29 de marzo de 2024 (EIRNS) —La figura de Marwan Barghouti, recluido en la prisión israelí de máxima seguridad de Megiddo desde hace más de 20 años, es, a todos los efectos, el principal elemento de cualquier planteamiento sensato para que ambos países vivan de manera estable en sus fronteras.  Barghouti es un personje popular, con un historial en defensa de los intereses palestinos y al mismo tiempo abierto a escuchar sobre los intereses de Israel como nación; es visto como posible sucesor del dirigente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Como mínimo, Barghouti es esencial para cualquier intercambio de prisioneros y rehenes, y evidentemente él ha encabezado las listas de Hamás de prisioneros a intercambiar. 

El Washington Post publicó ayer pruebas del acoso y maltrato cada vez mayores infligidos a Barghouti, que presentó al diario el hijo de Barghouti, Arab. Presentó al Washington Post un informe escrito de un abogado que se había reunido con Barghouti esta semana, que incluía pruebas de golpizas y moretones.  El diario informó que "el abogado escribió que Barghouti le dijo que, el 6 de marzo, 'me golpearon durante largos minutos por todo el cuerpo, principalmente en la cara, la espalda y las piernas. La severidad de la paliza hizo que me cayera al suelo, y en ese momento siguieron golpeándome hasta que perdí el conocimiento'…". 

Arab dijo que su padre, en palabras del Washington Post, "fue agredido físicamente, recluido en un régimen de aislamiento en la oscuridad durante 12 días, y lo pusieron a escuchar en su celda, a un volumen muy alto, el himno nacional de Israel, desde las 5 de la mañana hasta medianoche, durante muchos días".  

El diario informó que un vocero del Servicio de Prisiones de Israel dijo que su institución es "una organización que se atiene a la ley. No tenemos conocimiento de estas acusaciones". El Departamento de Estado de Estados Unidos emitió un comunicado en respuesta a la solicitud del Washington Post para que comentara sobre el asunto. El Departamento de Estado simplemente afirma que tiene conocimiento de las denuncias de malos tratos a Barghouti y que han  informado a las autoridades de Israel que debe "investigar de forma exhaustiva y transparente las denuncias creíbles y garantizar la rendición de cuentas por cualquier abuso o violación", y que los detenidos palestinos deben ser recluidos en "condiciones dignas y de acuerdo con el derecho internacional". 

Aunque el Washington Post indica que el Departamento de Estado planteó el caso de Barghouti directamente a Israel (lo que habría sido un avance importante) la cuidadosa redacción deja abierta la interrogante de si el Departamento de Estado mencionó realmente el caso de Barghouti, por su nombre, al gobierno de Israel.