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De nuevo, lo planteado por Lyndon LaRouche: ¿Hemos perdido la aptitud moral para sobrevivir?

11 de mayo de 2023 (EIRNS) — ¿Qué se puede decir de una monarquía anacrónica, completamente medieval tanto en sus atuendos como en su perspectiva, cuyo rey, recientemente coronado, expresa la opinión de que el planeta está terminalmente sobrepoblado y requiere una “enorme campaña al estilo militar” para imponer una “transición económica radical” que nos lleve de regreso a una economía feudal?

¿Qué se puede decir de un secretario de Estado de Estados Unidos,  Antony Blinken,  que adula al emisario del rey, James Cleverly, y confiesa sin aliento que “muchos miembros de nuestro equipo se levantaron muy temprano el sábado para mirar la ceremonia [de coronación], incluyéndome a mí”, y comprobaron que eso “cautivó a millones y millones de estadounidenses”? ¿Qué de un Secretario de Estado estadounidense, que a continuación declara estar de acuerdo con el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, que está de visita, en que “vemos una alineación estratégica muy, muy cercana” entre Estados Unidos y el Reino Unido; de que “tenemos las agallas, tenemos la determinación, tenemos la perseverancia estratégica” para seguir librando la potencial guerra termonuclear de la OTAN en contra de Rusia en Ucrania; y que hay que preparar un segundo frente en esa guerra global en contra de China?

Y entonces, ¿qué debemos decir del cuerpo político estadounidense que tolera —al menos hasta ahora— a tal Secretario de Estado, en tal gobierno, que se une a la monarquía británica en su afán agresivo para regresar a la humanidad a condiciones medievales de bestialidad? ¿Acaso es que ya los estadounidenses no pueden ver que en la coronación de Carlos estamos siendo testigos, como lo dice Helga Zepp-LaRouche en su videoconferencia semanal del miércoles 10 de mayo, de “una farsa medieval que niega la realidad”, una realidad que está centrada en “el colapso del sistema financiero”. Helga destacó: “La de ellos no es la propuesta ganadora… No va a conformar al futuro de manera positiva”.

El bruto concepto medieval del ser humano que este imperio moribundo está desesperado por restablecer se puede ver en los horrores que vive Haití hoy, e igualmente en los ya habituales “asesinatos múltiples” que están azotando a Estados Unidos a razón de uno cada 16 horas. ¿Hemos permitido, realmente, los juegos de video para matar, el uso legal de las drogas “recreacionales”, la cháchara de los vacuos medios sociales que nos anestesian, para que aceptemos todo esto como “la nueva normalidad?”.

Lyndon LaRouche abordó el meollo de la cuestión de este concepto medieval del ser humano en su obra maestra de febrero del 2002, “Economics: At the End of a Delusion” (Economía: al final de una ilusión).

“Reliquias culturales salvajes de la herencia cultural de la antigua Roma y del feudalismo medieval, no sólo han perdurado en el siglo 20; el empeño por invertir el reloj de la historia moderna, para volver a la brutalidad, ha sido la tendencia dominante en la formulación de políticas angloamericanas tras la Segunda Guerra Mundial, durante casi medio siglo. Las guerras de Estados Unidos en contra de su adversario histórico, la monarquía británica, son un ejemplo del conflicto entre la defensa que hace Estados Unidos del principio del bienestar general, contra esa reliquia moderna del poder marítimo imperial aliado de los normandos, de las políticas rentistas-financieras pro feudalistas de Venecia, las políticas de la monarquía británica desde 1714”.

Antes, en ese mismo artículo, LaRouche escribió:

“Lo primero que debes saber, es que, al contrario de lo que afirman algunos ‘verdaderos creyentes’ en las torres de marfil, el tema de la economía no existía en ninguna forma racional antes de lo que se conoce, de manera alternativa, como Siglo 15, o Renacimiento ‘Dorado’. Fue ese Renacimiento el que define la diferencia, entre, la historia esencialmente medieval, de 300 a 1400 d.C. de la civilización europea, y su fase posterior a 1400, como una civilización moderna. La economía comenzó con el nacimiento del Estado nacional moderno, en el transcurso del Renacimiento del siglo 15 con eje en Italia...

“Sociedades que calificasen como tales economías no existían en la historia antigua o medieval. Quienes regían entonces, utilizaban a la población sometida prácticamente como ganado humano, para ventaja de las oligarquías gobernantes y de sus lacayos. Para ellos, como para el notorio feudalista Dr. François Quesnay, el fruto de la sociedad le pertenecía, por derecho divino, a los amos; los derechos de los trabajadores se limitaban al mismo tipo de derechos que un agricultor concede a las formas inferiores de vida que caza, o mantiene, o sacrifica como ganado. Ese sistema oligárquico es también típico de la filosofía de John Locke, y de la definición positivista radical del ‘valor del accionista’ que fue ratificada recientemente por mayoría en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. La noción de responsabilidad por el bienestar general de una población humana, como específicamente humana, en su conjunto, no existía”.

Como lo planteó sucintamente Helga Zepp-LaRouche en su videoconferencia de esta semana: “Su voz es la de un imperio pasado y moribundo... Cuanto más pronto se levante más gente y diga que esto tiene que parar, mejor”.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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