24 de abril de 2024 (EIRNS) — Los primeros informes de amigos en Argentina indican que la marcha nacional universitaria del martes 23 de abril en defensa de la educación pública, y en contra de las políticas de austeridad dementes del Presidente chiflado Javier Milei, fue un gran éxito, con un estimado de 800.000 manifestantes en la capital de Buenos Aires y más de 1 millón en todo el país. Hubo concentraciones impresionantes en la ciudad de Córdoba, un importante centro industrial, y en la ciudad portuaria de Rosario, entre otras. En cada ciudad, estudiantes, profesores, sindicalistas y simpatizantes empezaron cantando el himno nacional, que jóvenes y mayores se saben de memoria y fue entonado con respeto y entusiasmo. Algunos de los carteles decían: "La educación es un derecho, no un privilegio". Otro: "¡Voy a ser el primer ingeniero de mi familia!". 

Había muchos más como éste. En la histórica Plaza de Mayo de Buenos Aires, frente al palacio presidencial, todas las calles laterales rebosaban de manifestantes, muchos de ellos portando pancartas de sus universidades u organizaciones. La patética ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que había advertido que habría una "provocación" en la marcha y amenazado con imponer su "protocolo de seguridad" para mantener a los manifestantes fuera de las calles, parecía la tonta que es. De nada sirvió intentar imponer nada, ya que los ciudadanos marcharon pacífica y entusiastamente. 

Una estudiante de bioquímica de la Universidad de Buenos Aires dijo al diario Página 12: "Esto me pone triste. Fui a escuelas públicas toda mi vida y ahora que empecé a estudiar en la UBA, pensar que hay facultades que pueden no abrir para el segundo cuatrimestre es muy triste. Nadie quiere dejar de estudiar. Estamos pidiendo que nos dejen seguir estudiando para ser profesionales el día de mañana. Estamos aquí demostrando que esto vale para algo. No es sólo un gasto. Es una inversión".