5 de junio de 2024 (EIRNS) — El martes 4, un día después de que se le impidiera subir a un avión y de que la patrulla fronteriza estadounidense le confiscara el pasaporte, el oficial (ret.) de la infantería de marina estadounidense y ex inspector de armamento de la ONU, Scott Ritter, dijo lo siguiente en el programa "Judging Freedom" del juez Andrew Napolitano: 

"Los centros de mando que Rusia utiliza fueron conceptualizados y construidos durante la Unión Soviética, cuando Ucrania formaba parte de la Unión, y, desde una perspectiva rusa, estaban en lo más profundo de la retaguardia rusa, protegidos. Pero si ahora Ucrania se separa y pasa a formar parte de la OTAN, y se insertan allí misiles estadounidenses, todos estos lugares que se creían seguros en la retaguardia son ahora accesibles. Y si Estados Unidos permite a Ucrania utilizar misiles ATACMS para atacar esas instalaciones, ¡Rusia bombardeará la OTAN! No Ucrania; ¡la OTAN!... Los ucranianos se quejan de que Estados Unidos sólo les permitirá utilizar los HIMARS, de que aún no se les permitirá utilizar los ATACMS para golpear a Rusia. Pero, para que todos en su público entiendan, estamos a un lanzamiento de ATACMS de que todo el mundo muera. Estamos a un lanzamiento de ATACMS de que todo el mundo muera. Los rusos no están jugando aquí". 

Pero mientras se pronunciaban estas veraces palabras, el juego continuaba. El almirante Tony Radakin, jefe del Estado Mayor de la Defensa británica, dijo a la cadena de noticias Sky News el 3 de junio que no se preocuparan, que Putin sólo fanfarronea: "Putin no quiere una guerra con la OTAN... Tenemos que ser muy cuidadosos de distinguir entre las amenazas realmente graves y profundas de finales de la década de 1930 y la forma en que entramos en una guerra mundial, y no utilizar un lenguaje impreciso de que ahora estamos de alguna manera en la cúspide de una guerra mundial". 

Mientras tanto, Ucrania ha intensificado los bombardeos contra la ciudad rusa de Belgorod, justo al otro lado de la frontera con Járkov, luego de recibir el visto bueno de Estados Unidos y otras naciones de la OTAN para hacerlo. Durante todo el 3 de junio, atacaron a un total de 14 distritos de los alrededores de Belgorod, alcanzaron casas, coches, tendidos eléctricos, una gasolinera, tiendas y empresas comerciales, mataron a una persona e hiriendo a ocho, según Rusia. Aunque actualmente Ucrania no está autorizada a utilizar sus misiles ATACMS de largo alcance contra objetivos en territorio ruso, ¿cuánto falta para que se cruce incluso esta línea roja? Sobre todo, teniendo en cuenta que la estipulación del gobierno de Biden para que Ucrania ataque territorio ruso, emitida justo la semana pasada, era que debían dirigirse únicamente contra objetivos militares. 

"El tren de la guerra ha partido de la penúltima estación", declaró el lunes 3 de junio el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto. "La próxima parada es la final, y la cuestión es si llegará hasta allí, o si alguien pisará el freno de emergencia...". 

¿Quién pisará el freno de emergencia? ¿Dónde está el gran clamor de los países occidentales cuyos ciudadanos se convertirán en cenizas si no se pone fin a esta situación? 

Si decides convertirte en un actor en el escenario de la historia hoy, ármate con una comprensión del campo de batalla en el que te encuentras. Helga Zepp-LaRouche, fundadora del Instituto Schiller e iniciadora de la Coalición Internacional por la Paz, dijo lo siguiente a la agencia rusa de noticias TASS publicado ayer: 

"Estamos viviendo ahora mismo el final de un periodo de 600 años de colonialismo. La Mayoría Global, que representa más del 80% de la población mundial y el 70% del PIB mundial, se está moviendo para construir un nuevo sistema económico basado en una cooperación en la que todos salgan ganando y en los Cinco Principios de Cooperación Pacífica". Esto incluye "sus propios mecanismos financieros, que les permiten acceder al crédito para el desarrollo para construir sus propias economías industrializadas. Si los países de Europa, e incluso Estados Unidos, fueran razonables, se abrirían a cooperar con estos países como futuros mercados en crecimiento, y todos los problemas podrían resolverse fácilmente”. Pero, en lugar de eso, "las élites pro-atlanticistas son completamente reacias a aceptar el hecho de que el desorden del orden mundial es el resultado de sus propias políticas", afirmó. 

Con relación a la reciente decisión del gobierno de Biden de aprobar el uso de armas estadounidenses para atacar territorio ruso, Zepp-LaRouche dijo: "El mayor peligro es que las élites dominantes occidentales se han convencido a sí mismos de que Rusia sólo fanfarronea, mientras piensan que pueden seguir 'hirviendo la rana rusa'. Si no se detiene esta trayectoria demencial, en breve tendremos el Armagedón. Las campanas de alarma deben sonar fuerte para que todo el mundo las oiga".