23 de abril de 2024 (EIRNS) — El ex embajador de Estados Unidos Chas Freeman le dio una entrevista por vídeo el 19 de abril al Dr. Pascal Lottaz, ciudadano suizo, profesor de la Universidad de Waseda en Japón. Freeman atacó sin contemplaciones la locura que gobierna actualmente Israel y la complicidad de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países europeos que han promovido el genocidio que tiene lugar allí. Comenzó señalando que de joven había sido prosionista, pero que luego pasó a ser, primero, escéptico, y ahora es crítico, al reconocer que el argumento sionista de que todo está permitido porque "tenemos derecho a existir" entre el río y el mar, significa esencialmente que nadie más tiene ese derecho.Los sionistas promueven abiertamente que todos los palestinos sean expulsados, o asesinados, o condenados a morir de hambre. Este es un nivel de maldad, de crueldad que nunca podría haber imaginado. Se han convertido en unos psicópatas, han deshumanizado a la población autóctona. Muchos de esos israelíes son descendientes de quienes habían sido atacados durante el Holocausto, pero que ahora no tienen ningún escrúpulo en asesinar en masa, incluso a mujeres y niños. Nada puede estar más alejado de los principios del judaísmo. "Estoy convencido de que el sionismo no es judaísmo, sino una forma de fascismo", dijo Freeman. Me avergüenza que mi país participe en genocidios, que haya vetado el alto al fuego e incluso impida que Palestina sea reconocida como Estado. Estados Unidos no puede triunfar con este nivel de duplicidad y degradación. "Esto me deprime profundamente como estadounidense; no he dormido bien en seis meses". 

El gabinete israelí está formado en parte por fanáticos, dijo. El voto en el Congreso de Estados Unidos a favor de las guerras significa que se está reembolsando a Israel para seguir con el genocidio. La "disuasión" israelí es un "salvajismo abrumador". 

Como resultado, Israel "no tiene ninguna credibilidad, y Estados Unidos no se queda atrás". Hizo referencia a la matanza de inocentes, así como al bombardeo del consulado de Irán en Damasco, Siria. Dijo que el ataque de Irán a Israel como respuesta a esto se dirigió muy cuidadosamente contra infraestructura militar, no contra civiles, de modo que no murió nadie, aunque fuese una represalia por el asesinato de varios altos dirigentes iraníes a manos de Israel. Irán ha demostrado que Occidente es vulnerable, dijo, y señaló que las declaraciones de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos de que Estados Unidos no puede utilizar las bases de sus países para ningún ataque contra Irán ha neutralizado básicamente las fuerzas estadounidenses en la región. Ahora, debido al ataque del 1º de abril contra su territorio diplomático soberano en Siria, Irán ha abandonado su política de "contención estratégica", que seguía a pesar de los asesinatos cometidos por Israel de varios de sus dirigentes en el pasado. 

Netanyahu ha fracasado en su empeño de 35 años de provocar una guerra regional contra Irán, dijo Freeman. De hecho, los iraníes están discutiendo ahora la necesidad de construir armas nucleares, algo que (a pesar de las falsas afirmaciones de Netanyahu) se habían negado a hacer antes. 

La mayor queja de Freeman, sin embargo, es el hecho de que Israel y sus patrocinadores de Estados Unidos y el Reino Unido han destruido la tradición del derecho internacional, un proceso desarrollado en la civilización occidental durante siglos, y que fue la base de las instituciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en especial para establecer la Organización de Naciones Unidas (ONU). Ahora, se denigra y se ignora la noción de derecho internacional. China se ha convertido en el principal defensor del derecho internacional. La ONU está en gran parte destruida, dijo, ya que es incapaz de estar a la altura del desafío actual al que se enfrenta la humanidad. 

¿Podemos seguir defendiendo todavía los principios en los que se basa el derecho internacional?", cuestionó de manera retórica, y destacó que hay nuevas instituciones internacionales, como el BRICS y su Nuevo Banco de Desarrollo, así como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB por sus siglas en inglés), que pueden servir de base para ello. Se preguntó además ¿por qué la ONU tiene que seguir en Nueva York? La decadencia cultural es igualmente preocupante; manifestó su conmoción por el hecho de que Alemania, que antaño fue un gran centro de producción y cultura, hoy está incluso destruyendo la libertad de expresión. Es verdaderamente extraordinario, dijo, que en Alemania se prohíba hacer referencia alguna al genocidio de Gaza, y con ello la nación está perdiendo su carácter.