25 de mayo de 2023 (EIRNS) — En línea con la campaña del Primer ministro británico, Rishi Sunak, de encabezar la defensa mundial de Ucrania, el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, aprovechó su gira del 18 al 24 de mayo por Jamaica, Colombia, Chile y Brasil para insistir en que se suban al carro de Gran Bretaña en su guerra contra Rusia, algo a lo que se han resistido hasta ahora. 

En numerosas declaraciones públicas, Cleverly dio un gran empujón a las políticas ambientalistas, defendió la Amazonia, condenó la deforestación y ofreció fondos para ayudar a los países a reducir las emisiones de CO₂, que era el objetivo ostensible de su viaje. Pero en un artículo publicado el 24 de mayo, el periodic estadounidense Politico recordaba que en diciembre pasado Cleverly pronunció un discurso en el que dijo que quería ganarse a las naciones que a menudo se califican como “no alineadas” y “se muestran recelosas de comprometerse en cualquier dirección, sólo porque otros países quieren que lo hagan”. 

Durante su viaje, Cleverly abordó la cuestión de las relaciones de los países anfitriones con Rusia y China. En un importante discurso que pronunció el 22 de mayo en Santiago de Chile, pidió a todas las naciones de la región que apoyaran a Ucrania, asegurándose de insultar también a Argentina al proclamar que las islas Malvinas, sobre las que Argentina reclama su soberanía y libró una guerra contra Gran Bretaña en 1982, “son británicas”. El planteamiento de la cuestión de los vínculos de estas naciones con China es especialmente estúpido en el caso de Chile y Brasil, que mantienen desde hace tiempo importantes relaciones comerciales y políticas con Pekín. Un funcionario brasileño declaró a Politico que Brasilia busca preservar su “propio espacio de autonomía” y que le dijeron a Cleverly que esperaban que fuera “diplomático” cuando se reuniera hoy con el ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Mauro Vieira. 

Todos los esfuerzos europeos por conseguir que las naciones iberoamericanas apoyen a Ucrania o impongan sanciones a Rusia han sido un vergonzoso fracaso, como comprobó el canciller alemán Olaf Scholz en enero, cuando no logró convencer a Brasil, Chile y otros países para que aportaran tanques Leopard, munición y otro material a Ucrania. Un funcionario brasileño dijo a Politico que los británicos quieren que Brasil también imponga sanciones a Rusia, pero puede que se hayan dado cuenta de que eso no ocurrirá. Chile también echó un jarro de agua fría sobre la ayuda a Ucrania. 

Pero la Unión Europea (UE) va a seguir intentándolo. La desventurada ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, viajará a Brasil a principios de junio, aparentemente para promover un acuerdo comercial entre la UE y América Latina, pero también para pedir al Presidente de Brasil, Lula da Silva, que condene la agresión rusa y apoye a Ucrania. Le seguirá la presidente de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, que viajará a Chile, Argentina y Brasil en la segunda semana de junio, para centrarse en el comercio y la "geoseguridad", pero casi con toda seguridad hará el vano intento de convencer a estos países de que apoyen a Ucrania. (politico. eu/ article/south-america-to-resist-british-appeals-for-collaboration-on-russia-china/).