6 de junio de 2024 (EIRNS) — Como puede verse en el claro patrón de las respuestas de los medios noticiosos británicos a las recientes elecciones en Sudáfrica, India y México, los intereses financieros transatlánticos centrados en la City de Londres están totalmente en contra de que los países del sector en desarrollo tengan gobiernos fuertes. Leyendo entre líneas su cobertura de prensa, casi se puede oír cómo lo explica el imperialismo británico:"Verás, nunca se sabe cuándo los nativos se pondrán arrogantes, así que es mejor mantenerlos divididos y peleándose entre ellos, y ver si puedes sacarlos del BRICS". 

Así, los medios noticiosos británicos se mostraron muy contentos de que el Congreso Nacional Africano (CNA) recibiera un descalabro en Sudáfrica, cayendo del 57% en las elecciones de hace cinco años al 40% en las últimas elecciones de este 29 de mayo, y que tendrá por lo tanto que formar un gobierno de coalición. Asimismo, se muestran petulantes y satisfechos de que Narendra Modi haya sido "humillado" con una ajustada victoria en la India; y por lo mismo están temblando y preocupados porque la candidata del partido Morena, Claudia Sheinbaum, obtuvo un enorme mandato en México, y probablemente controlará las dos Cámaras del Congreso y con ello podrá aprobar reformas constitucionales que Londres y Washington objetan. 

Según los resultados preliminares oficiales, con el 95% de los votos escrutados, Sheinbaum obtuvo más de 33 millones de votos, es decir, el 59% del total. La candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez, obtuvo algo menos de 16 millones de votos, el 28% del total. Además hubo una alta participación (más del 60% de votantes). En resumen, fue una victoria aplastante. 

Un artículo publicado el 4 de junio en el Financial Times mostraba su preocupación de que "las elecciones del domingo en México sacudieron a los inversionistas y enviaron ondas de choque a los consejos de administración de las empresas". Ese mismo día, un segundo artículo del Financial Times informaba que "los cambistas siguieron vendiendo el peso por temor a un cambio constitucional radical", es decir, lanzaron una guerra financiera preventiva contra el próximo gobierno de Sheinbaum, que asumirá su cargo el 1 de octubre. Aunque aún no está claro cuál será la política exterior y económica de Sheinbaum, los británicos tienen muy en claro lo que temen y no quieren ver. 

"Las principales preocupaciones sobre la reforma constitucional", decían en el artículo, "incluyen la fijación de los aumentos del salario mínimo con relación a la inflación, la reforma de las pensiones, la garantía de asistencia médica estatal para todos y las becas de educación para los pobres". Wall Street y la City de Londres también están presionando fuerte para que Sheinbaum acepte la privatización total del crítico sector energético de México, especialmente su petróleo, a lo que se resistió el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). 

La presión y el chantaje internacional que sucedieron de inmediato, señaló el Financial Times, "llevaron a Sheinbaum a anunciar que el secretario de Hacienda actual, Rogelio Ramírez de la O, respetado por los inversionistas, permanecería en su gabinete después de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador entregue el cargo en octubre… El ministro se dirigió a los inversionistas en una llamada de dos minutos el martes por la mañana y les prometió recortar el déficit presupuestario el año próximo y atenerse a las políticas económicas ortodoxas.  'Nuestro proyecto se basa en la disciplina financiera, el respeto a la autonomía [del banco central], la observancia del Estado de derecho y la facilitación de la inversión privada nacional y extranjera', dijo, según una grabación de la llamada". 

Conociendo la larga historia de nacionalismo y políticas económicas orientadas al desarrollo de México (por ejemplo, bajo el Presidente José López Portillo 1976-1982), la City de Londres y Wall Street siguen sin estar convencidos. El Financial Times transmitió el mensaje de los banqueros por medio de una nota de un analista del Citibank: "Sheinbaum se encuentra en la encrucijada entre una fantástica oportunidad para México en un lado del camino,  y por el otro, en un punto de inflexión para el peso mexicano y la eventual pérdida del grado de inversión del país".

El semanario The Economist fue de un arrogante y petulante típico en su cobertura, gritando a los cuatro vientos que "Claudia Sheinbaum ha ganado la presidencia de México de calle. Ahora debe dar un giro de 180 grados y romper con su predecesor y mentor [AMLO]... La estrategia energética estatal de López Obrador ha dado lugar a una energía insuficiente, sucia y cara... La lista de tareas de la Sra. Sheinbaum es clara: hacer frente al desorden, impulsar el comercio y la inversión, y reforzar la democracia".