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Enfrentemos esta malvada marcha hacia la Tercera Guerra Mundial con un optimismo implacable

27 de enero de 2023 (EIRNS) — El espectáculo de los “Tanques para Ucrania” de ayer, una tonta y peligrosa pieza de teatro, destinada principalmente a mantener a Europa en un perpetuo estado de conflicto, provocó que no pocas fuerzas de todo el mundo indagaran hoy en sus propios principios. En “el mejor de los mundos posibles” de Gottfried Leibniz, ciertamente la maldad es posible, sin embargo el mejor ángel de la naturaleza humana siempre tiene la capacidad de elevarse por encima de la ocasión, forjando un bien mayor del que hubiera sido posible. Hoy hemos tenido más de un ejemplo. 

El Presidente de Suiza, Alain Berset, no solo dio por eliminada la posibilidad de que el país vaya a enviar armas a Ucrania, sino que explicó en televisión que Suiza goza de una cualidad única de “neutralidad”. Su papel, como se refleja en las Convenciones de Ginebra, es mucho más importante que sumarse al desfile de quienes van a suministrar armas. “Hoy, no es el momento de cambiar las reglas” en contra de la exportación de armas. “Tampoco es el momento de cambiar las reglas de la neutralidad. Por el contrario, es hora de recordar nuestros principios fundamentales, de seguir comprometidos con ellos y de encontrar un camino correcto para el país en esta situación”. Suiza tiene “un papel diferente al de otros Estados”. 

Era su deber defender una parte decente de la civilización Occidental. En un momento en que Japón se enreda en capacidades bélicas ofensivas, y Alemania ha roto su compromiso de “nunca más”, de no enviar nunca armamento a una zona abiertamente hostil (compromisos sagrados de décadas nacidos del ardiente deseo de no repetir las tragedias del pasado) la reafirmación que hace Suiza de un principio real no debería pasar desapercibida. 

En el parlamento alemán, el canciller Olaf Scholz fue enfrentado abiertamente por Petr Bystron, parlamentario de AfD (Alternativa para Alemania), por abandonar el principio de “nunca más”, y declaró que la posición de Scholz contrasta fuertemente con el legado de predecesores del SPD como Willy Brandt y Helmut Schmidt, que habían “hecho mucho por la paz y la reconciliación”. (Scholz admitió que había abandonado esos principios del SPD, pero que fue Rusia quien le obligó a hacerlo). Otro parlamentario, Sevim Dagdelen, del partido Linke, culpó a Estados Unidos, pero sobre todo a los “neoconservadores” de Alemania, los Verdes y los Liberales, de empujar a Alemania por este ominoso camino. Asimismo, recordó útilmente que “los libros de Brzezinski… de muchos grupos de presión de Estados Unidos”, que “siempre fue un objetivo” de esas “élites destruir la relación entre Alemania y Rusia”, lo que no podía sino situar los acontecimientos actuales a la luz de la geopolítica de los años treinta. Le caería muy bien a Alemania tener más de esas discusiones. 

Un coro de voces se dejó escuchar en Rusia, centrándose en una reacción completamente ignorada que espera a Occidente, cuando se retransmita la imagen de los tanques alemanes rodando por Ucrania. El Ministro del Interior de Rusia dijo que invocaba la “memoria histórica” entre los rusos “de los crímenes de las fuerzas de Hitler y sus compinches los banderistas, en Ucrania”. Nikolay Mezhevich, del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias Rusa, comentó: “Quienes se nos oponen no comprenden realmente que la presencia de los tanques alemanes en el espacio postsoviético significará un punto de inflexión en la mentalidad de la opinión pública rusa. Los alemanes se verán obligados a sentir las consecuencias de su decisión”. Y Andrey Kortunov, director general del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales, explicó que también tuvo consecuencias para los alemanes, dado que Occidente “no le permite a los alemanes escuchar su voz interior”. Hay “una pesada carga de simbolismo político para el pueblo de Alemania, que volverá a ver tanques alemanes en Donbás... esto trae a la mente varias asociaciones desagradables también para los alemanes”. 

