22 de junio de 2024 (EIRNS) — El miércoles 19 de junio, el Banco Central de Brasil anunció que mantiene la tasa de interés básica del país (SELIC) al nivel usurario del 10,5%, alegando "gastos excesivos del gobierno" y la preocupación del mercado por el déficit presupuestario federal. El Presidente Lula da Silva contraatacó a este evidente acto de guerra económica, dirigido por la City de Londres y Wall Street, movilizando a los brasileños contra la política del banco central de mantener altos los beneficios de los especuladores, a costa del desarrollo de la nación. Lula cuestionó incluso la idea misma de "autonomía" del banco central, el santo grial de la City de Londres y Wall Street. 

El Presidente declaró ayer a Radio Verdinha que los elevados intereses benefician a los bancos privados, que "prefieren, en vez de emitir crédito, ganar dinero con las altas tasas de interés del 10,5%". Además, señaló que mientras todo el mundo habla de esto o aquello que debe recortarse para evitar el déficit presupuestario, según las normas actuales, el pago de intereses de los bonos y la deuda del Estado se define como una categoría sacrosanta, separada del presupuesto, y que no debe recortarse. El año pasado, el gobierno pagó 790.000 millones de reales (unos 145.000 millones de dólares) sólo en intereses, lo que supone una parte notable del “acarreo de fondos” (carry trade) internacional, como se llama ahora a la especulación de los capitales golondrinos. 

"Es Brasil el que sale perdiendo, es el pueblo brasileño, porque cuanto más paga en intereses, menos dinero tiene para invertir aquí", explicó. El gasto público en programas que mejoren el nivel de vida, las cualificaciones y las oportunidades de progreso de los brasileños debería considerarse una "inversión" y no un "gasto", agregó. “No oigo al mercado hablar de los sin techo, de los recicladores [personas que sobreviven hurgando en los vertederos en busca de materiales reciclables para vender], de los desempleados o de la gente que necesita al Estado. ¿Quién necesita al Estado? Son los trabajadores, la clase media, los que pagan los impuestos en este país", no los ricos. 

Lula insistió en que la gente piense también en el costo de que el gobierno NO haga esas inversiones: 

"¿Cuánto costó no hacer la reforma agraria en Brasil en los años 40? ¿Cuánto costó no extender la alfabetización en este país en los años 50? Costó mucho. El proyecto de desviación del río São Francisco, que yo empecé a construir, fue intentado por Dom Pedro II en 1846. Nunca se le permitió hacerlo. Se tardó casi 150 años para... llevar agua a 12 millones de nordestinos que vivían en el nordeste semiárido. ¿Es un gasto? Es un gasto. ¿Pero no es un gasto ver a la gente morir de hambre? ¿Ver a la gente salir a pie, con una mochila, o trabajar en una obra para ganar 30 reales (menos de 6 dólares) al mes? ¿Cuánto le cuesta eso al Estado? 

"Así que tenemos que darnos cuenta de que cuando hacemos algo y eso redunda en un beneficio colectivo, en la mejora de la calidad de vida, es una inversión extraordinaria la que estamos haciendo. Estamos invirtiendo en el pueblo brasileño. La decisión del Banco Central fue invertir en el sistema financiero, invertir en los especuladores que ganan dinero con los intereses. Y nosotros queremos invertir en la producción".