La epifanía de los Diez Principios
16 de enero de 2023 (EIRNS) —En lo que constituyó una conmemoración simultánea de la Epifanía (occidental) y la Navidad (oriental), el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, atendiendo a la petición del Patriarca Kirill, cabeza de la Iglesia Ortodoxa Rusa, declaró un alto el fuego en la operación militar especial, que comenzó a mediodía del 6 de enero y finalizó a medianoche del 7 de enero, día de Navidad. Esa “tregua de Navidad”, la habían solicitado y respaldado muchas autoridades religiosas en el sector transatlántico también, y figuraba como una expresión de la campaña de los "Diez Principios" del Instituto Schiller, contra la guerra y por el desarrollo económico. Aunque los dirigentes ucranianos rechazaron la tregua, los cristianos de todo el mundo, incluida la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, ahora suprimida en ese "bastión de la democracia y la tolerancia", saben ahora quién respeta realmente la idea de "Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad".
Recordemos la declaración del Instituto Schiller del 19 de diciembre: "A un paso de la aniquilación nuclear de la Humanidad: ¡Una tregua de Navidad para todos!". La declaración promueve la difusión internacional de la interpretación de la composición polifónica "Dona Nobis Pacem" por pequeños y grandes coros, acción que tuvo lugar en muchos lugares antes y el 24 y 25 de diciembre, fecha tradicional de celebración de la Navidad en el cristianismo occidental. Lo mismo se difundió ese fin de semana de Navidad oriental y también después. (Para quienes lo deseen, esa canción podría combinarse provechosamente con el himno "We Shall Overcome" (Venceremos) de cara a la celebración del 14 al 16 de enero del cumpleaños del reverendo Dr. Martin Luther King).
En su objetivo fundamental, esa acción, ese ejercicio espiritual, ha demostrado ahora su éxito. El hecho de que Ucrania lo repudiara, así como el gobierno de Estados Unidos y algunos miembros de la OTAN, es una de inculparse. ¿Qué dice eso de la imagen del hombre que esos gobiernos, y sus armas de guerra, representan de hecho?
En el día de la Epifanía, en el pasado era tradición en algunas partes, sumergirse en agua helada. Tal vez los funcionarios de los gobiernos que no adoptaron la tregua, debieron de haber tomado esa tradición. Esto, o un choque sistémico similar que rompa axiomas, se debe aplicar a las instituciones de autogobierno muertas de cerebro, de mente y de alma, las mentadas "democracias" del sector transatlántico. Solo los principios clásicos de la poesía equivalen a esta tarea; ninguna política pragmática va a funcionar. Lo más apropiado sería recordar aquí la advertencia del clasicista Ray McGovern de que una Metanoia, una inversión de la mentalidad —como la manifestada por el Presidente John F. Kennedy sólo unos meses después de la Crisis de los Misiles de Cuba, en su propuesta de una misión conjunta de Estados Unidos y la Unión Soviética a la Luna— es el único camino seguro hacia la paz. Pero someterse a una Metanoia, rechazar la arrogancia de los axiomas que matan, es una elección.
La Metanoia es lo que Hamlet se rehusó a experimentar, aterrorizado cuando fue confrontado por, no el fantasma de su padre asesinado, sino la necesidad de reunir la pasión necesaria para la misión que le encomienda el fantasma de su padre, también llamado Hamlet. Sin embargo no es Hamlet el que es trágico. Es la podredumbre de Dinamarca, que Hamlet se niega a superar, es la sustancia de la tragedia, como nos ocurre a nosotros hoy. ¿No es ésta nuestra circunstancia actual en las democracias transatlánticas, que emplean sicarios económicos y "chacales" asesinos como ejecutores de los "derechos humanos" y de la "salvación del planeta" para las oligarquías financieras?
Consideremos el diálogo del Rey Hamlet y Hamlet del Acto 1, Escena 5 de Shakespeare. Reflexiona sobre el pueblo de Estados Unidos —y otros en el mundo transatlántico— que este mes que pasó, una vez más se vio confrontado con la verdad de su presciencia sobre el buró internacional de asesinatos responsable de la muerte de John Kennedy:
Fantasma: …Ahora, Hamlet, escucha.
Se esparció la voz de que durmiendo en mi huerto,
me mordió una serpiente. Así, todos los oídos de Dinamarca,
con esta fabulosa invención acerca de mi muerte,
fueron terriblemente engañados; pero tú debes saber, noble mancebo,
que la serpiente que le quitó la vida a tu padre,
ahora ciñe su corona.
Hamlet: ¡Oh, alma profética!
En la epifanía de Hamlet sobre el asesinato de su padre rey, el fantasma de Hamlet no le dice nada que Hamlet no supiera ya. De hecho, así ocurre con el pueblo estadounidense, disponga o no en la actualidad de "los archivos" sobre los asesinatos de John y Robert Kennedy, Martin Luther King y Malcolm X.
