21 de abril de 2024 (EIRNS) — Andrea Tornielli, director editorial de Vatican News, escribió el 19 de abril un duro editorial sobre la responsabilidad de las personas de actuar frente a quienes actúan irresponsablemente, y señaló que "está creciendo un clamor por la paz en medio de las muchas situaciones de guerra y conflicto". Con estas reflexiones se refería al encuentro del Papa Francisco el viernes por la mañana con más de 6.000 niños de la Red de Escuelas por la Paz. A continuación reproducimos íntegramente el texto. 

Ante los irresponsables, la gente está llamada a asumir la responsabilidad 

Por Andrea Tornielli 

El mundo sigue conteniendo la respiración ante lo que ha sucedido en los últimos seis meses y, por desgracia, está sucediendo hoy en el Medio Oriente. 

Se están produciendo acontecimientos cada vez más dramáticos, como la cruel agresión dentro de Israel perpetrada por Hamás con el asesinato de 1.200 personas, en su mayoría civiles pacíficos; los bombardeos de saturación y la invasión de la Franja de Gaza que han causado casi 34.000 muertos, en su mayoría civiles, muchos de ellos niños; el ataque que destruyó el palacio de una misión diplomática de Irán en Damasco; la respuesta de Irán con ataques con aviones no tripulados y misiles contra objetivos militares israelíes; y, el viernes, la respuesta de Israel atacando objetivos militares en Irán. 

Todo ello plantea el riesgo cada vez mayor de que la escalada degenere en opciones sin punto de retorno, lo que arrastraría al mundo entero a un conflicto de consecuencias incalculables. 

Con el Papa Francisco, el único líder mundial de cuyas palabras surge la conciencia de la trágica encrucijada ante la que nos encontramos, decimos no a la guerra, no a la violencia, sí a la paz, sí a la negociación. 

Hace más de veinte años, tras el atentado terrorista del 11 de septiembre en el corazón de Estados Unidos, en el 2001, San Juan Pablo II publicó su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz titulado significativamente, "No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón". 

Sus palabras fueron auténticas y proféticas. La lógica de la reacción y la venganza, de la respuesta que se impone siempre que siga, desata una espiral de la que es difícil escapar y cuyas consecuencias catastróficas pagarán los pueblos. 

El nuestro es un mundo en el que hay gente irresponsable, quienes, en lugar de invertir en la lucha contra el hambre, en la mejora de los servicios de salud, en las energías renovables, en la creación de una economía menos sometida a los señores de la finanza y más atenta al bien común, sólo piensan en invertir enormes sumas en el rearme, en los instrumentos más sofisticados para producir muerte y destrucción. Ante esto, nuestro llamado sólo puede dirigirse a que la gente actúe con responsabilidad. 

Mientras los creyentes elevan plegarias a Dios para que inspire las opciones de quienes gobiernan, millones de personas unen sus voces para elevar un clamor en favor de la paz. 

La guerra es un camino sin retorno. En un mundo con arsenales repletos de armas nucleares, estas palabras dramáticamente ciertas se hacen cada día más reales.