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Escalada en la militarización en occidente; esto hay que detenerlo ya

8 de enero de 2023 (EIRNS) — Para la primera semana del año, la escalada de la militarización y la confrontación en Occidente dio un salto, no solo en Ucrania, con lo que el peligro de guerra general se hace más probable. No es momento de reposo en la movilización para dar la voz de alarma en todas partes, y más aún para organizar la alternativa de paz por medio del desarrollo. 

Para el 20 de enero está programada la próxima reunión del llamado Grupo de Contacto en Defensa de Ucrania, en la base militar estadounidense de Ramstein, en Alemania. Esta es la octava de esas reuniones, que son todo un espectáculo para presionar a los “aliados” a seguir prometiendo más armas para Ucrania y fijarse “objetivos”. El Departamento de Defensa de Estados Unidos hizo su propia exhibición el 6 de enero para anunciar otro cargamento de equipo militar estadounidense para Ucrania por un valor de $3.000 millones de dólares, y dio a conocer una Ficha Técnica con una larga lista de las entregas de armas hasta la fecha y las que hay por venir. Francia, por su parte, se comprometió a enviar vehículos blindados de transporte de personal. El mismo día, el Asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, llamó a las autoridades italianas para presionarlas a que envíen más armamento a Ucrania. Y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, habló por teléfono con su homóloga de Alemania, Christine Lambrecht, a quien elogió por la decisión de su país de “proporcionar más capacidades militares a Ucrania, entre ellas una batería de defensa antiaérea Patriot y vehículos de combate de infantería Marder”. 

Para la presidente de la Comisión de Defensa del parlamento alemán, Marie-Agnes Strack-Zimmerman (del Partido Demócrata Lliberal), eso no es suficiente. Le declaró al periódico alemán Neue Osnabrücker Zeitung que el suministro de los Marders no es suficiente. “Los socios europeos esperan que Alemania se prepare también para aportar algunos carros de combate Leopard”. 

Otro de los lunáticos belicistas que salió a promover la Tercera Guerra Mundial fue el orate John Bolton, el ex Secretario de Seguridad Nacional que hasta Trump consideró “extremista”; Bolton anunció su candidatura presidencial para las elecciones de 2024, muy oportunamente, en el programa “Good Morning, Britain” de la televisión británica. El plan de Bolton consiste en exigir a la OTAN que se ponga mucho más dura con Rusia y con China también. 

Al mismo tiempo, los voceros de la OTAN Global en Estados Unidos informaron que públicamente que van a seguir con el entrenamiento a los militares ucranianos y el apoyo a “nuevas operaciones coordinadas”. El 6 de enero, tanto el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, como la subsecretaria de Defensa para Eurasia, Laura Coopera, dieron sendos informes a la prensa sobre los planes para elevar la capacidad de las fuerzas armadas de Ucrania. 

Kirby declaró que el envío a Ucrania de vehículos de combate de infantería Bradley ayudará a seguir con una “guerra de maniobras con armas combinadas”, Explicó que “recordarán que el Pentágono acaba de decir que va a empezar a entrenar, a nivel de batallón, a tropas ucranianas fuera del país en maniobras de armas combinadas”. 

Cooper declaró que el nuevo paquete de armas para Ucrania “cambiará la dinámica en el campo de batalla”, ya que “estas capacidades complementarán y trabajarán con el entrenamiento ampliado dirigido por Estados Unidos que comienza este mes y que desarrollará la capacidad de Ucrania para llevar a cabo maniobras conjuntas y operaciones combinadas”. 

La premisa de estos planes es mantener el combate en Ucrania por tiempo indefinido. Cuánto de esto es pura ficción, y cuánto realidad es una pregunta pertinente. Pero de cualquier modo, esa política es pura locura. Más aún, la misma locura se está llevando a cabo en la concentración de fuerzas militares y los ejercicios militares en Asia, enfocados contra China y contra Rusia como objetivos. 

Le preguntaron el 6 de enero al portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en el Centro de Prensa Extranjera, que si la nueva política de militarización de Japón no es una amenaza en el Pacífico. Price se esforzó todo lo que pudo para negarlo, y repitió una y otra vez “no hay ninguna amenaza”. Dijo que la intención de Tokio es avanzar hacia “un Indo-Pacífico libre y abierto”, algo que comparte Estados Unidos plenamente. 

Pero esta semana se van a conversar el 11 de enero compromisos militares mutuos en Washington, DC, en el formato 2+2 entre los ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores de Japón y de Estados Unidos. Luego el 13 de enero el Primer ministro de Japón, Fumio Kishida, visitará al Presidente Joe Biden en la Casa Blanca. 

La embajada de Rusia en Berlín sacó un comunicado en el que expresa que nos encontramos en los “límites morales” de cómo puede seguir la militarización y el envío de armas de Alemania a Ucrania. Pero este concepto se aplica ahora a muchas localidades. 

Los diálogos y conferencias que ha organizado el Instituto Schiller y sus redes y colaboradores en todas partes juegan un papel histórico mundial decisivo para forzar un cambio drástico de última hora en este escenario del fin del mundo. 

El impacto del Instituto Schiller se reconoce también de manera negativa en el hecho de ser una de las entidades prominentes, junto a otras personalidades, así como al “Movimiento LaRouche” en la lista negra que publicó ahora el diario insignia de la casta financiera, el Wall Street Journal, en un artículo editorial del 6 de enero firmado por un individuo  que forma parte integral de las redes que despliegan a la operación de la lista de asesinatos de la Comisión para Contrarrestar la Desinformación (CCD) del régimen de Kiev, y financiada por el Departamento de Estado de Estados Unidos. 

El artículo se titula “Putin’s American Cheerleaders”(Los porristas estadounidenses de Putin) firmado por Adrian Karatnycky, miembro del Consejo Atlántico, el centro de estudios de la OTAN en Estados Unidos. El tipo da una lista de personas a las que denuncia por “cooperar con propagandistas oficiales [rusos] que baten el tambor a favor de un Estado que perpetra crímenes de guerra y atrocidades en masa”, entre las cuales menciona a la ex congresista demócrata Tulsi Gabbard, el presentador de Fox News Tucker Carlson, a Jeffrey Sachs, a la representante republicana Marjorie Taylor Greene, y a otros. Dice que “la mayoría  de los invitados estadounidenses en los medios rusos provienen de la periferia, como el ex senador estatal de Virginia Richard Black, que se asocia con el Instituto Schiller del movimiento de Lyndon LaRouche, y Scott Ritter, un ex oficial de inteligencia estadounidense amargado y caído en desgracia convertido en crítico de la guerra en Iraq”. Notablemente, el tipo no menciona a la fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, que encabeza la lista negra del CCD ucraniano..

Precisamente hoy 8 de enero, Helga Zepp-LaRouche dará la conferencia inaugural en un panel internacional por internet, organizado por Diane Sare en Nueva York, candidata al Senado de EU por Nueva York para el 2024. Zepp-LaRouche señaló hoy que “nos encontramos en una situación muy preocupante”, dada la determinación de quienes siguen desplegándose para desatar una guerra. No se trata solo de Ucrania. Urge que la gente se despierte y no se limite a “seguir”, sino a movilizarse y hacer oír su voz. 

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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