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¿Una línea roja demasiado lejos?

26 de junio de 2024 (EIRNS) — Cualquiera que preste atención a la cadena de acontecimientos en Ucrania y sus alrededores verá la peligrosa escalada que se está dando. Los países occidentales, antes más comedidos, han suministrado cada vez más armas pesadas y de mayor alcance a Ucrania para combatir y matar a los rusos. A cada paso, la dirigencia rusa ha expresado su preocupación, han hecho sonar las alarmas y han destacado que Washington y otros países están cruzando líneas rojas profundas y oscuras en una guerra abierta contra su nación. Sin embargo, a cada paso, esos mismos países occidentales han fingido indiferencia y han continuado con su escalada. 

Cuando el domingo 23 de junio un misil ATACMS suministrado y dirigido por Estados Unidos y armado con municiones de racimo impactó en una playa de veraneo densamente poblada de Crimea, matando a 4 personas e hiriendo a más de 150, se llegó a un nuevo nivel de crisis. Rusia se apresuró a condenar las acciones y a prometió una rápida represalia, señalando directamente con el dedo a Estados Unidos. Como dijo el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, el 24 de junio: "El hecho de que Estados Unidos está directamente implicado en este crimen está fuera de toda duda". 

Ciertamente, es bien sabido que los ATACMS utilizan programación estadounidense para apuntar, y que no se lanza ningún misil sin la participación directa de Estados Unidos. Por lo tanto, cuando el lunes 24 de junio los portavoces del Departamento de Estado y del Pentágono desestimaron las preguntas relativas a las afirmaciones de Rusia, y dieron la vuelta a la cuestión, para en efecto culpar a Rusia de causar los ataques terroristas contra su propio pueblo, fue una admisión abierta de que Estados Unidos tiene la intención de que estos ataques continúen. 

¿Qué debe concluir Rusia? ¿Debe retroceder atemorizada y retirarse de las actuales operaciones en el frente? ¿O más bien concluirán que se trata de otro intento más flagrante de "hervir la rana rusa"? Tal vez imaginen que esto es lo que Malcolm Chalmers, subdirector general del Real Instituto de Servicios Unidos de Gran Bretaña, propuso como una "crisis de los misiles de Crimea", con todo un enfrentamiento nuclear cuando Ucrania avance hacia la península de Crimea, lo que "podría hacer más fácil a los dirigentes llegar a arreglos difíciles". Sólo los imbéciles piensan que en ese punto Rusia se echaría para atrás. 

El informe procedente de Austria deja aún más clara esta realidad. Del 10 al 21 de junio, las Fuerzas Armadas de Austria ensayaron para la contundente supresión de un ejército de insurgentes nacionales. En uno de los mayores simulacros militares de los últimos años, en el que participaron otras tres nacionalidades europeas, Austria utilizó el escenario hipotético de ciudadanos armados que "simpatizan con el agresor" (en una clara referencia a Rusia contra Ucrania) y que han tomado el control de partes de su país. Ya sea que el gobierno de Austria crea o no en su propia narrativa, esto ciertamente indica preparativos para una represión mucho más dura contra cualquier disidente dentro de los países occidentales a medida que sus gobiernos continúan avanzando hacia una guerra mundial. 

Mientras tanto, aumentan los debates en torno no sólo a una alternativa pacífica a esta loca carrera hacia la guerra, sino a una arquitectura de seguridad totalmente nueva para Eurasia y más allá. El discurso del Presidente Putin del 14 de junio es indicativo de un proceso de múltiples conexiones que se está extendiendo por toda la región, y que se ha puesto de manifiesto recientemente en la reunión de antier entre el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y el ministro de Asuntos Exteriores de Bielorrusia, Serguéi Aleinik. Los dos funcionarios firmaron el lunes 24 de junio una declaración conjunta que consolida la cooperación en su "Estado de la Unión" conjunta en todos los ámbitos: económico, político y estratégico. Como parte de ello, hicieron hincapié en la necesidad de "una nueva arquitectura sostenible de la seguridad internacional" sustentada en el principio de "consideración mutua obligatoria de los intereses de todas las partes implicadas". Asimismo, hicieron hincapié en la necesidad de seguir integrando la Gran Asociación Euroasiática con la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la Unión Económica Euroasiática (UEEA), la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la Asociación de Naciones el Sureste Asiático (ASEAN), la Comunidad de Estados Independientes (CEI), el BRICS y la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, creando una visión común del desarrollo económico y la colaboración en todo el continente euroasiático. 

La tarea que todos tenemos por delante es interrumpir la carrera galopante hacia la guerra. En la actualidad, no hay nadie calificado que se presente a la Presidencia de Estados Unidos; por tanto, no hay nadie en quien depositar simplemente la esperanza. El cambio depende más bien de un grupo de ciudadanos motivados y apasionados que decidan cambiar la trayectoria actual. En este sentido, la decisión de la Coalición Internacional por la Paz de respaldar la declaración alemana de Junta Administrativa de las Asociaciones de Alemania Oriental (OKV, por sus siglas en alemán) de apoyo a la Iniciativa de Paz de Putin puede ser un punto de encuentro en torno al cual movilizarse. El comunicado de prensa ya está publicado y disponible para su amplia difusión.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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