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Lula da Silva tomó posesión como Presidente de Brasil en medio de un gran júbilo y esperanza

2 de enero de 2023 (EIRNS) — En medio de una gran celebración popular y optimismo nacional, Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, tomó posesión el 1º de enero como Presidente de Brasil por tercera vez, luego de haber ocupado el cargo durante dos mandatos entre 2003 y 2010. Debido a que el caído en desgracia ex Presidente Jair Bolsonaro, salió huyendo del país el 30 de diciembre, Lula y su vicepresidente Geraldo Alckmin juraron el cargo ante los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, Arthur Lira y Rodrigo Pacheco, respectivamente. 

En un ambiente festivo, unas 300.000 personas empezaron a congregarse a primera hora de la mañana del domingo a lo largo de la Explanada de los Ministerios de Brasilia para ver a Lula, Alckmin y sus esposa, viajar en un Rolls Royce descapotable hasta el Congreso, donde prestaron juramento. Se calcula que asistieron delegaciones de 120 países, 53 de ellos representados por sus jefes de Estado y de gobierno, además de ministros. 

Huelga decir que hubo un despliegue total de seguridad, tanto de la policía militar como civil, así como de agentes encubiertos. 

Lula asume el cargo en un momento de gran agitación nacional e internacional, en el que Brasil está muy polarizado, por lo que los retos que tiene por delante son grandes. En su discurso inaugural prometió que su presidencia pondrá en marcha una gran “reconstrucción nacional” y pondrá fin a la “destrucción nacional” que causó Bolsonaro. Agradeció la “conciencia política” del pueblo brasileño por su elección, y dijo que la democracia fue la verdadera vencedora, que “derrotó a las más violentas amenazas a la liberta del voto”, según la reseña que publicó Infobae. 

“Con los vientos de la democratización que soplan, decimos ‘¡dictadura nunca más’!” Luego de anunciar que ese día firmaría medidas para la reorganización completa del Poder Ejecutivo, de modo que vuelva a funcionar de manera “racional y democrática”, declaró con firmeza que “el mandato que hemos recibido, frente a los adversarios inspirados en el fascismo, se defenderá con los poderes que confiere la Constitución a la democracia. Al odio responderemos con amor. A la mentira, con la verdad. Al terror y la violencia responderemos con la ley y sus más duras consecuencias”. 

Algunas de las prioridades que enumeró son: 

• Retomar la integración Iberoamérica, fortalecer la cooperación con los BRICS, establecer mayores vínculos con las naciones africanas; fortalecer el Mercado Común del Sur (Mercosur) y recrear la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas). Mantener un diálogo activo no solo con los gobiernos regionales, sino también con los gobiernos del mundo. 

• Atender a los 33 millones de brasileños que han quedado en la pobreza y garantizar que todos los ciudadanos tengan tres comidas al día. Restaurar todos los servicios públicos y programas contra la pobreza que canceló Bolsonaro. Los presupuestos para salubridad, educación, cultura y ciencia y tecnología deben restaurarse, dijo, ya que Bolsonaro había dejado esas arcas vacías. 

• Ambientalismo: lograr la “deforestación cero” de la Amazonía y la emisión cero de gases de efecto invernadero. Esta es la vulnerabilidad de Lula, que deja a su gobierno abierto a las maquinaciones de la mafia verde y la agenda maltusiana del Gran Reajuste. 

• Revertir e investigar la política “genocida” de Bolsonaro sobre el Covid, que produjo 36,3 millones de casos y 694.000 muertos en Brasil.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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