Go to home page

El ventrílocuo y el muñeco

26 de abril de 2023 (EIRNS) — El teatro de guerra ucraniano de la guerra sustituta de la OTAN contra Rusia sigue su trayectoria de enfrentamiento anticipado entre superpotencias, con la cháchara incesante que difunden las autoridades ucranianas, desde el Presidente Zelenski hacia abajo, sobre una próxima “contraofensiva” ucraniana que incluirá la toma del control de Crimea, que sería el detonante de una guerra nuclear. Funcionarios rusos de alto nivel siguen advirtiendo, en cada oportunidad, adónde conduce esa trayectoria: a “una Tercera Guerra Mundial caliente y a gran escala”, como declaró ayer el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev.

En una situación estratégica tan inestable, es fundamental no perder de vista aquí quién es el muñeco (ese cómico profesional asignado a la Presidencia ucraniana) y quién es el ventrílocuo. Como dijo ayer la embajada de Rusia en Londres en un comunicado: “Londres no conseguirá trasladar la culpa de sus crímenes a sus clientes de Kiev”.

De hecho, todos los caminos conducen a Londres.

Por ejemplo, está la autoría del imperio británico de los planes dementes para destrozar a Rusia y eliminarla por completo como nación, que Estados Unidos está promoviendo activamente en un espectáculo itinerante esta semana y que documentaremos en un próximo artículo de EIR. Más importante aún es el colapso del sistema financiero transatlántico en bancarrota (controlado por la City de Londres y sus socios menores en Wall Street) que es la causa subyacente del impulso hacia la guerra.

Apenas seis semanas después de que quebrara el Silicon Valley Bank el 10 de marzo, la crisis del sector bancario estadounidense ha vuelto con fuerza, con el First Republic Bank de California a la cabeza. Con unos $100.000 millones de dólares en depósitos que han salido en estampida del banco desde principios del 2023, y el desplome del valor de sus acciones hasta rozar la categoría de basura durante la última semana, las autoridades suspendieron su cotización en la mañana del miércoles 26 de abril.

El diario londinense Financial Times publicó a última hora del martes 25 de abril un preocupante artículo titulado, “Sharp Sell-Off in First Republic Shares Causes Alarm in Washington” (La fuerte caída de las acciones del First Republic causa alarma en Washington), que transmite un sombrío presagio a sus lectores: "funcionarios del gobierno y reguladores andan en prisas para salir con un plan", y los directivos bancarios están "en contacto con el gobierno estadounidense, que está en alerta máxima". Las opciones sobre el tapete son todas las mismas malas opciones a las que se enfrentaron a mediados de marzo en el caso del Silicon Valley Bank, que al igual que el First Republic, es un banco de tamaño mediano muy implicado en iniciar empresas tecnológicas y otros tipos de especulación: a) dejar que quiebre y que el contagio se extienda por todo el sistema financiero especulativo; b) hacer que la Corporación Federal de Seguros a los Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) exceda su autoridad reguladora de asegurar los depósitos sólo hasta $250.000 dólares y, en su lugar, rescatar a todos los depositantes del First Republic (la táctica utilizada con Silicon Valley); o c) convencer a media docena de megabancos para que intervengan y compren el First Republic, incluida toda la basura especulativa no rentable de sus libros.

Al otro lado del Atlántico, el Union Bank of Switzerland (UBS), actualmente el tercer banco más grande de Europa, está sudando la gota gorda sobre cómo va a tragar, y presumiblemente digerir, toda la basura financiera que aceptó absorber del quebrado Credit Suisse, que se hundió el 19 de marzo, justo después del Silicon Valley Bank. El UBS está tan entrelazado con la burbuja mundial de derivados que el Consejo de Estabilidad Financiera lo considera un “banco de importancia sistémica mundial”, lo que significa que hay que mantenerlo a flote o todo el sistema podría implosionar.

Pero la dura realidad es que la burbuja especulativa de 2.000 billones de dólares no puede mantenerse a flote. Todo el sistema va a implosionar. Y la única pregunta abierta es si los pueblos de Estados Unidos y Europa serán lo suficientemente inteligentes y valientes como para exigir a sus gobiernos que se bajen de ese Titanic que se hunde, mientras la supervivencia aún es posible. Como dijo Helga Zepp-LaRouche en su diálogo semanal por Internet, hoy: “El peligro de guerra, en mi opinión, aumenta día a día. Paso a paso nos acercamos a una posible catástrofe”.

Es hora de callar al ventrílocuo, y escuchar a nuestros mejores ángeles.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

Volver    Volver al inicio

clearclearclear