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¿Guerra nuclear? No, nacimos para algo mejor

14 de marzo de 2024 (EIRNS) — ¿Sobrevivirá el mundo a la persistente epidemia de mediocridades políticas al frente de la mayoría de los gobiernos occidentales? Si te has condicionado a aceptar el comportamiento mezquino y patético de tus dirigentes, ¿hay un día de ajuste de cuentas en tu futuro cercano? 

El 26 de febrero, el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, intentó presionar a las naciones europeas para que enviaran las tropas de los países de la OTAN a Ucrania para luchar contra Rusia, una suicida huida hacia adelante con un enfrentamiento termonuclear. Anteriormente, Macron, con todos sus defectos, no se contaba entre los tres jefes de Estado occidentales más belicosos. El semanario francés Marianne publicó útilmente un informe sobre tres documentos de inteligencia de defensa altamente secretos que abordan el desastre de Occidente en Ucrania, que ofrecen como el origen del pánico de Macron. La sorpresa no es que la inteligencia francesa concluyera que la contraofensiva de Ucrania era un fracaso, que Ucrania no podía ganar, que la planificación militar occidental era "desastrosa", que la insistencia de Occidente en seguir luchando sería "el más grave error de análisis y juicio", o que los militares rusos sabían lo que estaban haciendo. (Un informe advierte sobre el envío de tropas francesas contra un ejército así: "No se equivoquen, contra los rusos somos un ejército de porristas"). Tampoco es que la contraofensiva ucraniana hubiera "destruido tácticamente" la mitad de las 12 brigadas de combate de Kiev, y Kiev no tuviera forma de reclutar suficientes efectivos más. (Otro informe señala: "Occidente puede proporcionar impresoras 3D para fabricar drones o municiones de merodeo, pero nunca podrá imprimir hombres"). La sorpresa es que algunos en la inteligencia militar francesa se negaron a tomarse el veneno y, en su lugar, informaron de lo obvio. 

En este punto, un líder semicompetente de cualquier nación obviamente se detendría y preguntaría al Kremlin cuáles fueron las preocupaciones de seguridad que no se abordaron y que les llevaron a entrar en Ucrania. Sin embargo, un farsante de mente mezquina es más probable que entre en pánico en un modo suicida de huida hacia adelante, algo nada bueno en un mundo de armas nucleares. 

El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, respondió ayer a la pregunta, "Parece que ambas superpotencias, Rusia y Estados Unidos, están jugando... a ver quien se echa para atrás primero... ¿Es inminente la colisión?", con la explicación de que las "botas sobre el terreno" en Ucrania, como las que pide Macron, significan una confrontación directa. Luego agregó calmadamente que "nuestra tríada nuclear es más avanzada que la de cualquier otro" país, que están en "paridad aproximada" con Estados Unidos, pero tienen un sistema más moderno. "Todo el mundo lo sabe, todos los expertos lo saben". Pero "la escalada no está predeterminada". Explico que "he dicho que el señor Biden es un representante de la escuela tradicional y esto está demostrado", por lo que, se supone, no tiene que dejarse pisar por los belicistas. "Pero estamos preparados para ello. He dicho muchas veces que es una cuestión de vida o muerte para nosotros". 

Putin se mostró muy comunicativo sobre lo que considera el problema estratégico implícito, desde hace más de 500 años de colonialismo: Ahora, Asia, África y Sudamérica han empezado a "asociar nuestra lucha por nuestra independencia y verdadera soberanía con sus aspiraciones a su propia soberanía y desarrollo independiente. Pero esto se ve agravado por el hecho de que existe un deseo muy fuerte en las élites occidentales de congelar la injusta situación actual en los asuntos internacionales. Llevan siglos llenándose la barriga de carne humana y los bolsillos de dinero. Pero deben darse cuenta de que el baile de vampiros se está acabando". Más adelante subrayó: "Fue entonces cuando ellos, los que son un poco más listos que los demás, empezaron a pensar que hay que cambiar la política hacia la Federación Rusa. Fue entonces cuando surgió la idea de reanudar el proceso de negociación, de encontrar vías para poner fin a este conflicto". 

