Go to home page

Estados Unidos sanciona ya a un tercio del mundo

1º de agosto de 2024 (EIRNS) — El diario Washington Post descubrió por fin la locura de la política de sanciones de Estados Unidos. En un largo artículo de la semana pasada, el diario de marras describe el absurdo grado en que Estados Unidos ha llegado a depender de las sanciones como medio para lograr sus objetivos de política exterior, una política que se ha acelerado desde el gobierno de Bush, creció aún más bajo Trump y luego se disparó bajo Biden. Un tercio del mundo está ahora sancionado por Estados Unidos, y más del 60% de los países de bajos ingresos del mundo. 

Gran parte del artículo está redactado con la idea de que las sanciones ya no "funcionan" tan bien como antes, ejemplificado principalmente por la evolución económica de Rusia en los últimos dos años y medio, evadiendo las sanciones occidentales. Pero lo que no se dice principalmente, es que incluso bajo una política de sanciones que "funcione", la muerte y la destrucción de la población del país víctima se considera "aceptable". Un ejemplo fueron las sanciones impuestas contra Saddam Hussein en la década de 1990 por H.W. Bush. A pesar de estas sanciones, Saddam permaneció en el poder durante otra década, pero los civiles murieron por miles debido a las restricciones impuestas a la importación de piezas de repuesto sencillas para reparar los sistemas de agua y alcantarillado en Iraq tras la primera Guerra del Golfo, lo que desencadenó brotes mortales de cólera y tifoidea. 

No obstante, el artículo cita a varios funcionarios y ex funcionarios que ahora están "preocupados por su impacto". Bill Reinsch, ex funcionario del Departamento de Comercio, dijo: "Es lo único que hay entre la diplomacia y la guerra y, como tal, se ha convertido en la herramienta de política exterior más importante del arsenal estadounidense. Y, sin embargo, nadie en el gobierno está seguro de que toda esta estrategia funcione". Y Ben Rhodes, consejero adjunto de seguridad nacional de Obama: "La mentalidad, casi un extraño reflejo, en Washington se ha convertido en: Si ocurre algo malo, en cualquier parte del mundo, Estados Unidos va a sancionar a algunas personas. Y eso no tiene sentido. No pensamos en los daños colaterales de las sanciones del mismo modo que pensamos en los daños colaterales de la guerra. Pero deberíamos". 

Pero hay otra tendencia curiosa que se ha desarrollado a lo largo de los años de uso de las sanciones. A medida que los burócratas se han visto abrumados por la magnitud de las sanciones aplicadas, han exportado al sector privado y a las organizaciones sin ánimo de lucro los procesos esenciales de toma de decisiones sobre quién, qué, dónde y cómo deben aplicarse las sanciones. Esto ha dado lugar a una industria de sanciones multimillonaria compuesta por bufetes de abogados, grupos de presión y consultores que se dedican exclusivamente a las sanciones: a veces son expertos en imponer sanciones, o en revocarlas, en evitarlas o en hacerlas cumplir, pero a menudo se trata de todo lo anterior. 

La casta dominante estadounidense, en su actual estado de colapso, ha adoptado el papel del martillo que ve todos los problemas como clavos, aunque esos clavos sean naciones y pueblos enteros.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

Volver    Volver al inicio

clearclearclear