25 de abril de 2024 (EIRNS) — La casta dominante en Washington puede ser buena iniciando guerras, pero no tiene ni idea de cómo detener la reacción a su locura. La lista de campus universitarios con grandes protestas contra la guerra sigue creciendo en todo el país, tal como la Universidad de Nueva York, Columbia, Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Universidad de Texas-Austin, Johns Hopkins en Baltimore, Vanderbilt en Tennessee, Universidad de Illinois-Urbana, Universidad de Maryland en College Park, etc. Cuantos más manifestantes son detenidos y más armas envía Biden al extranjero, más crecen las protestas. 

El senador republicano de Arizona Tom Cotton, organizó a 26 senadores más que enviaron una carta al fiscal general Merrick Garland y al secretario de Educación Miguel Cardona para exigirles que intervengan "a fin de tomar medidas para restablecer el orden y proteger a los estudiantes judíos... de las turbas proterroristas, pro Hamás y antisemitas" en los campus universitarios. Deben de procesar a estas supuestas "turbas" que han amenazado a estudiantes judíos, exige su carta. Cotton y el senador republicano Josh Hawley piden el despliegue de la Guardia Nacional. Donald Trump califica las protestas de "vergüenza" y culpa a Biden. En una entrevista concedida ayer a la cadena NBC, el director del FBI, Christopher Wray, informó que el FBI está ofreciendo ayuda a cada campus universitario afectado por las protestas. Ninguno de ellos aportó pruebas de terrorismo o antisemitismo por parte de los manifestantes. 

El ex Secretario de Trabajo Robert Reich (en el gobierno de Clinton) expresó una opinión sensata, defendió a los manifestantes y definió el papel de una universidad. Reich es profesor en la Universidad de California en Berkeley, y escribió en Substack un comentario que dice que "Lo más importante que enseño a mis alumnos: Protestar contra esta matanza no es expresar antisemitismo. No es incitar al odio. No es poner en peligro a los estudiantes judíos. Es hacer lo que se debe hacer en un campus universitario: adoptar una postura contra un mal percibido y, al menos, provocar la discusión y el debate". 

Destaca que "La educación consiste en provocar. Si no se provoca, si no se agita, si no se inquieta, si no se estimula, hasta las mentes más jóvenes pueden quedarse estancadas en viejos esquemas... Estar en desacuerdo no es ser desagradable. El desacuerdo genera reflexión y debate. Desafía a los estudiantes a reconsiderar sus posiciones y a indagar más profundamente". (Énfasis en el original).