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¿Por qué ser "demasiado listo a medias" cuando se requiere genialidad?

17 de abril de 2024 (EIRNS) — Occidente está lleno de políticos, estrategas y demás, que son la definición de "demasiado listos a medias". 

Israel anunció que simplemente tienen que atacar por segunda vez a Irán, y aseguran a Washington que eso no desencadenará una guerra regional. Simplemente no pueden permitir que Irán, o cualquiera de sus vecinos, se haga a la idea de que cuando Israel lleva a cabo uno de sus operaciones especiales de asesinatos, el país víctima puede devolver el golpe a Israel. Mientras usted lee esto, en Washington e Israel, unos tipos listos están pensando en cómo transmitir mensajes tan listos. 

Irán se enfrentaba a problemas internos mayores si simplemente se permitía a Israel asesinar a los dirigentes militares iraníes en un anexo de la embajada en Siria, y los dirigentes iraníes se mostrasen incapaces de conseguir que la ONU pida cuentas a Israel. Así que transmiten una señal a Israel, asegurándose de que Israel y sus aliados sepan cuándo y cómo lanzarán drones y misiles. También han tomado una medida calculada para estar por debajo del umbral de una guerra en toda la región. 

Mientras que se presentan estos sucesos en los medios noticiosos como un teatro kabuki, los diversos países hacen muecas y gruñen, como animales que defienden su tribu y su territorio, y el antiguo conjunto de reglas de relación se mantiene o se redefine de algún modo. Aparentemente, la vida sigue igual. 

Pero no. No en un mundo de armas nucleares, con demasiados "líderes" reducidos a gruñir como primates. 

Ayer, el Presidente de China, Xi Jinping, nos ha dado una lección de cómo un ser humano practica el arte de gobernar. Aparte de las importantísimas conversaciones que se llevaron a cabo en China ayer, a nivel de ministros de Asuntos Exteriores con Irán y Arabia Saudita, y más allá de cualquier propuesta económica "beneficiosa para todos" con Alemania, Xi le habló a su visitante, el Canciller alemán Olaf Scholz, desde la cima. ¿Cómo funciona eso? 

Xi explicó que el mundo tiene un hermoso futuro, pero quienes se aferran a un sistema que agoniza plantean un gran peligro, un gran desafío. Así pues, China y Alemania no pueden limitarse a resolver lo que les beneficiará a las dos. Siendo la segunda y la tercera economía del mundo y, lo que es más importante, siendo dos culturas que han hecho grandes aportaciones a la humanidad, las dos están en una situación única para alcanzar el mejor destino al que son llamadas. Deben envolver sus identidades, y sus acciones, en torno a lo que dicta la necesidad: que las naciones se beneficien de la elevación y el desarrollo de todas las demás. 

En el caso de China, no cabe duda de que Confucio, y los valores y la cultura que de él se derivan, ayudan a explicar la milagrosa capacidad de China para sacar a 800 millones de personas de una pobreza bastante severa en poco más de 30 años. En el caso de Alemania, no cabe duda de que la poderosa fusión de genio y moralidad en Beethoven o Schiller es un don que parece milagroso, cuya profundidad aún está por alcanzar. Xi sostuvo ayer, no que China y Alemania deban ser amigas porque eso es algo agradable, sino que el logro de una cultura de tales dones a la humanidad es la razón primordial por la que China y Alemania no son enemigas, sino capaces de tener una amistad genuina, capaces de unirse para la tarea histórica que hoy se demanda. 

Más aún, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China publicó los comentarios de Xi en inglés, también ayer, ya que, ciertamente, Estados Unidos ha tenido días mejores, ha sido una vez "templo de la libertad y faro de esperanza" para el mundo, y ahora tiene una gran necesidad de escuchar a los mejores ángeles de su naturaleza. Como dijo una vez un líder estadounidense único, después de la más feroz sangría interna que la nación haya soportado jamás: "No somos enemigos, sino amigos. No debemos ser enemigos... Las cuerdas místicas de la memoria, que se extienden desde cada campo de batalla y cada tumba patriota hasta cada corazón vivo y cada hogar en toda esta amplia tierra, engrosarán el coro de la Unión, cuando vuelvan a ser tocadas, como seguramente lo serán, por los mejores ángeles de nuestra naturaleza". 

El 13 de abril, la conferencia del Instituto Schiller, fue un ejemplo vivo de ese enfoque "desde la cima", dirigido a los seres humanos: "El Plan Oasis: La solución LaRouche para la paz mediante el desarrollo entre Israel y Palestina y para todo el sudoeste de Asia". Tan cierto como que las culturas pueden producir genios verdaderamente únicos y creativos, tan cierto como que todo el sudoeste asiático necesita agua dulce. Y el resto del mundo necesita que tengan agua dulce. Equipándose con los frutos de esa conferencia, uno podría adquirir el optimismo avezado para arrancar a su gobierno de esos juegos tan arraigados y tan demasiado listos a medias.

 

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