25 de marzo de 2024 (EIRNS) — El Congreso de Estados Unidos aprobó el 22 de marzo un paquete de ayuda de seguridad de $228 millones de dólares para Estonia, Letonia y Lituania, informó ayer la ERR News, la compañía de radiodifusión pública de Estonia. El ministro de Defensa de Estonia, Hanno Pevkur (del Partido Reformista Estonio) dijo al respecto: "El apoyo de Estados Unidos ha ayudado significativamente a Estonia, Letonia y Lituania a impulsar varios proyectos de desarrollo de infraestructura y capacidades militares. La buena noticia es que este año las ayudas son ligeramente superiores a las del año pasado. La señal que Estados Unidos transmite es clara: el mayor aliado de la OTAN está comprometido con la seguridad y la estabilidad de nuestra región", añadió Pevkur en un comunicado de prensa del Ministerio. 

Pero como le dijo a Sputnik Mikael Valtersson, ex oficial de las Fuerzas Armadas de Suecia y ex funcionario de defensa y jefe de gabinete de los Demócratas Suecos, la OTANización de la región báltica, en especial tras la admisión de Finlandia y Suecia en la alianza, está teniendo en realidad el efecto contrario. Después de que Finlandia y Suecia, anteriormente neutrales, se unieran a la alianza, el mar Báltico se convirtió en principio en un "mar de la OTAN", con la excepción de las dos costas rusas que son más bien cortas. Ahora Moscú no tiene otra opción más que responder al acercamiento de la OTAN a sus fronteras reforzando las defensas de sus regiones noroccidentales. 

"La ampliación de la OTAN con la adhesión de Suecia y Finlandia como miembros ha aumentado claramente las preocupaciones de Rusia en materia de seguridad", explicó Valtersson. "El principal problema es la pertenencia de Finlandia a la OTAN, dada su cercanía a las instalaciones navales de la península de Kola, las rutas de transporte a la península de Kola y San Petersburgo. Esto debe traducirse en un claro refuerzo ruso de sus fuerzas militares a lo largo de la frontera con Finlandia. A largo plazo deberían desplegarse varios sistemas militares. En primer lugar, una gran cantidad de defensa antiaérea, en especial de larga distancia, tanto para defender el territorio ruso, como para reducir en gran medida la capacidad de la OTAN para utilizar el espacio aéreo finlandés y reducir el uso de transportes aéreos sobre el mar Báltico hacia los estados bálticos", explicó el experto militar. 

Otros objetivos de Rusia son desarrollar métodos para reducir el acceso de la OTAN a las vías marítimas del mar Báltico; el despliegue de armas de largo alcance que podrían mantener en el punto de mira importantes objetivos terrestres en Finlandia y los países bálticos, en particular depósitos de armas; y resolver la "precaria situación de abastecimiento de Kaliningrado". 

"Una quinta y última cuestión a resolver es asegurar el territorio ruso de los ataques terrestres. Para lograrlo, es preciso desplegar un gran número de unidades terrestres a lo largo de la frontera con Finlandia y los países bálticos", concluyó. "También deben establecerse fortificaciones como las que tanto éxito tuvieron en la zona de Zaporiyia el verano pasado, al menos en puntos de paso obligado”.