9 de julio de 2024 (EIRNS) — Orbán explicó su ofensiva diplomática para sacudir Europa. 

Hace una semana, el día en que Hungría asumió la presidencia del Consejo de la Unión Europea (UE), un día antes de que sorprendiera a todos yendo a Kiev, Orbán explicó cómo es que la tolerancia a la irrealista "burocracia de Bruselas" está llevando a Europa a la guerra, y cómo la singular diplomacia de Hungría, de "llamar a las cosas por su nombre" era exactamente lo que el médico había recetado. Si la entrevista del 1º de julio de Orbán con el canal M1 de TV se hubiera considerado seriamente, no sólo las tres bombas diplomáticas no habrían cogido a todo el mundo por sorpresa, sino que la "verdadera diplomacia" para detener la guerra termonuclear que implican habría sido evidente. A continuación, algunos extractos de esa entrevista: 

"Y en el debate presidencial estadounidense, el candidato presidencial conservador o republicano, el Presidente Trump, ha dejado claro que pondrá fin a esta guerra en veinticuatro horas. Así que si gana habrá un cese al fuego como mínimo. Si eso conducirá a una paz duradera es una cuestión para el futuro, pero es seguro que la situación no será la que tenemos ahora. Por lo tanto, Europa debe prepararse rápidamente para una situación en la que los estadounidenses y los rusos estén, tarde o temprano, negociando entre sí. ¿Dónde encajará Europa en este acuerdo?... ¿Cuáles son exactamente nuestros intereses?... Hungría no puede responder a estas preguntas, porque nuestra forma de trabajar como presidente [del Consejo de la UE] no será liderar Europa o tomar decisiones aquí en lugar de Alemania, Francia e Italia. Eso estaría fuera de lugar. 

"Lo que podemos hacer es lo que siempre corresponde a la presidencia [del Consejo de la UE]: poner propuestas sobre el tapete. Así que no decidiremos, pero ayudaremos a los veintisiete Primeros Ministros a decidir. Estaremos allí en todos los lugares importantes para Europa, exploraremos todas las situaciones... Este liderazgo no es burocrático: por supuesto que existen estos expedientes y deliberaciones, pero también tiene que haber una forma política de energía: una iniciativa que no sea una decisión, pero que ponga sobre el tapete una descripción clara de la situación, las posibles soluciones. Así es como procederemos. Si en los próximos días usted o sus telespectadores escuchan noticias sorprendentes procedentes de lugares sorprendentes, esta es la forma de trabajar que hay detrás". 

Además, "en esta cultura de diplomacia internacional, lo que representamos y cómo lo representamos es público, abierto y directo. Creo que esto es una virtud... Así que lo que podemos añadir como rasgo de carácter húngaro a los debates europeos es que llamaremos a las cosas por su nombre, porque hemos aprendido que vivimos en un rincón del mundo en el que si no llamamos a las cosas por su nombre y tomamos decisiones a tiempo, nuestro país se arruinará, al igual que podría arruinarse toda Europa si se esconden los problemas debajo de la alfombra en lugar de afrontarlos con honestidad. Así que la presidencia húngara será buena para Europa...". 

"Lo que no ocurrirá es algo que es un problema muy común aquí en Bruselas: los asuntos pueden llegar a la agenda, o ni siquiera llegar a ella, gracias al característico enfoque burocrático de la burbuja bruselense, que implica una enorme pérdida de tiempo y una jerga apenas comprensible... Habrá sorpresas".