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¿Tiene algún significado el 4 de julio?

3 de julio de 2024  (EIRNS) —Ahora que Estados Unidos se acerca a la celebración del 4 de julio, con motivo de su Declaración de Independencia del imperio británico, conviene hacer algunas reflexiones. 

Una idea tonta de la que hay que prescindir es que los padres fundadores se enfrentaron a la mayor armada y fuerza militar del mundo porque estaban recibiendo un mal trato en materia de impuestos. La gente olvida que la objeción era a "impuestos sin representación". Cuando los seres humanos saben que son capaces de hacer algo más durante su vida mortal que limitarse a proporcionar materias primas a gente astuta, y  que son capaces de deliberar sobre el camino a seguir por su comunidad y su nación para que empleen progresivamente los niveles culturales y de destreza más elevados de la humanidad, resulta difícil mantenerlos en la subyugación colonial. 

Los días 3 y 4 de julio, veinticinco naciones se reúnen en la Reunión del Consejo de Jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghái en Astana, capital de Kazajistán, para deliberar, entre otras cosas, sobre su cada vez mayor éxito anticolonial y a favor del desarrollo, representado, entre otras cosas, por el monumental proyecto de la Franja y la Ruta, de China. De hecho, fue en Astana, el 7 de septiembre del 2013, donde el recién electo Presidente de China, Xi Jinping, anunció su plan para la "Franja Económica de la Ruta de la Seda", al que pronto se uniría el 4 de octubre del 2013, cuando anunció en Yakarta, Indonesia, la "Ruta Marítima de la Seda del Siglo 21": Estos dos, los mayores proyectos de infraestructura del mundo, pronto se hicieron famosos como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) por los proyectos a largo plazo del país, orientados a la infraestructura y a la eliminación de la pobreza, ofreciéndolos al mundo entero. 

Los padres fundadores de Estados Unidos estarían muy orgullosos. 

Entonces, ¿por qué sus descendientes están discutiendo si Joe Biden o Kamala Harris, o quien sea, puede ganarle la partida a Donald Trump en un concurso para ver quién es el mejor para derrotar a China o Rusia? ¿Cuándo reconquistó el imperio británico a Estados Unidos, convirtiéndonos en un abusador de la represión imperial? ¿Y cuándo se apartaron la independencia y la libertad estadounidense de la alegría de desarrollar toda nuestra gama de facultades y elegir con madurez el mejor camino a seguir? 

Ayer, en Kiev, se produjo un acontecimiento notable y curioso. El Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se reunió con su vecino, el Primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. Este último lleva bastante tiempo en la lista de enemigos de Kiev, tanto en la infame lista negra de Myrotvorets como en la del Centro para Contrarrestar la Desinformación (CCD). Como alguien que ha osado escuchar la preocupación de Rusia de que Europa necesita nuevos acuerdos de seguridad en los que la seguridad de un país no se base en disminuir la seguridad de su vecino, Orbán ha sido señalado como “agente ruso” (por estos círculos ucranianos financiados por la OTAN) como alguien que en tiempos de guerra podría y debería ser silenciado por cualquier medio necesario. El 1º de julio, Orbán y Hungría asumieron la presidencia del Consejo de la Unión Europea para los próximos seis meses, y su primera gran intervención fue actuar para sofocar el impulso europeo de una guerra ampliada, lo que le llevó a ir donde están sus enemigos declarados. 

Menos consciente de ello, pero quizá más arriesgado, el Presidente Zelenski se reunió con Orbán, e incluso tuvieron una rueda de prensa conjunta. Es la propia Oficina del Presidente Zelenski la que hospeda a su Consejo Nacional de Seguridad y Defensa que, a través de su unidad del CCD, estableció que Orbán era un enemigo público. Dejando a un lado la audaz intervención de Orbán, ¿qué pensar de que Zelenski se presentara en público con Orbán y éste pidiera que se iniciaran las negociaciones de paz con un cese al fuego, con el consiguiente plazo, sólo para hacer avanzar las cosas? En sus cinco años de gobierno, Zelenski se ha mostrado irreverentemente beligerante con casi todo el mundo, pero no con los revanchistas duros de Ucrania, no con los que celebran al colaborador nazi Stepan Bandera, los neonazis de la Brigada Azov, con su simbología basada en la esvástica nazi. Durante cinco años han dicho "salta", y Zelenski ha preguntado: "¿A qué altura quieren que salte?". Todo esto para subrayar que hay motivos para pensar que Zelenski podría estar preguntándose si tiene salida del cajón en el que se ha metido. 

¿Tiene Europa Occidental una salida a su rusofobia autodestructiva y a su ruina económica? En este sentido, tiene Estados Unidos una forma de desactivar la aparentemente interminable telenovela llamada “política”? 

Hacer unas cuantas reflexiones positivas sobre el Cuatro de Julio original, cuando liberar al mundo del dominio imperialista era algo bueno, es un excelente punto de inflexión, una buena y adecuada utilización de la cultura. Para empezar, he aquí la declaración para conmemorar el Cuatro de Julio, escrita por Diane Sare, candidata al Senado de Estados Unidos por el estado de Nueva York, la única candidata en estos momentos capaz de provocar un auténtico y cálido resplandor por el verdadero Cuatro de Julio.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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