17 de julio de 2024 (EIRNS) — La edición de junio de la revista The New Republic destaca en su portada una foto del ex Presidente Donald Trump como Adolf Hitler, con el título: "Fascismo estadounidense: Cómo sería". El 7 de junio The New Republic publicó un tuit que decía: "Hoy, en The New Republic pensamos que podemos pasar este año electoral de una de dos maneras. Podemos pasarlo debatiendo si Trump cumple los nueve o 17 puntos que definen el fascismo. O podemos pasarlo diciendo: 'Está condenadamente cerca, y será mejor que luchemos'. Elegimos sin reservas esta última opción". 

Se trata de una admisión bastante abierta por parte de uno de los "medios informativos más viejos" con bastantes seguidores, de que los hechos pueden dejarse de lado en aras de atacar a Trump. Después del atentado del 13 de julio contra el ex Presidente Trump, el senador J.D. Vance (republicano de Ohio) hizo una simple observación: "La premisa central de la campaña de Biden es que el Presidente Donald Trump es un fascista autoritario que debe ser detenido a toda costa. Esa retórica condujo directamente al intento de asesinato del Presidente Trump". 

Sin embargo, esos ataques han sido el procedimiento operativo estándar para los atlanticistas que ejecutan "revoluciones de color" y golpes de Estado violentos en los países seleccionados. De particular interés, la investigación de Eslovaquia sobre el intento de asesinato del 15 de mayo contra el Primer ministro Robert Fico encuentra que el "asesino solitario" (Juraj Cintula), tan inflado por los medios noticiosos de la oposición eslovaca, fue financiado en secreto por los atlanticistas, para detener a Fico a toda costa. 

¿Qué se atreve a decir el 14 de julio el director de The New Republic, Michael Tomasky, por sus ataques a Trump? "Mientras escribo estas palabras, no sabemos qué motivó a Thomas Matthew Crooks, de 20 años, a intentar asesinar a Trump... Pero sea cual sea su motivación, su acto no es aislado... 

"Escribiría que estamos a punto de entrar en un período muy oscuro, pero en realidad entramos en él hace mucho tiempo, y no hay final a la vista", cierra su escrito. 

No se tiene que alegar que Crooks estaba leyendo el número de junio de The New Republic. Esta publicación no era más que un ejemplo particularmente claro del tipo de comentarios que aliemntan a individuos desesperados. Y aunque su acto, en efecto, no fue aislado, no hay necesidad de seguir a Tomasky hasta ese periodo tan oscuro. 

El "autoritarismo" de un George Washington, un Abraham Lincoln, o un Franklin Roosevelt, o para el caso, Xi Jinping, es exactamente lo que se necesita para aplastar la burbuja financiera detrás del empuje hacia la guerra permanente. Y eso es exactamente lo que impulsa la desesperada hipocresía de Tomasky y de aquellos a quienes sirve.