21 de abril de 2024 (EIRNS) — El 16 de abril, los candidatos larouchistas, Diane Sare, quien hace campaña para el Senado de Estados Unidos por el estado de New York, y José Vega, quien hace campaña para el Congreso por el Distrito 15 de New York, en el distrito del Bronx, comenzaron el arduo proceso de recabar 90.000 firmas para garantizar que cada una de las candidaturas presente las firmas válidas requeridas para asegurar su inclusión en la papeleta electoral de las elecciones de noviembre. 

Estas campañas han adquirido una mayor relevancia a medida que el mundo se acerca a una confrontación termonuclear entre el bloque de la OTAN, liderado por Estados Unidos y el Reino Unido, y por otro lado la Federación Rusa y también China. Los recientes ataques y contraataques entre Israel e Irán, desencadenados por el ataque terrorista de Israel del 1 de abril contra el consulado de Irán en Damasco, pueden convertirse en un verdadero desastre, pero por desgracia, esto no es lo único. 

Con las amenazas que hizo el 26 de febrero el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, de enviar tropas terrestres a Ucrania, y el atentado terrorista del 22 de marzo contra la sala de conciertos Crocus en Moscú, y el hecho de que oficiales alemanes fueran pillados el 19 de febrero hablando de volar el puente de Kerch, Rusia tiene motivos para creer que está en guerra con Occidente. En Estados Unidos, el abanico de candidatos presidenciales va de lo mediocre a lo catastrófico, y la reelección de Joe Biden es el peor resultado posible, un resultado al que el mundo probablemente no sobreviviría. 

El brillante estadista estadounidense y ex candidato presidencial Lyndon LaRouche advirtió, hace décadas, que si Estados Unidos se negaba a dar marcha atrás en casi todas las políticas promulgadas desde el asesinato del Presidente John F. Kennedy en 1963, la economía de Estados Unidos se hundiría y el mundo se vería sumido en un estado de guerras perpetuas, o incluso en una guerra termonuclear; estuvo totalmente correcto. 

El pueblo estadounidense está harto de guerras y no quiere gastar ni un céntimo más en armar a Ucrania o financiar el genocidio en Gaza, pero el Congreso no está escuchando. El Congreso y sus propietarios de Wall Street tienen tanto miedo de perder el control de su "sistema monopartidista de dos partidos" fascista, que han hecho casi imposible que los candidatos independientes puedan presentarse a las elecciones: para presentarse al Senado exigen 45.000 firmas válidas, y 3.500 firmas para presentarse a la Cámara de Representantes de Estados Unidos en el Estado de Nueva York. Los candidatos aspiran a recabar 90.000 firmas en total, en previsión de posibles impugnaciones a las firmas recabadas. 

Al igual que las sanciones en contra de Rusia, los onerosos requisitos para las firmas se están volteando en contra de quienes imponen en el estado de Nueva York la dictadura en bancarrota anglo-estadounidense. Sare y Vega han reclutado a decenas de activistas, entre ellos muchos jóvenes para movilizarse en el Bronx con José Vega, que tiene 25 años. La campaña de Sare cuenta con voluntarios en todo el estado, desde Long Island hasta Búfalo, que reparten tarjetas de la campaña a los votantes y entablan conversaciones serias sobre cómo evitar una guerra nuclear. A los dos candidatos los han invitado a hablar ante diversas congregaciones en iglesias y mezquitas, ante otras organizaciones, han concedido entrevistas y participado en muchos programas por internet. 

Vega y Sare informan que los voluntarios que trabajan con ellos en sus campañas están muy animados y que, a pesar de algunos días de lluvia que suponen un reto adicional, todos aguantan y se afanan como si la humanidad dependiera del éxito de sus esfuerzos, porque de hecho, así es.