaces de deliberar racionalmente? Funcionó con las grandes mentiras hitlerianas en torno a la “masacre de Bucha” a principios de abril, encerrando al mundo en un estado mental de guerra permanente. En un sentido, ha paralizado los procesos de pensamiento del mundo occidental a partir del 11 de septiembre de 2001, como consecuencia de no haber escuchado las claras advertencias de Lyndon LaRouche. 

¿Cómo supo LaRouche en 1984 sobre la disolución de la Unión Soviética? ¿Cómo supo de los ataques terroristas en Washington, DC en 2001? 

Serguéi Glazyev, en medio de las operaciones para poner la economía física delante de los instrumentos financieros, planteó las cosas de manera sencilla: los países que están mostrando logros son los que se han beneficiado del enfoque científico de LaRouche y sus soluciones elaboradas de economía física. Hay una abundancia ahí en ese enfoque científico para mantener funcionado las capacidades cognoscitivas y no caer a cada rato víctima de las farsas desesperadas. Seguro, como decía el Presidente mexicano José López Portillo, escuchen las sabias palabras de Lyndon LaRouche; profundizar y dominar su método es esencial ahora para acabar con el peligro existencial que supone la pandilla geopolítica de la “guerra permanente”.