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, también intervino ayer sobre la realidad de la guerra nuclear. No sólo defendió la caracterización del Papa Francisco de la necesidad de dar un giro en Ucrania hacia las negociaciones con Rusia como valiente, sino que destacó el sustrato de la realidad de los comentarios del Papa: La "Santa Sede está preocupada por el riesgo de una ampliación de la guerra" en Ucrania. "La escalada del conflicto, el estallido de nuevos enfrentamientos armados y la carrera armamentística son signos dramáticos e inquietantes en este sentido... El riesgo de una 'deriva' fatal hacia la guerra nuclear es real". 

Mientras tanto, al Presidente Joe Biden le preocupa que, dadas las horribles matanzas de Israel en Gaza y ahora la realidad de la inmensa hambruna, no sea reelegido. El Primer ministro israelí Netanyahu hizo ayer su mejor imitación de "Hitler en el búnker", con su perorata ante una convención del cabildo sionista en Washington, el mentado Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí (AIPAC, por sus siglas en inglés), que suelen ser incuestionables partidarios de todo lo israelí. Declaró que "no hay otra opción que la victoria total", aniquilando hasta el último vestigio de Hamás, aunque su propia inteligencia militar le haya dicho desde hace tiempo que ese objetivo es imposible. Ninguna presión de los aliados de Israel "nos detendrá", dijo. Exigió a su audiencia que siguiera su línea al 100%. "No puedes decir que apoyas el derecho de Israel a existir y a defenderse y luego oponerte a Israel cuando ejerce ese derecho... No se puede decir que se apoya el objetivo de Israel de destruir a Hamás y luego oponerse a Israel cuando toma las medidas necesarias para lograr ese objetivo”. ¿Sabe Biden cómo enfrentarse a un "Hitler en el búnker", y con armas nucleares en su poder? 

Entonces, ¿por qué sufre el mundo occidental esta infección generalizada y posiblemente mortal de mediocridades? El ex embajador británico Craig Murray, en su artículo "The Panic of the Ruling Class" (El pánico de la clase gobernante) identificó útilmente un flanco débil en esas élites occidentales. Cuando un brote de sentido común, como basar la creación de crédito en proyectos agrícolas, industriales y científicos, amenaza la "el baile de los vampiros", éstos lanzan la invectiva "antisemita". Esta operación ha controlado a la población estadounidense durante décadas, ya que cuando se pronuncia el nombre de "LaRouche" las víctimas sucumben a un miedo sin nombre, por razones que no pueden identificar, y que les hace perder el control sobre sus procesos de pensamiento. Además, la invectiva, en sí misma, es un insulto a los judíos, ya que son arrojados bajo el autobús de los vampiros. El plnateamineto resumido de Murray es que, a pesar de toda la maldad del asesinato en masa, el "genocidio israelí en Gaza ha derrumbado esta narrativa. Demasiada gente ha visto la verdad en las redes sociales. A pesar de todos los intentos de los principales medios noticiosos para ocultar, ofuscar o distorsionar, la verdad está ahora ahí fuera. El reflejo de la clase dirigente de lanzar el calificativo de ‘antisemita’ contra todos los que se oponen al genocidio, desde las Naciones Unidas, el Tribunal Internacional de Justicia y el Papa, ha acabado finalmente con el poder de ese calificativo". 

Así pues, no hay necesidad de acobardarse, ni de dejarse llevar por el pánico o la estrechez de miras. Estudien con calma y difundan el llamado del congresista Robles para poner fin al peligro de guerra nuclear. Luego, alégrense viendo el webcast estratégico de hoy con Helga Zepp-LaRouche, "Armarse de valor para hacer frente a la verdad". Tragedia es cuando un gran momento de la historia encuentra solo gente pequeña, como resumió mordazmente Federico Schiller. La guerra nuclear es el resultado coherente de la gente pequeña. Pero, para ser mejor hemos nacido.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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