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Afganistán demuestra que la "política de paria" de Estados Unidos ya no funciona, se lamenta la revista Foreign Affairs

16 de marzo de 2024 (EIRNS) — "Hoy en día, los intentos de Estados Unidos por imponer el estatus de paria a los regímenes que no le gustan se está topando con serios obstáculos", se lamentan Asfandyar Mir y Andrew Watkins, del mal llamado “Instituto Estadounidense para la Paz”, en un artículo publicado en el último número de la revista Foreign Affairs. Ambos presentan su lamento en el artículo “America Can’t Isolate the Taliban: Why Regional Powers Are Reopening Ties with Afghanistan” (Estados Unidos no puede aislar al Talibán: ¿Por qué las potencias regionales están restableciendo sus lazos con Afganistán?". 

Durante dos años y medio, la estrategia estadounidense hacia Afganistán se ha basado en la idea de que la política de no reconocimiento del gobierno Talibán y la imposición de sanciones económicas punitivas podrían doblegar al nuevo gobierno. Como los afganos son personas de mentalidad independiente, los talibanes no se doblegaron. Pero resulta que tampoco lo hizo el resto del mundo. "Para principios del 2024, ya casi todos los países de la región habían normalizado sus relaciones con los talibanes", China, Irán, Rusia, "incluso India", entre ellos. "Los líderes talibanes" (los escritores no se atreven a llamar "gobierno" al gobierno) han "ampliado progresivamente los lazos económicos con varios países de la gran región... India también está reactivando proyectos de desarrollo en Afganistán, como la presa de $265 millones de dólares planeada, en coordinación con los talibanes", suspiran. 

Los autores del artículo no repudian la obsesión de Estados Unidos por el cambio de régimen como objetivo central de su política exterior, pero no son ilusos. Su advertencia es que la político de "no reconocimiento ya no es una herramienta coercitiva creíble, y si Estados Unidos pretende influir en el comportamiento de los talibanes, debe encontrar otras formas de lograr los objetivos deseados". 

Y reconocen esto no solo respecto a Afganistán. Su consejo final es: 

"Más allá de las repercusiones inmediatas para Afganistán, el fracaso del actual planteamiento de Washington para con el Talibán pone de relieve los desafíos cada vez mayores a los que se enfrenta el poder diplomático de Estados Unidos en todo el mundo.En medio de dos grandes guerras y la intensificación de la competencia estratégica con China, Estados Unidos enfrenta nuevas dificultades para configurar una respuesta internacional colectiva a la acuciante crisis global. Mientras tanto, China y los actores regionales trazan sus propios caminos diplomáticos, y los regímenes a los que Estados Unidos trata de presionar pueden encontrar a menudo suficientes amigos para desafiar a Washington y maniobrar en aras del beneficio de la diplomacia. La reincorporación de Assad en la Liga Árabe el año pasado y las relaciones económicas que muchos países, entre ellos India, Arabia Saudita y Turquía, mantienen con Rusia desde que comenzó la guerra en Ucrania muestran los límites del ostracismo que encabeza Estados Unidos... 

"Si los responsables de la política procuran utilizar el no reconocimiento para obligar a un régimen a reconsiderar sus políticas, es probable que fracasen. Así pues, es improbable que un enfoque coercitivo en el que sólo participen Estados Unidos y aliados afines, sin el pleno apoyo de China y otras potencias regionales, resulte eficaz".

 

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