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Helga Zepp-LaRouche en CGTN: ‘La APEC, un motor vital de la economía mundial’

18 de noviembre de 2022

16 de noviembre de 2022 (EIRNS) —La fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, apareció en CGTN para hablar sobre la próxima reunión de líderes de la APEC, que se llevará a cabo el 18 y 19 de noviembre en Bangkok, Tailandia. (news.cgtn. com/news/2022-11-16/APEC-a-vital-motor-of-the-world-economy-1f0sp5UeCvS/index.html)

Transcripción del texto en español.

Dadas las extremas tensiones que viven actualmente las economías europeas y estadounidense, aunque por motivos diferentes, las economías asiáticas ya están funcionando como un importante motor de la economía mundial. La región del Asia-Pacífico se ha convertido en el principal motor de crecimiento del mundo, y si las inversiones, el comercio y la cooperación avanzan sin problemas dentro de la Zona de Libre Comercio del Pacífico Asiático (FTAAP), mejorará todas las economías participantes.

Tailandia podría encabezar uno de los principales proyectos de infraestructura de la FTAAP. Uno de los proyectos innovadores sobre la mesa debería ser la construcción del canal de Kra, que debería construirse a través de la parte más estrecha de la península malaya. El istmo de Kra en Tailandia se ha conocido durante mucho tiempo como el sitio más adecuado para abrir un canal que conecte el golfo de Tailandia y el Océano Índico. El estrecho de Malaca está sobrecargado de tráfico desde hace mucho tiempo, y dado que Asia es la región con mayor crecimiento económico del mundo, tendría mucho sentido finalmente realizar este proyecto. Con una población mundial en crecimiento y el crecimiento correspondiente del comercio, la construcción del canal de Kra no solo aliviaría el cuello de botella del estrecho de Malaca, sino que también beneficiaría económicamente a Tailandia y a toda la región.

Dado que China, la segunda economía más grande del mundo, y que, en términos de poder adquisitivo ya es número uno, obviamente define los parámetros de la FTAAP en gran medida. El crecimiento continuo de la clase media será un gran atractivo para los socios de China en la región, tanto para las inversiones directas como para la expansión de las relaciones comerciales bilaterales.

Creo que sería muy beneficioso que se incluyeran los principales países fuera de esta región, ya que una economía mundial abierta y multilateral, ha demostrado ser de interés para todos los países participantes en el pasado. Hay una tendencia de algunas fuerzas en Occidente a desacoplar sus economías de Rusia principalmente por razones geopolíticas y, como consecuencia de esto, las mismas fuerzas quieren desvincularse de la economía china. A esto lo llaman “reducir la dependencia del mercado chino”, pero en realidad es un esfuerzo por contener el auge económico de China. Pero esa perspectiva no sirve al verdadero interés propio de las industrias de los países europeos, y tal desacoplamiento, iría acompañado de una importante pérdida de empleos en los países afectados.

Por otro lado, se están desarrollando nuevas asociaciones, que van más allá de Asia como tal, por ejemplo, el BRICS pronto se ampliará, ya incluye a Brasil y Sudáfrica y más países han solicitado o solicitarán la membresía. Irán y Argentina han solicitado ser parte de él, y ahora también Egipto, Arabia Saudita y Turquía han expresado planes de hacerlo. Hay más países en el Sur Global que están pensando de esta manera.

Además, no estamos viviendo tiempos normales. Vivimos lo que el presidente Xi Jinping llama cambios no vistos en un siglo, y esto se refiere también a un realineamiento de países completamente nuevo, donde cada vez más países están reviviendo la tradición de no alineamiento y están retomando la lucha para superar al colonialismo en su nueva forma, una dependencia en las estructuras financieras hasta ahora dominadas en gran medida por el sector transatlántico. Estos países quieren tener un nuevo sistema monetario internacional, comerciar en sus propias monedas y tener control sobre su propia creación de crédito. Quieren crear un orden económico mundial nuevo y justo. Entonces, todos estos cambios deben considerarse, si uno piensa en la pregunta, si se deben incluir países de fuera de esta región.

En el contexto de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, se han iniciado varios proyectos importantes que involucran potencialmente a múltiples países que han empezado a cumplir las promesas de integración económica de la Nueva Ruta de la Seda. Uno de ellos es el CPEC, el Corredor Económico China-Pakistán, un proyecto emblemático, que se extenderá en el futuro a Afganistán y a los países de Asia Central, solo para empezar.

Del mismo modo, el Ferrocarril China-Laos no solo impulsa el desarrollo de la logística y el transporte, hace que viajar sea mucho más rápido (redujo el viaje de Vientiane a la frontera entre China y Laos de dos días a solo tres horas), sino que también convierte a Laos de ser un país sin salida al mar a un país que ahora está conectado regionalmente. Este tren tiene una velocidad de 160 km por hora y viaja de ida y vuelta entre Boten y Vientiane y representa un desarrollo de infraestructura crucial, que será el trampolín para la industrialización de Laos, y en el futuro contribuirá al desarrollo de sus vecinos, como Tailandia.

Estos grandes proyectos de infraestructura son la clave para la industrialización de todos los países, dondequiera que se construyan, y no son privilegio de los llamados países industrializados, sino que son la clave para que los países en desarrollo logren su propia industrialización. Finalmente, muy pronto, todos los continentes estarán conectados a través de tales proyectos, túneles y puentes, por lo que la Nueva Ruta de la Seda se convertirá en el Puente Terrestre Mundial, que también es el nombre de un famoso estudio de mi grupo de expertos, el Instituto Schiller.

Creo que lo que necesitan los países en desarrollo es un enfoque diferente, mucho más centrado en la innovación. Porque un recurso, no es una condición fija, sino que depende totalmente del nivel de la tecnología con la que uno lo trata. Para nuestros antepasados en la Edad de Piedra, una piedra parecía ser un hacha de mano, con la que se podía cazar a un animal. Nuestros ingenieros modernos mirarían la misma piedra y dirían: "Oh, qué interesante, tiene los siguientes minerales y menas, que podemos usar para los siguientes procedimientos metalúrgicos". Y antes del descubrimiento de la energía nuclear, el uso de uranio era insignificante.

Los países en desarrollo tienen una gigantesca falta de desarrollo que superar, por lo que el enfoque de la gestión de la escasez no les hace mucho bien. En su lugar, necesitan una enorme transferencia de tecnología para poder salir de la condición de subdesarrollo y, a través de un proceso de educación, de construcción de la infraestructura e inversión en la industria y la agricultura, para alcanzar un estado de desarrollo digno, lo más rápido posible.

Naturalmente, uno tiene que cuidar el medio ambiente y adaptarse a los cambios climáticos, pero ahí creo que China es un buen modelo a seguir, pues ha hecho mucho por ambas preocupaciones, por ejemplo, con sus programas de forestación, que creó nuevos bosques en un territorio del tamaño de Alemania. Pero lo que necesitan los países en desarrollo es duplicar la producción mundial de alimentos, dado que 1.700 millones de personas están amenazadas de morir de hambre según el Programa Mundial de Alimentos, y necesitan la creación de agua nueva y fresca, a través de tecnologías modernas, como el uso pacífico de la energía nuclear para la desalinización de grandes cantidades de agua de los océanos y la ionización de la atmósfera, ya que 2 mil millones de personas no tienen acceso a agua limpia. Esto también ayudaría en la lucha contra la desertificación. Necesitan conectarse, lo más rápido posible, a las ciencias y tecnologías más avanzadas, por lo que necesitan ciudades científicas, para investigar y estudiar, para que muchos jóvenes puedan educarse y convertirse en científicos.

 

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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