La Epifanía también se asocia con la idea de un regalo. Tradicionalmente se dice que los Tres Reyes Magos llegaron doce días después del nacimiento del Nino Jesús, trayéndole oro, como expresión del poder terrenal; incienso, que expresa la naturaleza divina; y mirra, utilizada en los embalsamamientos, para representar la mortalidad humana. Aunque los regalos son ofrendas, los tres representan capacidades ("Capax Dei"), no dadas a Jesús, sino reconocidas por los "reyes gentiles" como "en Él". Ellos hicieron un viaje similar al de Dante para hacer un reconocimiento, por medio de su estudio de los cielos, como en el Paraíso, (de La Divina Comedia), y es esto lo que encarna la metáfora de los regalos. Ellos viajaron para recibir un regalo, no para dar uno.
El Vaticano ha demostrado recientemente, mediante un ejercicio espiritual del principio de epifanía, su capacidad para llevar a cabo la "diplomacia ontológica" que llevó a cabo el cardenal Nicolás de Cusa al organizar el Concilio de Florencia de 1439, que pretendía unificar Oriente y Occidente. La reciente disculpa del Papa al pueblo ruso, tan rápidamente aceptada por ese gobierno, que respondió un día después que "El incidente ha terminado; el asunto está cerrado", es un ejemplo de esa diplomacia, y un regalo de epifanía para la humanidad. Su precio fue la admisión de una falta, lo que condujo al inicio del restablecimiento de una posible base de confianza.
En una era termonuclear, si desaparece toda confianza, la actual escalada de conflictos sólo puede acabar de una manera. Sin embargo, sin una comprensión de la base ontológica, no pragmática, para llegar a un acuerdo sobre la naturaleza de la humanidad, ¿cómo puede darse una diplomacia de este orden superior? La paz mundial nunca podrá alcanzarse mediante el materialismo geopolítico, que es intrínsecamente maltusiano y, por tanto, antihumano. La destrucción y la guerra son, en última instancia, el único producto que puede cosechar la geopolítica.
Otro ejemplo de diplomacia superior: Tomen el foro que organizó Helga Zepp-LaRouche para el martes 10 de enero, “Señora Merkel: ¿le preocupa en algo el derecho internacional?”. Un extracto de la invitación a este foro dice que “Durante años, la línea ha sido que las sanciones contra Rusia sólo podrían levantarse si se aplicaban plenamente los Acuerdos de Minsk. Pero si la conclusión de esos acuerdos fue sólo de dientes para afuera, ¿cuál era la intención” de la Merkel y Hollande?
Se refería a lo que reveló Merkel el mes pasado de que, “los Acuerdos de Minsk del 2014 tenían la intención de darle tiempo a Ucrania. También utilizar este tiempo para fortalecerse como estamos viendo hoy. La Ucrania del 2014 y 2015 no es la Ucrania moderna”. Por esta razón, muchas personas, entre ellas recientemente Oscar Lafontaine, de Alemania, y Pierre de Gaulle, de Francia, han denunciado tanto al ex Presidente de Francia, Hollande, como a la ex Canciller de Alemania, Angela Merkel. Pero el título del foro hace referencia a un episodio de la obra 'Fausto' de Goethe. ¿Han hecho Francia y Alemania un pacto con el diablo?
Si el pueblo estadounidense se niega a desmantelar el buró internacional de asesinatos que no sólo ha asesinado a Presidentes estadounidenses, sino también a líderes en Alemania, Italia, el Congo, Irán, y ahora amenaza obscenamente con “decapitar a Rusia” es decir, asesinar a Vladimir Putin, ¿hasta cuándo es aceptable seguir diciendo, “bueno, en realidad no es el pueblo, son sólo sus líderes”? Pero, ¿de dónde vienen esos dirigentes? Si, como a veces se ha afirmado, “los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”, ¿de quién es la responsabilidad de dirigir? La Revolución Americana institucionalizó el principio de “Juana de Arco” del cambio social. Todos somos personas “dotadas por el Creador de ciertos derechos inalienables”, y por lo tanto (tenemos aquí una epifanía) de una responsabilidad inalienable. Cuandoquiera que cualquier gobierno se vuelve destructivo para los fines de la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad, no es solo un derecho sino un deber de los gobernados “alterarlo o abolirlo”, de “instituir un nuevo gobierno, asentando sus bases sobre tales principios y organizando sus poderes en tal forma” que se produzcan los cambios en la economía física y las condiciones de vida esenciales para la promoción del Bienestar General de la sociedad en su conjunto.
Las conferencias y simposios organizados por el Instituto Schiller y el movimiento LaRouche internacionalmente, durante las primeras semanas de enero, son ocasiones todas ellas para revelar y confrontar a la gente con la sorpresa, la Metanoia, de que sus acciones, impregnadas de los Diez Principios para una Nueva Arquitectura Internacional de Desarrollo y Seguridad, son el regalo que la humanidad necesita para catalizar un nuevo nacimiento de la justicia y la libertad. Somos nuestro propio “regalo de Reyes Magos”, si es que elegimos serlo, en lugar de lo contrario.
Pueden ver la conferencia (archivada) “Revivir la verdadera misión del Dr. Martin Luther King, Jr.: Parar la guerra mundial de la OTAN y desmantelar el ‘buró internacional que asesinó a Kennedy’”, con interpretación al español en este enlace: larouchepub. com/spanish/events/ 2023/si-simposio-mlk-jfk-0114.html
Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com


