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Durante una visita a Monterrey, México, Lyndon LaRouche propone apoyar un programa de desarrollo transfronterizo

Monterrey, 21 marzo—Al término de una visita de tres días a Monterrey, México, Lyndon H. LaRouche, aspirante a la candidatura del Partido Demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos, llamó a los Estados Unidos a darle su apoyo a la idea de transformar a Monterrey en una ciudad científica, una especie de "Atenas del norte de México" que sirva como correa de transmisión para el desarrollo y para llevar la ciencia y la tecnología más avanzada a los procesos productivos e industriales.

Esa idea es parte de un enfoque transfronterizo que proponen el gobernador del estado de Nuevo León, del cual Monterrey es la capital, y tres otros estados mexicanos que limitan con el estado de Texas en los EU, en materia de inmigración, gestión de aguas y generación de energía, además de una estrategia común para combatir el narcotráfico y el terrorismo.

El señor LaRouche se encontraba en Monterrey por invitación del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). El 20 de marzo, en un seminario que tuvo lugar en dicho plantel educativo, LaRouche recalcó ante los más de 300 estudiantes presentes:

"Aquí en Nuevo León hay algunas instalaciones universitarias y un problema económico... ¿Cómo vamos a reconstruir a México? ¿Cómo vamos a detener el flujo de la población mexicana hacia condiciones desesperadas, agobiadas por la pobreza, virtualmente de trabajo esclavo en los Estados Unidos? ¿Cómo vamos a crearle una oportunidad en México a la gente de aquí? Bueno, ¡fíjense en la universidad!... Una ciudad universitaria como esta tiene el potencial de hacer precisamente lo que requiere la economía física: producir una población que participe en experimentar la historia, la historia de la ciencia, una que a través de sus propias actividades, y a través de las poblaciones asociadas a ella, pueda desarrollar nuevas industrias y poner en juego nuevas tecnologías".

Los Estados Unidos no tendrían motivo de preocuparse de los llamados problemas de inmigración, explicó el señor LaRouche, si cooperaran en serio con México. Esa cooperación debe empezar con programas de desarrollo económico entre dos Estados nacionales soberanos. El objetivo de semejante cooperación económica sería crear oportunidades de empleo en México para los mexicanos, millones de los cuales al presente se ven obligados a salir de su propio país por las políticas de libre comercio que han destruido las economías de ambos países.

El señor LaRouche hizo hincapié en sus propuestas para desarrollar la zona del Gran Desierto Americano, que se extiende desde el suroeste de los Estados Unidos hasta la región del norte de México comprendida entre las dos cadenas montañosas de la Sierra Madre Oriental y la Sierra Madre Occidental, como ejemplo del método a seguir. Los Estados Unidos y México deben colaborar en la construcción de grandes proyectos de infraestructura, como trenes de alta velocidad, y obras para la generación y distribución de energía y de gestión de aguas.

Al crear empleos en México las familias podrán permanecer unidas. El presente enfoque del Gobierno de George Bush obliga a los mexicanos a buscar empleos en los Estados Unidos, lo cual fragmenta las familias. El hecho de que muchos estén indocumentados los hace fácil presa de los intereses del narcotráfico, el terrorismo y afines. LaRouche propuso "regularizar" la situación de los mexicanos que trabajan en los Estados Unidos en la actualidad, convirtiendo lo que ahora es un asunto policial en una cuestión consular normal.

Este enfoque en las relaciones mexico-estadounidenses, dijo LaRouche, también socavaría a los sinarquistas y otros que están alistándose para desatar el terrorismo "hispano" contra los Estados Unidos, y de manera simultánea, el terrorismo "blanco" contra los hispanos, como es el caso del notorio racista de Harvard Samuel Huntington.

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