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“Acción, y acción ya”

16 de abril de 2024 (EIRNS) — Helga Zepp-LaRouche, en dos discusiones con colegas el lunes, subrayó que, en esta situación mundial potencialmente catastrófica, es esencial que las actas de la conferencia del sábado del Instituto Schiller, "El Plan Oasis: La solución LaRouche para la paz mediante el desarrollo entre Israel y Palestina y para todo el sudoeste de Asoa", estén disponibles en un formato condensado en un plazo de 48 horas. En los próximos días van a haber discusiones en las Naciones Unidas que podrían resultar trascendentales. El Instituto Schiller presentó de manera integral la idea de Lyndon LaRouche, aún controvertida para muchos, de que una solución físico-económica global debe acompañar, o preceder, a cualquier propuesta eficaz para la resolución de las guerras de población en Ucrania y en Gaza-Cisjordania. 

Este cambio conceptual "sísmico" debe insertarse en el próximo debate sobre la guerra o la paz que se está produciendo ahora, tanto en las Naciones Unidas como en las calles y los hogares del mundo transatlántico. Esto puede hacerse llevando el poder del mensaje transmitido por los 15 ponentes de la conferencia, en un formato condensado, a las naciones islámicas, a las naciones del BRICS-Plus, a los productores de equipos industriales y a millones de jóvenes "sin futuro". Debemos provocar un rápido cambio de perspectiva en Estados Unidos y Europa, un cambio que tenga el efecto de un giro político, y al que la Mayoría Global pueda responder positivamente. El desarrollo económico, por ejemplo, en la reconstrucción internacional conjunta de Gaza, llevada a cabo como parte de un Estado palestino recién reconocido, sería un acto revolucionario, pero no totalmente sin precedentes. La reconstrucción después de una guerra, como lo que se hizo en Alemania y Japón tras la encarnizada Segunda Guerra Mundial, demuestra que "el hombre puede ser tan grande como quiera". 

Algunos expertos militares han señalado que la respuesta de Irán al ataque de Israel contra su embajada en Siria, demostró que Irán puede, de hecho, penetrar con éxito el cacareado "escudo" Cúpula de Hierro, aunque Estados Unidos, Gran Bretaña y otras naciones se unan a las defensas de Israel. Según estos expertos, Irán avisó a Israel y Estados Unidos con 72 horas de antelación, precisamente para que las bajas fueran mínimas. Luego Irán utilizó aviones no tripulados para activar los sistemas de radar israelíes; misiles de crucero para identificar la posición de los lanzadores israelíes (obligando a Israel a disparar contra ellos); y misiles balísticos para, de hecho, alcanzar varios emplazamientos: dos bases aéreas en el desierto del Neguev y emplazamientos de defensa antiaérea israelíes. "A pesar de haber empleado un amplio sistema integrado de defensa antimisiles compuesto por el llamado sistema 'Cúpula de Hierro', baterías de misiles Patriot de fabricación estadounidense, y los interceptores de misiles “Flecha” y “Honda de David”, junto con aviones estadounidenses, británicos e israelíes, y defensas antimisiles a bordo de barcos estadounidenses y franceses, más de una docena de misiles iraníes alcanzaron aeródromos e instalaciones de defensa aérea israelíes fuertemente protegidos", escribió el ex inspector del Organismo Internacional de Energía Atómica Scott Ritter. 

Pero el artículo de Ritter se titula “The Missiles of April" (Los misiles de abril), una paráfrasis del título del famoso estudio de Barbara Tuchman sobre la Primera Guerra Mundial, “Los cañones de agosto”. El insensato e inexorable deslizamiento hacia la guerra mundial en agosto de 1914 había comenzado más de dos décadas antes, y fue, como hoy, negado por las élites gobernantes como si hubiera sido "su intención". Pero como dijo el economista y estadista Lyndon LaRouche, al describir los orígenes de la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial (a su vez una consecuencia directa de la anterior guerra mundial): "Los británicos, en su infinita sabiduría, cometieron un error de cálculo”. 

Los británicos no aprendieron nada de sus errores. La misma locura imperial que les hizo precipitar la Primera Guerra Mundial, se afianzó aún más al final de esa guerra, como se vio en el Tratado de Versalles de 1919, a lo que el británico John Maynard Keynes se refirió como "un armisticio de veinte años". El resultado fueron 100 millones de muertos en todo el mundo, incluso sin el uso de armas nucleares hasta el final. Miren a los ojos a Tony Blair, o a David Cameron, o a Boris Johnson, o al rey Carlos. ¿Puede alguien creer seriamente que una "solución de paz" puede venir de cualquiera de estas personas, o de sus títeres estadounidenses? 

Hace sólo una semana, con motivo del eclipse total de Sol, millones de personas miraron, indirectamente, al "ojo" del Sol. Para quienes se encontraban en las respectivas "zona cero", aquello adquirió el carácter de "una experiencia religiosa", en palabras de un médico que describió lo sucedido. "Nunca califico nada de esa manera, pero es lo único que se me ocurre que capta la forma en que nos hizo sentir a mí y a mi familia". Nuestra tarea consiste en intervenir, utilizando el Plan Oasis, de manera que cantidades sustanciales de personas, y luego, tal vez, naciones enteras, desarrollen la capacidad de ver a la raza humana desde el punto de vista ventajoso que muchos descubrieron la semana pasada. Ese fue el punto de vista desde el que el economista Lyndon LaRouche formuló su Plan Oasis. 

"Acercarse, como desde una estación espacial en órbita, a la ecología pasada y presente de esta región de la biosfera mundial. En nuestra imaginación, observemos el proceso histórico de largo alcance, del deshielo del gran glaciar euroasiático, en el intervalo de hace unos 19.000 años, cuando el nivel de los océanos estaba aproximadamente 400 pies [unos 122 mts.] por debajo del actual. Observa la evolución de la región mediterránea durante los milenios siguientes. Observe la fase posterior de gran desecación de las otrora ricas, regiones desérticas del Sahara, el Golfo y Asia Central. Desde el punto de vista de ese panorama de tiempo transcurrido, se nos recuerda de la manera más útil un hecho que ya conocemos: que el más crítico de los factores económicos estratégicos dentro de la región de Oriente Medio en su conjunto, hoy en día, no es el petróleo, sino el agua dulce". 

Este es el método que han propugnado las campañas independientes de Diane Sare y José Vega. Es el método que promueve la conferencia Oasis del Instituto Schiller. Y es el método que puede restaurar el autogobierno, basado en el principio del Bienestar General, en los Estados fallidos del mundo transatlántico. Como dijo LaRouche: "El contenido de la política, es el método por el que se hace".

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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