24 de julio de 2024 (EIRNS) — Es de esperar que algunas de las preocupaciones de los republicanos sobre el peligro y la irresponsabilidad de que Joe Biden, en su estado mental, tenga el dedo en el botón nuclear, reflejen cierto grado de preocupación por la situación estratégica, y no sólo por ganar puntos políticos. Sea como sea, vale la pena que los estadounidenses se enfrenten a la realidad de la situación. 

En las últimas 24 horas, más voces se han pronunciado sobre el tema. El representante Richard Hudson (republicano de Carolina del Norte), presidente del Comité Republicano Nacional del Congreso, publicó en su cuenta de X: "Este es un escándalo de proporciones históricas. El Presidente Biden está incapacitado, los demócratas lo sabían y le mintieron al pueblo estadounidense para encubrirlo. Si Biden está mentalmente incapacitado para hacer campaña, está mentalmente incapacitado para tener los códigos nucleares". 

Al compañero de fórmula de Trump, el senador de Ohio, J.D. Vance, le dijo a la BBC de Londres hace dos días: "No presentarse a la reelección sería una clara admisión de que el Presidente Trump tenía razón todo el tiempo acerca de que Biden no está mentalmente apto para servir como Comandante en Jefe. No hay término medio aquí". El presidente de la Cámara de Representantes del Congreso, Mike Johnson (republicano de Los Ángeles), dijo que la situación con Biden ha llegado a una "coyuntura sin precedentes en la historia de Estados Unidos... Si Joe Biden no es apto para hacer campaña para ser Presidente, tampoco lo es para ser Presidente. Debe renunciar al cargo de inmediato. El 5 de noviembre no puede llegar suficientemente pronto". Otros, como el senador por Florida Rick Scott, el representante por Luisiana Steve Scalise, y la presidente de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes, la neoyorquina Elise Stefanik, también pidieron la dimisión de Biden. 

También cabe preguntarse si Kamala Harris o, el siguiente en la línea de sucesión, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, tienen la seriedad estratégica necesaria para tranquilizar a los estadounidenses sobre la cuestión del lanzamiento de una guerra termonuclear; o tal vez ha llegado el momento de poner fin a la campaña para desmantelar a Rusia.