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Contra la injusticia, ¡construye un oasis de esperanza para la humanidad!

5 de marzo de 2024 (EIRNS) —Se nos advierte: "A quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco". Pero, ¿y si los dioses también están locos? ¿Existe una ley superior a la locura demencial de los dioses, que prevalezca sobre los asuntos del hombre y de la naturaleza? ¿Existe, en verdad, el arco de un universo moral que se inclina hacia la justicia, un forjador del futuro físicamente preexistente, eficaz, cognoscible y accesible? 

La facción militar utópica de la enloquecida casta anglo-estadounidense dominante está totalmente resuelta a tener un "enfrentamiento global" con Rusia, probablemente a corto plazo, en las próximas semanas o meses. No puede darse otro sentido a las más que temerarias declaraciones del Presidente de Francia, Emmanuel Macron, en la cumbre europea sobre Ucrania que se llevó a cabo el 26 de febrero en París, en el sentido de que Europa debería prepararse para desplegar tropas en Ucrania. Macron repitió esta declaración luego de que otros jefes de Estado y personalidades institucionales manifestaran escandalizados su desacuerdo. Aunque no lo digan, saben que ninguna persona racional puede creer que Francia, o Gran Bretaña, o Alemania o las demás naciones de Europa, puedan lograr, con sus economías desindustrializadas, ninguna movilización a tiempo para salvar a Ucrania. Pero, ¿y si los actuales ejercicios militares de la OTAN, Strategic Defender, -los mayores realizados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, con la participación de al menos 90.000 soldados, los estuvieran utilizando, ya fuera intencionadamente o por oportunidad, como ocasión para llevar a cabo ataques de la OTAN contra Rusia, de manera similar a lo que se hizo contra Estados Unidos el 11 de septiembre del 2001? 

Conviene recordar dos hechos sobre aquel día, hace casi 23 años. En primer lugar, el Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD por sus siglas en inglés) estaba llevando a cabo ese día una "operación militar en curso", en la que participaban aviones de combate en el noreste de Norteamérica, por lo que estaba en alerta máxima. En segundo lugar, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, fue el primer jefe de Estado que se puso en contacto con el Presidente Bush, horas después del atentado del 11 de septiembre, y le informó que había girado instrucciones a las Fuerzas de Misiles Estratégicos de la Federación de Rusia, la capacidad nuclear rusa, para que se replegaran. 

Lo que hoy casi se olvida es que, como informa la analista Angela Stent en su comentario de la Brookings Institution, “The Impact of September 11 on U.S.-Russian Relations" (El impacto del 11 de septiembre en las relaciones ruso-estadounidenses): "El 9 de septiembre del 2001, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, llamó a su homólogo estadounidense, George W. Bush, con un mensaje urgente: Ahmad Shah Massoud, dirigente de la Alianza del Norte, anti talibán y apoyada por Moscú, había sido asesinado en Afganistán por dos terroristas suicidas que se hicieron pasar por periodistas. Putin advirtió a Bush de que ‘presentía que algo estaba a punto de ocurrir, algo que llevaba mucho tiempo preparándose’. Dos días después, Al-Qaeda atacó en Estados Unidos". Recordemos también que el año anterior, en el 2000, Putin le había dicho al secretario general de la OTAN, George Robertson, que quería que Rusia entrara en la OTAN. ¿Qué papel puede haber desempeñado el 11 de septiembre, entre otras cosas, en la destrucción de esa posible alianza entre, no sólo Putin y la OTAN, sino, lo que es más importante, Rusia y Estados Unidos? ¿Hasta qué punto se vio amenazada por ello la "relación especial" entre Estados Unidos y el Reino Unido? ¿Qué habría ocurrido con la campaña de Tony Blair de "el fin de Westfalia", que recién había anunciado en 1999, y en la que la OTAN había actuado contra Serbia como una fuerza de ataque proactiva de la "Responsabilidad de Proteger"? 

Sea quien sea el verdadero responsable del que se hayan dado a conocer recientemente las conversaciones "interceptadas" entre oficiales de Alemania y la OTAN del 19 de febrero, sobre el despliegue de misiles Taurus para destruir el puente de Kerch en Rusia, hay algo que debería ser obvio a partir de la intercepción que hizo  Rusia en 2014 de la infame llamada telefónica de Victoria Nuland donde pronunció "que se joda la Unión Europea". No cabe duda de que los militares rusos conocen plenamente y tienen en cuenta la presencia de "personal militar contratado" francés, británico y estadounidense en Ucrania, en calidad de especialistas y "asesores técnicos". El alcance del misil Taurus significa que puede llegar hasta Moscú, y si Alemania le proporciona ese misil a Ucrania, no cabe duda de que hacerlo es un acto de guerra contra Rusia al que hay que responder, si es necesario, con la máxima de las represalias. Así pues, la "intercepción" debería indicarnos que nos estamos encaminando rápidamente hacia una guerra termonuclear, por mucho que el espejismo popular se empeñe en decir lo contrario. 

