18 de mayo de 2024 (EIRNS) — El intento de asesinato al Primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, ha conmocionado a Europa y al mundo. Y el mensaje que se pretende transmitir es claro: no se tolerará la oposición a la OTAN anglo-estadounidense ni a la Unión Europea (UE). Desde el atentado del 15 de mayo contra Fico, el Presidente de Serbia Aleksandar Vucic, el Primer ministro de Polonia Donald Tusk, el Primer ministro de Hungría Viktor Orbán y el Primer ministro de Bélgica Alexander De Croo han recibido amenazas de muerte, en su mayoría a través de las redes sociales. 

Fico ha provocado en repetidas ocasiones la ira de la casta dominante transatlántica. Ha amenazado con vetar cualquier futura solicitud ucraniana de ingreso en la OTAN, argumentando que la entrada de Ucrania en la OTAN podría desencadenar la Tercera Guerra Mundial. Se negó a continuar el suministro de armas a Ucrania iniciado bajo el gobierno anterior. Ha declarado públicamente que el origen del conflicto ucraniano no fueron las acciones de Putin de febrero de 2022, sino los ataques de los neonazis ucranianos en el Donbás. Ha respaldado la afirmación de Rusia de que se le prometió, tras la caída de la Unión Soviética, que la OTAN no se expandiría hacia el este. 

La investigación sobre el atentado continúa. Al presunto asesino lo han asociado, en las redes sociales, con tendencias opuestas: tanto con el partido prooccidental "Eslovaquia Progresista", como con grupos rusos, dependiendo de qué parte del panorama de las redes sociales se frecuente. En un caso, la oposición de Fico a la política de la OTAN es lo que impulsó al agresor. En el otro, su insuficiente oposición a la OTAN es lo que motivó el atentado. 

Los medios británicos pretenden imponer la narrativa de que el agente ruso Fico tuvo lo que se merecía, y tú puedes correr la misma suerte si no te comportas. 

Eslovaquia no está sola. A principios de este año, la burocracia de la UE estaba lista para atacar la economía de Hungría por la oposición de Viktor Orbán a aumentar el financiamiento a Ucrania. 

Mientras tanto, la mentada “Liga Antidifamación” judía (ADL) y grupos afinestratan de enviar el mismo mensaje a los jóvenes y demás personas que participan en las protestas contra el genocidio en Gaza por Israel. "Si sabes lo que es bueno para ti y para tu carrera, pondrás fin a tus esfuerzos", dicen. Si te opones al derramamiento de sangre, debes ser antisemita, insinúan. Y si no paras, serás víctima de los contramanifestantes que te atacarán. 

Luego están los llamados "expertos en desinformación", generosamente financiados por instituciones de Estados Unidos y el Reino Unido para ejercer control sobre los medios informativos y el pensamiento. Una publicación eslovaca, Standard, dio a conocer numerosos ejemplos de ONG eslovacas financiadas con fines como "combatir la desinformación", o  "aumentar el apoyo a Ucrania combatiendo la desinformación rusa" y mapear el sentimiento "antioccidental" entre la población. "En resumen", informa el Standard, "la subvención pagada por los estadounidenses pretende explicar a los eslovacos cuáles son sus prioridades exteriores y de seguridad". 

Mientras que la casta dominante anglo-estadounidense trata de mantener e imponer un hegemonismo erosionado y brutal, la reunión de los Presidentes Putin y Xi en China muestra otro camino. Putin viajó a Harbin, una ciudad con una tradición de cooperación ruso-china, donde supervisó la firma de acuerdos sobre el transporte marítimo en el Ártico, la creación de una Academia Sino-Rusa de Ciencias Fundamentales, y habló de sus planes para el Lejano Oriente ruso y conversó con su anfitrión sobre Ucrania y la seguridad y el desarrollo internacional en una reunión informal. 

El mundo está esperando que Estados Unidos y la OTAN entren en razón, que formen parte del futuro que se perfila para la mayor parte del planeta. 

Como dijo Helga Zepp-LaRouche en la quincuagésima reunión de la Coalición Internacional por la Paz, del viernes 17 de mayo: 

"Obviamente estamos en una situación de preguerra", dijo a la reunión la fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, y añadió que si continúan las tendencias actuales, podríamos llegar muy pronto a un punto de no retorno. 

"Nos dirigimos hacia un momento de decisión, y tenemos que catalizar a los países occidentales, a pesar de todas las probabilidades, hacia la idea de que tenemos que cooperar con Rusia, con China, que estos países no son el enemigo, que hay un nuevo orden económico mundial emergente con la mayoría global", dijo, e instó a los asistentes a "conseguir que la gente en Occidente entienda que no hay necesidad de todo eso, que tiene que haber una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo que tenga en cuenta los intereses de todos y cada uno de los países del planeta, y que el nuevo nombre de la paz es desarrollo, razón por la cual el Plan Oasis es un paso gigantesco en esta dirección".