7 de abril de 2024 (EIRNS) — En un comunicado que leyó en un video publicado en su cuenta de Xel sábado 6, la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, anunció que, por órdenes del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el gobierno mexicano rompe relaciones diplomáticas con la República de Ecuador. Esto, luego de que el viernes 5 por la noche un grupo de élite de la policía ecuatoriana, apoyado por militares, invadió la embajada de México en Quito para detener a Jorge Glas, quien fue vicepresidente de Ecuador en el gobierno del ex Presidente Rafael Correa y acababa de recibir asilo ese día por parte del gobierno mexicano. 

Este hecho sin precedentes ha desatado múltiples declaraciones de condena en toda Iberoamérica y a nivel internacional. Bárcena anunció que México presentará una demanda ante la Corte Internacional de Justicia para denunciar a Ecuador por violar el derecho internacional. Varios expertos consultados dijeron que un hecho de este tipo casi no tiene precedentes en la historia de América Latina. 

La acción de la policía y el ejército ecuatorianos fue una "violación flagrante del derecho internacional y a la soberanía de México”, dijo el Presidente López Obrador en su cuenta de X. La policía ecuatoriana escaló los muros de la embajada, agredió a los guardias de seguridad y al personal de la embajada y arrastró a Glas fuera de la embajada hasta un vehículo blindado que le esperaba. Posteriormente fue trasladado en avión a una prisión de máxima seguridad en Guayaquil. Como explicó la canciller Bárcena, Ecuador ha incurrido en una "flagrante y grave violación de la Convención de Viena [1962] sobre Relaciones Diplomáticas, en particular del principio de inviolabilidad de los locales y del personal diplomático mexicano y las normas básicas de convivencia internacional". Toda embajada se considera territorio soberano de la nación a la que representa y Ecuador pisoteó ese principio. 

Las relaciones bilaterales entre Ecuador y México han sido tensas en los últimos tiempos. Aliado incondicional de Estados Unidos e Israel, el Presidente de Ecuador, Daniel Noboa, había expulsado recientemente al embajador mexicano debido a unas declaraciones de AMLO sobre la elección de Noboa que éste consideró provocadoras. En febrero, Noboa había pedido al embajador que entregara a Glas, contra quien existe una orden de detención, pero el embajador se negó. Glas ya había cumplido una condena de cinco años de cárcel entre 2017 y 2012 por "corrupción", pero aún enfrentaba más cargos, por los cuales se emitió una orden de arresto, que él refuta, argumentando que es víctima de una persecución política, al igual que el ex Presidente Correa y muchos miembros de su gobierno. 

En un comunicado defensivo emitido el sábado, titulado "Defendamos la soberanía nacional, cero impunidad", la Presidencia de Ecuador declaró que cada embajada “tiene una finalidad: servir como un espacio diplomático con el objetivo de estrechar las relaciones entre los países". Alega que la invasión de la embajada mexicana y la detención de Glas se justifican por “haberse abusado de las inmunidades y privilegios concedidos a la misión diplomática que albergaba a Jorge Glas, y conceder un asilo diplomático contrario al marco jurídico convencional". Concluye con la advertencia de que “no vamos a permitir que ningun delincuente quede en la impunidad” y en el caso de Glas, “ningún  delincuente puede ser considerado un perseguido político”.