23 de mayo de 2024 (EIRNS) — Los gobiernos de Bélgica y de Francia rompieron filas con Estados Unidos y Gran Bretaña, y salieron a defender la acusación que hace el Tribunal Penal Internacional (TPI) contra el Primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Por otro lado, la cadena NBC News, informó que Alemania hizo un gran esfuerzo por mantenerse a ambos lados de la barrera: "Alemania manifestó su preocupación, en particular por la decisión de emitir una 'solicitud simultánea' de órdenes de detención contra Israel y Hamás, que, según su Ministerio de Asuntos Exteriores, daba una 'falsa impresión de equivalencia', informó el diario alemán Deutsche Welle. Pero en última instancia, el aliado de Estados Unidos dijo que respetaba la independencia del tribunal". 

Kenneth Roth, ex director ejecutivo de Human Rights Watch, declaró a NBC News que "la respuesta de Biden fue profundamente decepcionante... Estas acusaciones no se refieren al derecho de Israel a defenderse, que nadie cuestiona. Se refieren a cómo Israel ha elegido defenderse y ninguna causa, por justa que sea, puede servir de excusa para cometer crímenes de guerra", afirmó Roth. También comentó el evidente doble rasero aplicado por Estados Unidos a los casos de Putin y Netanyahu: "La diferente respuesta habla más bien sobre la falta de principios en el gobierno de Estados Unidos en su pretendido respeto por el estado de derecho. No es estado de derecho cuando sólo se aplica a los adversarios y no a los amigos". 

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, se limitó a decir que la "actitud de Estados Unidos y su disposición a utilizar sanciones incluso contra el TPI" era "más que curiosa". El embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoly Antonov, escribió en la página de Facebook de la embajada en respuesta a una declaración formulada por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, que afirmó que Estados Unidos seguirá apoyando al TPI con respecto a la situación en Ucrania, a pesar de que el tribunal pretende dictar una orden de detención contra el Primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu: "Este es otro ejemplo de doble rasero y un desfile de hipocresía de Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses niegan la legitimidad del TPI e intimidan a este organismo con sanciones cuando se trata de los intereses del propio Washington y de sus aliados. Al mismo tiempo, utilizan descaradamente este instrumento pseudojurídico contra sus supuestos enemigos. 

"Nadie en el mundo debería hacerse ilusiones sobre la política blasfema de Estados Unidos, que explota las cuestiones de derechos humanos con un único fin: para vengarse de los Estados inoportunos. Aparentemente, ésta es una manifestación del mentado 'orden basado en reglas'."