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El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, es contundente, aterrador, y a la vez esclarecedor y reconfortante

29 de mayo de 2024 (EIRNS) — El profesor de la Universidad de Missouri, Steven Starr, experto en las duras realidades de la guerra nuclear, seleccionó extractos de un mensaje importante y sin ambigüedades que pronunció el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en la 32ª Asamblea del Consejo de Política Exterior y de Defensa, el 18 de mayo de 2024. Presentamos aquí algunos extractos de su declaración publicada en el portal electrónico del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. 

El Occidente dirigido por Estados Unidos se aferra a su objetivo oficial proclamado, incluso a nivel doctrinal, de infligir una derrota estratégica a Rusia. Esto incluye la derrota militar y mucho más. Muchos de los rusófobos más agresivos consideran la existencia misma de nuestro país como una amenaza para el dominio mundial de ‘los mil millones dorados’ dirigidos por Washington. Al igual que todos los presentes en este auditorio, estamos siguiendo lo que hacen los grupos de planificación occidentales mientras desarrollan escenarios para infligirnos el máximo daño y piden que se suministre a Kiev armamento cada vez más novedoso. Ahora hablan oficialmente, a nivel de miembros del gobierno, de la posibilidad de atacar cualquier parte del territorio ruso. Al menos, dicen que "es Kiev quien debe decidir". Las últimas declaraciones al respecto del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, entre otros, son bien conocidas. Sin duda, estos halcones insisten en que sus gobiernos aumenten la inversión en la industria de defensa y pongan la economía en pie de guerra, y fantasean con "descolonizar" Rusia (en ruso llano significa desmembrar nuestro país). 

Es difícil saber quién fomenta a quién. ¿Son los analistas políticos los que instigan a los políticos, o es al revés? Recientemente, el 2 de mayo, la Chatham House [Real Instituto de Asuntos Internacionales] de Londres convocó una conferencia centrada exclusivamente en la confiscación de activos rusos congelados en Occidente. La vice primera ministra canadiense, Chrystia Freeland, marcó la pauta. Hemos interactuado más de una vez con ella cuando ocupaba el cargo de Ministra de Asuntos Exteriores. En su intervención en la conferencia, promovió la idea de que incautar esos fondos era una medida necesaria y justificada desde el punto de vista político y moral para salvar a Ucrania y preservar el orden basado en reglas. Subrayó la importancia de crear un precedente en el que el agresor pague. 

En la misma línea, el 25 de abril se realizó en la Fundación Jamestown un debate titulado Russia's Rupture (La ruptura de Rusia), en el que intervinieron activistas del Free Nations of Post-Russia Forum [Foro de las Naciones Libres Post Rusia] que cuenta con el apoyo abierto de Estados Unidos. La forma en que se desarrollan estos debates demuestra que la fase aguda de la confrontación político-militar con Occidente continúa y, si se me permite la expresión, está en pleno apogeo. 

En cuanto a la retórica antirrusa, nuestros vecinos europeos están mostrando un celo especial en este sentido. Todo el mundo ha oído comentarios sobre una "guerra inevitable con Rusia" de Emmanuel Macron, David Cameron, Josep Borrell y otros. Recuerdo un artículo de Dmitry Trenin (que está presente aquí), en el que decía que Europa como socio, era irrelevante para nosotros durante al menos una generación. No puedo sino estar de acuerdo con él. Lo estamos viviendo en la práctica casi todos los días. Hay que admitir que muchos hechos (a diferencia de nuestras sensaciones) hablan en favor de este pronóstico. Creemos que esta previsión es correcta. 

Tras el fracaso de la notoria contraofensiva ucraniana, Occidente ha estado promoviendo una cuestión nueva abiertamente falsa: "Putin no se detendrá en Ucrania". Antes de la operación militar especial decían: Aceptemos a Ucrania en la OTAN lo antes posible y entonces Vladimir Putin no se atreverá a poner en práctica sus planes con respecto a ese país. Esto significa que partían de la base de que el ingreso en la OTAN era algo "sagrado" y que Rusia nunca jugaría sucio con esta "santidad". Hoy dicen lo contrario: Putin derrotará a Ucrania y luego atacará a la OTAN. Por lo tanto, "nosotros" debemos armarnos urgentemente hasta los dientes. 

Su política actual es restaurar la fuerza de los ejércitos europeos y poner las industrias militares de la OTAN en pie de guerra. Han empezado a trabajar, mentalmente hasta ahora, en un plan de alianza militar europea de base nuclear. 

Francia es el miembro de la OTAN más activo en este sentido. El Sr. Macron admitió en una entrevista el otro día que París y Berlín siempre habían considerado a Rusia como la "principal amenaza". Evidentemente, comparten una ilusión respecto a 1812 y 1941. Estas capitales siempre vieron esta amenaza. 

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, alegó que la alianza estaba en guerra con Rusia desde 2014. La resolución del Parlamento Europeo de abril de 2024 sobre Rusia también insta a los gobiernos europeos a abstenerse de reconocer a Vladimir Putin como Presidente legítimo y a restringir todos los contactos con él, aparte de las cuestiones humanitarias y "la paz en Ucrania”. Esta resolución que configura la realidad política y jurídica de nuestra coexistencia con la Unión Europea (a pesar de todas las reservas sobre el papel del Parlamento Europeo y su papel real en la política) fue apoyada por 493 diputados, con 11 "no" y 18 abstenciones. Son cifras reveladoras. No cabe duda de que tenemos en cuenta todas estas cifras y otros factores a la hora de trazar nuestras políticas prácticas en el sector occidental... 

Nuestras acciones en China y otras direcciones no occidentales evocan la ira indisimulada del otrora hegemónico y sus satélites. No hay más que ver cómo Estados Unidos y sus aliados intentan por todos los medios impedir que los países de la Mayoría Global traten con Rusia y embrollarlos en iniciativas antirrusas, como la celebración de una "conferencia de paz sobre Ucrania" en Suiza. De esto también hablaremos con más detalle. Su objetivo es sencillo y consiste en reunir al mayor número posible de participantes para crear una multitud y decir que la "fórmula de paz" de Zelenski es el único plan aceptable para todos. Luego planean imponerla a Rusia, hecho que no ocultan. Volodímir Zelenski, Andriy Yermak y muchos representantes de los países del G7, que copatrocinaron esta conferencia junto con Ucrania, han expresado esta opinión. 

El Presidente Putin se refirió a ello ayer en una conferencia de prensa en Harbin [China]. Nos sorprende observar estos esfuerzos, en los que personas ya crecidas se dedican a tonterías flagrantes que no tienen ninguna promesa. Dudo que no se den cuenta de ello, lo que significa que su objetivo no es lograr la paz, sino poner al mayor número posible de países en contra de Rusia y luego tomar nuevas medidas hostiles contra nosotros. Todos nuestros socios del Sur Global entienden lo que está en juego. Podemos volver sobre ello más adelante y profundizar en los matices de las posiciones de varios países de la Mayoría Global. 

Consideramos que el hecho de que Occidente persista en imponer la fórmula de Zelenski y, al mismo tiempo, aumente los suministros de armas de largo alcance a Kiev, es una señal reveladora de que Occidente no está dispuesto a entablar conversaciones serias. Esto significa que han optado por resolver las cosas en el campo de batalla. Estamos preparados para este giro de los acontecimientos en cualquier momento. 

Pase lo que pase, Rusia defenderá con éxito sus intereses en las zonas ucraniana, occidental y europea...

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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