28 de febrero de 2024 (EIRNS) — Rusia, con todos sus problemas, no se desmoronó bajo las sanciones occidentales. Resulta que mucho de lo que podían obtener de Occidente tenía poco que ver con la supervivencia, y se vieron abocados a la necesidad de concentrarse en producir más de lo que realmente necesitaban. El país no se desmoronó con la movilización para liberar al Donbás de los ocho años de bombardeos de artillería y privaciones políticas del régimen de Kiev. Resulta que realmente hay muchos rusos nativos y rusoparlantes en Crimea y el Donbás, con los que otros rusos se identifican. (No era como si estuvieran siendo reclutados para luchar en una guerra imperialista). Y el supuesto "aislamiento" de Rusia ha hecho más por aislar a Occidente de la Mayoría Global del mundo que dejar a Rusia castigada en un rincón. 

La pregunta es, ¿se rascan la cabeza los líderes de los países occidentales y se preguntan cuáles de sus suposiciones sobre cómo funciona el mundo necesitan ser reevaluadas o abandonadas? ¿Qué hizo pensar a alguien que utilizar a Ucrania como sustituta contra Rusia funcionaría, a menos que tuvieran un profundo malentendido sobre cómo funciona una nación o una cultura? 

El Primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, fue invitado ayer a beber Kool-Aid en una reunión en París de unos 27 países, organizada por el Presidente de Francia, Emmanuel Macron. Mientras las victorias rusas se multiplican y Ucrania sufre la brusca caída de su bonanza de dos años de munición y dinero, los líderes europeos, sabiendo que no tienen ni la munición ni el dinero, normalmente tendrían un momento de "oler el café", y se sentarían con Moscú, preguntando, ¿qué decías de las garantías mutuas de seguridad? Pero ayer se reunieron para escuchar a Macron convocar a las fuerzas para hacer lo que sea necesario, incluyendo misiles de largo alcance para atacar a Rusia en lo más profundo de sus fronteras y tropas europeas desplegadas en Ucrania. Argumentó que Rusia se ha vuelto más dura, por lo que esto era necesario. ¿Por qué Macron no considera la posibilidad de que Rusia haya tenido que extenderse para hacer frente a un lío en su frontera, y que no está de humor para seguir tratando con necios? 

Fico optó por exponer las disparatadas propuestas en la reunión de Macron (dijo que "dan escalofríos") y planteó lo obvio: ¿Por qué no hubo ni una sola propuesta, ni siquiera un atisbo sobre negociar el fin de los combates? ¿Es eso, como en el caso del niño que preguntó por qué el emperador no llevaba ropa, suficiente para detener la fiesta del Kool-Aid? 

Aaron Bushnell decidió sacrificar su vida prendiéndose fuego frente a la embajada israelí en Washington hace dos días. No iba a tolerar el genocidio que se estaba llevando a cabo en su nombre, y tampoco iba a ser el "buen alemán" que se hace el desentendido; también decidió  retransmitir su incineración para plantear la pregunta de ¿qué ocurre con miles y miles de niños palestinos cuando sus cuerpos son incinerados por las bombas? Esa fue la decisión de Bushnell para gastar su talento. ¿Es suficiente para detener la profunda negación de lo que la codicia y la insensibilidad han hecho a una gran nación? 

¿Quién sabe? Ambos son esfuerzos honestos. Sin embargo, en este mejor de los mundos posibles, las injusticias, los sacrificios, los esfuerzos honestos sin recompensas inmediatas, requieren que desencadenen la creatividad humana. Hoy, un camino directo para desencadenarla es la campaña de Apoyo al "Plan Oasis de LaRouche para la Paz y el Desarrollo en el Sudoeste de Asia". Es hora de  que haya un brote de cordura pública.