31 de enero de 2023 (EIRNS) — Donald Ramotar fue Presidente de Guyana (2011-2015) y miembro del parlamento. El es uno de los firmantes de la “Carta abierta a Su Santidad el Papa Francisco de parte de dirigentes políticos y sociales” en la que acogen su llamado a las negociaciones de paz. Este artículo se publicará en la próxima edición del semanario Executive Intelligence Review y se ha circulado ya en varios idiomas. (La Comunidad del Caribe, CARICOM, se estableció en 1973 y la integran 14 Estados nacionales y una dependencia). 

Rusia, Ucrania y la CARICOM 

Por Donald Ramotar, ex Presidente de Guyana 

El 22 de junio de 1941, cuando las hordas nazis de Hitler atacaron la Unión Soviética, lo hicieron con toda la potencia de Europa a su disposición. Hitler ya había conquistado toda Europa Occidental (excepto Italia, aunque era un aliado de Hitler), y estuvo utilizando sus industrias y hombres para atacar Rusia. 

Fue una guerra brutal. Sin embargo, Rusia logró expulsar a las hordas de Hitler de su territorio y procedieron a liberar Europa, incluyendo a Alemania y a Francia. Les costó entre 20 y 30 millones de vidas soviéticas, principalmente rusas. 

Hoy la historia parece repetirse. Rusia, nuevamente, bajo las garras de la guerra; esta vez, no se enfrenta solo con Europa, sino también con Estados Unidos, Reino Unido y Canadá. Las consecuencias de esta guerra pueden ser más que devastadoras que la que tuvo lugar hace 82 años. 

Efectivamente, esta guerra está poniendo a todo el mundo en grave peligro. Esto se debe a que las fuerzas organizadas contra Rusia incluyen tres potencias nucleares: Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Y Rusia también tiene un arsenal considerable de estas armas de liquidación masiva. 

La alianza militar de Occidente, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), provocó deliberadamente esta guerra, amenazando con extender a la OTAN hasta la frontera de Rusia con Ucrania. Esto significa que estacionarían sus bases militares con armas nucleares, justamente a las puertas de Rusia. 

Esto lo hicieron después de que el último líder soviético ruso, Mijaíl Gorbachov, recibiera la promesa de que si Rusia retiraba las tropas que tenían estacionadas en Europa Oriental, la OTAN no movería sus tropas ni una pulgada más hacia Rusia. Esto ha resultado ser un fraude enorme. 

Ahora sabemos también, de primera mano, que las negociaciones que condujeron Estados Unidos y sus aliados con Rusia fueron meramente para darse tiempo para preparar una guerra a gran escala con Rusia. 

Esa revelación vino más recientemente, de Angela Merkel, la ex Canciller de Alemania, y del ex Presidente de Francia François Hollande, quienes revelaron que firmaron un acuerdo con Rusia, pero que no tenían la intención de cumplirlo. La intención real fue preparar a Ucrania para llevar a cabo una guerra contra Rusia. Este acuerdo, conocido como los Acuerdos Minsk, fue para dar a las zonas donde el pueblo ruso era predominante en Ucrania, un grado de autonomía. Esas partes se mantendrían como parte de Ucrania. 

El principal propósito Occidente fue ganar tiempo para armar y preparar a Ucrania para librar la guerra con Rusia. Mientras tanto, se mantuvieron en silencio, mientras el ejército ucraniano seguía bombardeando al pueblo ruso en Donetsk y Lugansk, asesinando a miles de civiles. 

Habiendo engañado a Rusia con la firma de los acuerdos que nunca se proponían sostener, habiendo rechazado decir que no apoyaban la membresía de Ucrania en la OTAN para que fuera una entidad neutral, forzaron, prácticamente, a Rusia a lanzar una misión militar para mejorar su propia seguridad y defender al pueblo ruso que vive en el este de Ucrania. 

Ahora que Rusia ha logrado derrotar casi a las fuerzas fascistas en Ucrania, Estados Unidos, Canadá y Europa están enviando más armamento a Ucrania. Tienen también considerables fuerzas mercenarias en Ucrania, dado que ahora dicen abiertamente que su principal objetivo es la derrota de Rusia. 

La única voz que está pidiendo la paz es la del Papa. Los mandatarios de la OTAN le están ignorando. 

Lo que es de gran preocupación no es solo la innecesaria pérdida de vidas, vidas rusas y ucranianas, sino el peligro de una guerra nuclear. Tal guerra significaría la extinción de la vida en nuestra Tierra. 

Por lo tanto, todos debemos estar preocupados, dado que todos pereceríamos en tal situación. 

Es más, no estamos desamparados en estas circunstancias. Es imperativo que hagamos oír nuestra voz. Estamos unidos dentro de nuestra región en la Comunidad del Caribe. Somos una alianza de catorce países. Esto es muy significativo. Nuestra influencia colectiva en la escena internacional es grande. Sin embargo, los mandatarios de la Comunidad del Caribe deciden apoyar a Estados Unidos y la OTAN mediante su voto en la ONU y guardar un silencio vergonzante fuera de la ONU. 

Cuando se ven obligados a decir algo, oímos el murmullo de que “Rusia invadió Ucrania”. Esto, por supuesto, ignora todo lo que llevó a Rusia, un país que conoce las guerras y que las aborrece, a tomar las medidas que tomó. 

Es el momento de que la Comunidad del Caribe en su conjunto, y los países que la componen individualmente hagan sentir su presencia por la paz. Deben denunciar la escalada que está dándose ahora mismo con el envío a Ucrania de más armas, nuevos tanques, etc. 

Después de todo, ¡la alianza tiene una responsabilidad por el bienestar y la seguridad de sus pueblos! Nuestros dirigentes deben cumplir con su deber para con el pueblo caribeño. 

Pidamos negociaciones inmediatas y garanticemos la seguridad y la paz de todos los países. Un paso inmediato es añadir tu nombre, como hice yo, a la creciente lista de firmantes internacionales de la “Carta Abierta al Papa Francisco” de dirigentes políticos y sociales, en apoyo al llamado de negociaciones de paz inmediatas con garantías de seguridad para todos los países. (Carta abierta a Su Santidad el Papa Francisco, de parte de dirigentes políticos y sociales: Acogemos con satisfacción su llamado a las negociaciones de paz inmediatas (larouchepub.com)).