28 de abril de 2023 (EIRNS) — El prestigioso diario chino en inglés Global Times (GT) publicó un análisis sobre el método de la aparentemente misteriosa diplomacia del Presidente Xi Jinping. El hecho de que los saudíes e iraníes enterraran el hacha de guerra el mes pasado sorprendió a todos los analistas, grupos de peritos y tertulianos de Occidente. De inmediato, focos de conflicto supuestamente irresolubles como Yemen —donde han muerto muchos más que en el conflicto de Ucrania— empezaron a no ser tan irresolubles. De nuevo, los saudíes y los sirios están hablando entre sí, a pesar de que los saudíes habían financiado durante una década una guerra civil en Siria, donde también han muerto muchos más que en el conflicto de Ucrania. Pero, ¿podrá Xi obrar un semi-milagro con el intratable Presidente Zelenski en Ucrania? 

GT explica que la historia que hay detrás del conflicto es compleja, con muchos nudos, pero que pueden identificarse y abordarse. Requiere "una enorme sabiduría política, paciencia y perseverancia". Por un lado, un planteamiento así parece tan ingenuo: que hay suficiente para Rusia y los países occidentales como para que no tengan que machacarse mutuamente; que no hace falta inventar excusas para cambiar el sistema político de los demás. ¿Qué hay de ese extraño pensamiento según el cual hay que vaciar a los países de sus materias primas y de la mano de obra de sus poblaciones, incluso de su longevidad, para comprar un poco más de tiempo para una pirámide financiera internacional? ¿Realmente cree Xi que los líderes de los países pueden recorrer juntos el camino lleno de baches y escaparse de esa burbuja financiera tan "irresoluble"? 

En el fondo, el método de Xi es coherente con el controvertido décimo punto de los "Diez principios de una nueva arquitectura internacional de seguridad y desarrollo" de Helga Zepp-LaRouche, según el cual "el hombre es fundamentalmente bueno y capaz de perfeccionar infinitamente la creatividad de su mente y la belleza de su alma... y que todo mal es el resultado de una falta de desarrollo y, por tanto, puede ser superado". (Helga Zepp-LaRouche presentó diez principios para crear un nuevo paradigma (larouchepub.com)). 

Pero, antier, el Presidente Joe Biden dispuso que submarinos estadounidenses armados con armas nucleares hagan escalas regulares en los puertos de Corea del Sur, como parte de un enfrentamiento con Corea del Norte. Le llama "disuasión ampliada". (¿Alguien recuerda que a Corea del Norte no le costó mucho detener su programa de armas nucleares, tanto con Bill Clinton como con Donald Trump? Evidentemente, trátalos como a tu enemigo y tendrás un enemigo). Sin embargo, el jefe del Atlantic Council, Fred Kempe, acaba de echarle huevos podridos a Biden, porque según él ha estado vacilando a la hora de enfrentarse a Putin, y Kempe y sus amigos de la casta gobernante destruirán el "legado presidencial" de Biden a menos que siga con el juego suicida de la ruleta rusa nuclear. 

Biden haría bien en ver el vídeo de dos minutos del ex presidente ruso Dmitry Medvedev: twitter. com/ i/ status/ 1651237250682830848. Termina con: "Toda esta palabrería de que 'los rusos nunca lo harán', o de que 'los rusos siempre nos amenazan con armas nucleares', carece de valor. Los analistas occidentales, los mandos militares y los dirigentes políticos deben limitarse a evaluar nuestras normas e intenciones. El comandante en jefe, el Presidente, ha hablado de esto. Diré esto... como ex Presidente, sé... que debes estar preparado, que en una situación determinada, no te temblará la mano para usarla, por cruel y monstruoso que pueda sonar". 

Si el hombre es fundamentalmente bueno, ¿qué ha llevado al mundo a este punto? Si el mal es el resultado de una falta de desarrollo, probablemente hay mucho subdesarrollo por ahí, que no debería estar ahí. Por ejemplo, echa un vistazo a los decrépitos sistemas de transporte en Estados Unidos; los sistemas de agua no construidos; la única ciudad construida en los últimos cien años, Las Vegas, que se dedica al juego; los desiertos del mundo que no han sido regados y no se han enverdecido; las enfermedades conocidas de la malaria, el cólera, etc., que todavía matan a millones. Era realmente obvio, desde el principio. 

Xi está convencido, con implacable optimismo, de que se pueden deshacer los nudos de este mundo. Aunque eso es comprensible si tu sociedad se ha pasado los últimos treinta y pico años sacando a 800 millones de personas de la pobreza grave; los estadounidenses solían pensar así. 

Así pues, respeta la profundidad de los problemas, pero respeta más la belleza y el talento de la humanidad para dominar esos problemas.