En Estados Unidos, el congresista republicano Paul Gosar, en su declaración sobre la “Imprudente decisión de Biden de intensificar la guerra y enviar tanques a Ucrania”, condenó la “peligrosa e imprudente escalada [de Biden], igualada por una escalada histórica de Alemania, que ahora ha violado su política de no intervención posterior a la Segunda Guerra Mundial… Esta guerra tiene que resolverse y Estados Unidos debería ser un pacificador, no un belicista”. El ex Presidente Donald Trump fue sucinto, y exento de su populismo ramplón: “PRIMERO VIENEN LOS TANQUES, LUEGO VIENEN LAS ARMAS NUCLEARES. Acabemos ya con esta guerra de locos. ¡Tan fácil de hacerlo!”. 

El artículo de Medea Benjamin, de la organización pacifista “CodePink”, titulado, “What Can the United States Bring to the Peace Table for Ukraine?” (¿Qué puede aportar Estados Unidos a la mesa por la paz en Ucrania?), recuerda a los lectores una época en la que incluso el Presidente Zelenski dejó de jugar a héroe de cómic y el 27 de marzo de 2022 se dirigió a su país para hablar de que Ucrania aceptara un estatus de neutralidad y llegará a un acuerdo con Rusia. Ella sugiere que ahora Estados Unidos podría simplemente aportar algo a la mesa por la paz al respaldar la “neutralidad de Ucrania” y acordar en “participar en el tipo de garantías de seguridad que Ucrania y Rusia acordaron en marzo [del 2022], pero que Estados Unidos y el Reino Unido rechazaron”. 

Por último, los Veteranos Profesionales de Inteligencia por la Cordura (VIPS por sus siglas en inglés) presentaron un “Memorando de emergencia” al Presidente Biden, que destripa la incompetencia temeraria detrás de lo que Biden está recibiendo como inteligencia, diciéndole sin rodeos que ha perdido su guerra en Ucrania, y en el proceso ha llevado a Rusia y China tan cerca, que Estados Unidos ahora se enfrentan a dos potencias nucleares unidas en cualquier enfrentamiento. Por otra parte, “Putin ha oído de labios del secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, que ‘Uno de los objetivos de Estados Unidos en Ucrania es ver a una Rusia debilitada… Estados Unidos está dispuesto a mover cielo y tierra para ayudar a Ucrania a ganar la guerra contra Rusia’|”. Y Putin y Rusia ven eso como una amenaza existencial. “¿Puede Estados Unidos alcanzar la meta de Austin? No puede hacerlo sin utilizar armas nucleares”. 

Los VIPS concluyen diciendo que: Por lo tanto, es necesaria una válvula de escape por el bien de Estados Unidos y de Ucrania. Retomar la sugerencia de Putin de que Moscú “podría aceptar detenerse antes de tomar Odesa, a cambio de concesiones de Estados Unidos, la OTAN y Ucrania… Algún tipo de zona desmilitarizada desde Odessa hacia el norte, aproximadamente a lo largo del [río] Niéper. Esto le daría a Ucrania acceso al mar… Es muy fácil para ellos resolver este problema: enviar la señal apropiada a Kiev según la cual deben cambiar su posición a buscar una solución pacífica a estos problemas. Y eso es todo”. 

Pueden leer su memorando (en inglés) en este enlace:
original.antiwar. com/Veteran-Intelligence-Professionals-for-Sanity2/2023/01/25/leopards-vs-the-russian-bear/
 

Nadie quiere más maldad en el mundo. Pero cuando aparece, debemos estar a la altura de las circunstancias. 

Y recuerden que el 27 de enero celebramos la libertad del preso político, Lyndon H. LaRouche, y el cumpleaños del genio, Wolfgang Amadeus Mozart, los dos, fuerzas de un optimismo inquebrantable.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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