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¡Actúa ya para detener la inminente autoextinción termonuclear de la humanidad!

8 de mayo de 2023 (EIRNS)  La explosión de drones sobre el Kremlin el miércoles 3 de mayo significa que el mundo está más cerca de una guerra termonuclear que en cualquier otro momento de la historia, incluido octubre de 1962. Han aparecido cuentos absurdos en los medios estadounidenses y europeos (como los que encubrieron la responsabilidad estadounidense y de la OTAN en la voladura de los oleoductos Nord Stream) que afirman, sin ninguna prueba, que "los rusos volaron e hicieron explotar los drones ellos mismos." Pero piensen: incluso si ese absurdo mentiroso fuera cierto, ¿no debería causar también una alarma extraordinaria? Si Estados Unidos volara e hiciera explotar drones sobre la Casa Blanca, y luego culpara a Rusia de apoyar, digamos, a Cuba, en un intento de asesinato con drones contra el Presidente de Estados Unidos, ¿no significaría eso que el mundo está al borde de una guerra a tiros entre Rusia y Estados Unidos, una guerra que potencialmente desplegaría armas termonucleares que acabarían con la vida en el planeta? 

¿De verdad creen que es sensato preocuparse más por "salvar el planeta del calentamiento global provocado por el hombre" que por salvar a la humanidad de una guerra termonuclear provocada por los locos? Ciudadanos, ¡despierten! Es hora de recuperar el gobierno de Estados Unidos de las agencias de inteligencia que ahora lo dominan, ya sea en el Congreso, el Departamento de Estado, el Pentágono o la Casa Blanca, así como la "agencia de inteligencia informal" llamada "medios de comunicación dominantes". 

En cada uno de los 435 distritos legislativos del Congreso, los ciudadanos estadounidenses individuales tienen que defender la cordura. Acudan a las reuniones locales de sus representantes estatales y en el Congreso, a los ayuntamientos, a las conferencias universitarias, a las ferias estatales y a las reuniones públicas, y exijan que detengan de inmediato el financiamiento a Ucrania; una auditoría de emergencia de los fondos estadounidenses ya desembolsados; la aprobación inmediata de la Ley Glass-Steagall, para cerrar el paso a los especuladores que utilizan la deuda para impulsar la maquinaria bélica; y exijan el apoyo y el debate de las iniciativas de paz procedentes del Vaticano, Brasil y China. 

Aunque el cambio de la política estadounidense requiere claramente la acción del Congreso y del Presidente, ambas instituciones son actualmente disfuncionales. Los "estadounidenses medios", es decir, los ciudadanos libres, tienen ahora que levantarse, intervenir y hacerse ver y oír públicamente para defender las soluciones reales y para aplicarlas. Nada de política partidista. Las armas termonucleares no distinguen entre republicanos, demócratas o independientes. Es el momento de la solidaridad. 

Los pueblos de Rusia, China y el mundo reconocen, al igual que los estadounidenses, que "¡la guerra es un chanchullo!". Ahora es el momento de desmantelar ese tinglado y cumplir por fin la promesa que hizo el Presidente John F. Kennedy el 20 de enero de 1961, de "forjar... una gran alianza mundial, Norte y Sur, Este y Oeste" para "luchar contra los enemigos comunes del hombre: la tiranía, la pobreza, la enfermedad y la guerra misma". En este periodo tan peligroso de la historia del mundo, se nos encomienda en estos días venideros actuar de tal manera que pueda decirse, en las generaciones futuras, que esta generación demostró que la humanidad, con todos sus defectos, es más grande que su presunto destino.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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