2 de junio de 2024 (EIRNS) — El Presidente Joe Biden anunció el viernes 31 de mayo por la tarde que, como resultado de sus grandes esfuerzos personales y los de su equipo diplomático y de inteligencia, se ha elaborado una gran "hoja de ruta para un alto el fuego duradero y la liberación de todos los rehenes", que si Hamás acepta, conducirá finalmente a la paz. Un "alto funcionario de la administración" anónimo explicó en una sesión informativa posterior a la intervención del Presidente, que la propuesta en tres fases está formalizada en un documento de cuatro páginas y media, que todas las partes tienen ahora en su poder. 

Dejando de lado toda la discusión mediática sobre los detalles de cada fase propuesta, sobre lo que funcionará, dónde están los escollos, etc. La propuesta es una maniobra geopolítica, cuyas propias premisas garantizan que no puede funcionar y que no traerá la paz. 

En primer lugar, no se menciona un Estado palestino. Aamer Madhani, periodista de la agencia AP, preguntó al funcionario cómo entraba en juego la solución de los dos Estados, si es que entraba, ya que no se mencionaba. El funcionario eludió la pregunta, pero nunca pronunció la frase "Estado palestino". El gobierno es "realista", dijo, y habló de excluir a Hamás, reformar la Autoridad Palestina y Cisjordania [sic], y "en última instancia, tener un gobierno interno en Gaza que pueda ayudar [sic] con la estabilización y un camino a seguir allí". 

En segundo lugar, el objetivo explícitamente declarado de la propuesta es dejar de lado el "problema" palestino para lanzar una nueva guerra en la región: contra Irán. Diden dijo: "Y con este acuerdo, Israel podría integrarse más profundamente en la región, incluyendo... un potencial acuerdo histórico de normalización con Arabia Saudita. Israel podría formar parte de una red de seguridad regional para contrarrestar la amenaza que supone Irán”. 

Este último intento de demostrar que es Estados Unidos quien dicta las condiciones en el sudoeste asiático ya le está estallando en la cara. Al presentar su plan, Biden lo calificó de "propuesta israelí", si bien reconoció que hay quienes en la coalición gobernante israelí podrían oponerse. Benjamin Netanyahu dejó claro que él es uno de ellos. La Oficina del Primer Ministro israelí emitió una declaración vía X el sábado 1 de junio por la mañana, en la que reitera que "las condiciones de Israel para poner fin a la guerra no han cambiado: la destrucción de las capacidades militares y de gobierno de Hamás, la liberación de todos los rehenes y la garantía de que Gaza ya no supone una amenaza para Israel... La idea de que Israel aceptará un alto el fuego permanente antes de que se cumplan estas condiciones no tiene ni pies ni cabeza”. 

El gobierno de Biden sigue firmemente comprometido con la política de genocidio. Biden calificó desvergonzadamente la entrada de "1.800 camiones entregando suministros estos últimos cinco días" como una "oleada" de ayuda humanitaria; eso son 360 camiones al día, cuando 500 al día era el mínimo requerido antes de la hambruna actual. El 30 de mayo, el portavoz adjunto de prensa del Departamento de Estado, Vedant Patel, declaró en tres ocasiones que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) no tienen en marcha ninguna "operación militar importante" en la ciudad de Rafah. En la sesión informativa del 31 de mayo, el alto funcionario contestó bruscamente a un periodista que mencionó "seis brigadas israelíes en Rafah", y afirmó que Estados Unidos estaba plenamente informado de todo lo que las FDI estaban y están haciendo en Rafah, y alegó que "el proceso en curso durante las últimas 10 semanas más o menos" ha sido "en última instancia, bastante productivo".