19 de abril de 2024 (EIRNS) El profesor Jeffrey Sachs, junto con Sybil Fares, publicó un artículo en el portal de noticias Common Dreams el 17 de abril en el que plantean que si Estados Unidos y los británicos "tuvieran algo de vergüenza", votarían a favor de que Palestina sea Estado miembro de las Naciones Unidas en el Consejo de Seguridad. (Esa votación se llevó a cabo ayer, en la que 12 de los 15 miembros han votado a favor de que Palestina sea un Estado miembro; Gran Bretaña y Suiza se abstuvieron y Estados Unidos vetó la resolución). Sachs y Fares desglosan luego el papel histórico del Reino Unido en la región: 

“Ningún país del mundo ha hecho más por arruinar Oriente Medio que el Reino Unido y Estados Unidos. El papel principal corresponde sin duda a Gran Bretaña, cuyas maquinaciones imperiales en la región se remontan al siglo 19 y continúan hasta hoy. Gran Bretaña mantuvo a Egipto bajo su dominio durante décadas, desde 1880 hasta 1950. Durante la Primera Guerra Mundial, prometió tres veces a los franceses (en el Acuerdo Sykes-Picot), a los árabes (en la Correspondencia McMahon-Hussein) y a los sionistas (en la Declaración Balfour) partes superpuestas del Oriente Medio otomano, pretendiendo asignarles lo que no les pertenecía. 

“Tras la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña se apoderó de Palestina en virtud de un supuesto mandato de la recién creada Sociedad de Naciones, mientras que Francia se hizo con un mandato sobre Líbano y Siria. Gran Bretaña dejó Palestina en ruinas en 1947, pero continuó su incesante intromisión uniéndose a Francia e Israel para invadir Egipto en 1956. La intromisión británica también ha contribuido a la destrucción y el caos en Yemen, Iraq y muchas otras partes de Oriente Medio. 

“Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos continuó donde lo había dejado Gran Bretaña; primero se unió a Gran Bretaña para derrocar por medio del MI6 y de la CIA al Primer ministro iraní Mohammad Mosaddegh en 1953, y después siguiendo una larga carrera de operaciones de cambio de régimen dirigidas por la CIA que incluyeron Afganistán, Iraq, Siria y Libia, entre otros. Durante todo el período de posguerra, Estados Unidos ha sido el principal intermediario deshonesto entre Israel y Palestina, por ejemplo, convocando las elecciones legislativas palestinas en 2006, pero luego boicoteando e intentando derrocar a Hamás cuando ganó esas elecciones. En 2011, cuando Palestina solicitó el ingreso en la ONU y obtuvo el apoyo del comité de miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos presionó a Palestina para que esperara y aceptara en su lugar el estatus de observador, prometiendo que pronto llegaría el de miembro de pleno derecho. Se trataba de otra mentira”. 

Sachs y Fares concluyen con que: 

“Después de más de un siglo de intromisión del Reino Unido y Estados Unidos en Oriente Medio, es hora de ser honestos sobre los hechos y las soluciones. Y lo que es más importante, acoger a Palestina como Estado miembro de la ONU y aplicar la solución de los dos Estados de acuerdo con el derecho internacional es el camino hacia la paz, la justicia y la seguridad tanto para Israel como para Palestina.