Hay un problema adicional. A causa de "darle forma a la psicología por medio de la guerra", la inmensa mayoría de los ciudadanos de la anglosfera no se han enfrentado al hecho de que si se produce una guerra termonuclear en el planeta, será provocada por sus naciones, no por Rusia, China o cualquier otro lugar. Vendrá de Londres, Wall Street y Bruselas. Esta es la realidad cultural de nuestro mundo transatlántico posterior a 1963. En Zbigniew Brzezinski and September 11th” (Zbigniew Brzezinski y el 11 de septiembre), Lyndon LaRouche lo explicaba de manera cruda: 

"El soldado y el Estado de Samuel Huntington, de 1957, y todos los principales trabajos de Huntington y Brzezinski desde entonces, representan la tradición fascista en su forma más extrema, expresada por la combinación de la política del 'Choque de Civilizaciones' con los acontecimientos del 11 de septiembre [2001]. La definición de Huntington del soldado profesional, no es más que el culto al héroe de ese tipo específico de fascista que pretende derribar al Estado nacional y establecer hoy una caricatura del antiguo imperio romano pagano como gobierno mundial. 

"La raíz del mal expresado por Huntington y Brzezinski, es cultural, un odio a la naturaleza del hombre, por ejemplo, tal y como Moses Mendelssohn definió al hombre. Por esta razón, la camarilla de seguidores de los acuarianos de Nashville de (William Yandell) Elliot, como Brzezinski, Huntington, y Kissinger, no solo odian y buscan destruir la tradición intelectual estadounidense; en el fondo, como sus predecesores, Friedrich Nietzsche, el H.G. Wells de Thomas Huxley, Alastair Crowley y Bertrand Russell, lo que realmente odian es a la humanidad o, como Nietzsche y sus seguidores, al propio Dios.

"Por lo tanto, la reacción prácticamente instintiva contra el progreso, en la actualidad, por parte de la corriente oligárquica de la sociedad, es tomar medidas calculadas, de hecho, o incluso intencionadamente, para provocar una nueva era de tinieblas. Esto significa recurrir a medidas y acciones de tipo maltusiano y similares, todas ellas dirigidas implícitamente a degradar el nivel de educación y de vida de la población en general...". 

Por lo tanto, hoy, al igual que con el reverendo Dr. Martin Luther King, es momento de romper el silencio. Deben surgir líderes desde el interior del infierno cultural del mundo transatlántico que tomen las armas intelectuales contra esta facción utópica, antes de que sea demasiado tarde, como muy bien podría ser ya. Hay motivos para la esperanza, que pueden verse en diversas manifestaciones de liderazgo independiente, acompañadas de votantes, personas que protestan y otras que apoyan sus esfuerzos. Por ejemplo, varios comentaristas han destacado durante el fin de semana el "total derrumbe público" del Primer ministro de Gran Bretaña, Sunak, por la victoria electoral de George Galloway en Rochdale. No fue el hecho de la victoria electoral, sino el rechazo total a que implica a la política de casta dominante británica. Galloway era un candidato independiente del Partido de los Trabajadores, difícilmente una gran fuerza en las elecciones británicas. Aún así obtuvo más votos que los candidatos de los partidos Laborista, Conservador y Liberal juntos. Téngase en cuenta, además, que Galloway había sido expulsado del Partido Laborista por su oposición a la guerra de Iraq. Fue Tony Blair quien lo expulsó, el mismo Blair del "expediente dudoso" que fue el pretexto principal que le permitió al infeliz George W. Bush pronunciar las infames "dieciséis palabras" que lanzaron la infundada guerra contra Iraq: "El gobierno británico ha sabido que Saddam Hussein buscó recientemente cantidades significativas de uranio en África". 

Sunak se presentó en la escalinata de su residencia oficial, reservada sólo para los anuncios políticos más importantes. Algunos pensaron que estaba a punto de anunciar nuevas elecciones. En lugar de eso, un aterrorizado Sunak hizo un llamado a la necesidad de imponer una feroz represión a la disidencia política en Gran Bretaña. Los observadores radicados en Gran Bretaña están asombrados del nivel de pánico que esto indica que existe en la clase política británica. Los 101.000 votos de las primarias de Michigan contra la política del gobierno de Biden en Gaza, y la reunión del sábado pasado en Detroit de la "Conferencia de Emergencia por la Paz en Gaza", organizada por los miembros y aliados de la Coalición Internacional por la Paz, en la que participaron los candidatos independientes neoyorquinos Diane Sare y José Vega, están más estrechamente relacionados con los sucesos de Rochdale de lo que la "no-clase política" anglo-estadounidense, sin imaginación, es capaz de concebir. 

Debemos introducir el Plan Oasis de LaRouche en el discurso público. Al hacerlo, lo convertimos en propiedad intelectual de millones de personas. Ellos, al "poseer" el Plan Oasis, pueden despojarse del "imperio británico de la mente" que les ha subyugado y llevado a creer en resultados maltusianos sin salida, cuando las soluciones de ganar-ganar están fácilmente a la mano. Podemos contraatacar y superar el desierto espiritual creado durante más de medio siglo en las almas de los ciudadanos que han sido demasiado cobardes como para romper el silencio, incluso ante la carnicería de decenas de miles de personas en Gaza. "O la humanidad pone fin a la guerra, o la guerra pondrá fin a la humanidad", esto nunca ha sido más cierto que ahora. También, esta noble tarea nunca ha sido algo tan factible. 

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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