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The International Schiller Institute (El Instituto Schiller internacional)

CÓMO PARAR EL CORONAVIRUS:

¡Cuarentena a Wall Street!

Videoconferencia internacional
para abordar los temas que plantea Helga Zepp-LaRouche en su
llamado que circula en todo el mundo.
 

(Envía tus preguntas a: preguntas@larouchepub.com)

Se difundirá por Internet aquí

jueves 19 de marzo de 2020

4:30pm Hermosillo, México

5:30pm Ciudad de México, y Querétaro, México

6:30pm Lima, Perú

7:30pm Washington, D.C.

8:30pm Buenos Aires, Argentina

(email:preguntas@larouchepub.com)

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Llamado urgente al Presidente Trump, al Presidente Xi, al Presidente Putin, al Primer Ministro Modi, y a los dirigentes de los demás países para la implementación de emergencia de las Cuatro Leyes de Lyndon LaRouche

Por Helga Zepp-LaRouche, presidente del Instituto Schiller

La mayoría de los expertos en salud ya están calificando oficialmente al coronavirus como pandemia, y solo unos cuantos evaden este término con el fin de no sacudir los mercados y las inversiones en los “bonos pandémicos”. Ya parece ser que esta pandemia será el golpe mortal para el sistema financiero, que de cualquier modo ya está en bancarrota, de lo cual son señales alarmantes e indiscutibles, el hecho del mayor desplome en las bolsas de valores desde 2008, el hundimiento sin precedentes en los intereses de los Certificados de Tesorería de Estados Unidos a 10 años, y el anunció del presidente de la Reserva Federal de Boston, Eric Rosengren, de lanzar “dinero del helicóptero” a los bancos.

En vez de haber aprendido de China, que según la Organización Mundial de la Ssalud ha establecido un nuevo estándar para hacer frente a ese tipo de crisis, la mayoría de los gobiernos (con las excepciones de Italia y Japón) no aprovecharon los tres meses de advertencia que tuvieron gracias a la eficaz intervención de China, para empezar a funcionar en la modalidad de crisis. Es impresionante, pero no sorprendente, lo absolutamente incapaz que se ha mostrado la dirigencia liberal y sus instituciones, para reflexionar sobre el hecho de que su política ha sido la causa de una amenaza sin precedentes a toda la civilización humana, e incapaz de sacar las conclusiones necesarias para cambiar su conducta.

Ya en 1974, Lyndon LaRouche estableció un Equipo de Trabajo sobre el Holocausto Ecológico y Biológico, para investigar el efecto de la  política del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, de recortar el consumo de alimentos y de energía, así como recortar el gasto en salubridad en los países en desarrollo, el cual mostró que esto conduciría a una catástrofe biológica, al surgimiento de nuevas y antiguas enfermedades y pandemias. En las décadas siguientes, LaRouche y su movimiento publicaron muchas más advertencias, y al mismo tiempo ofrecieron programas de desarrollo concretos para todos los continentes, cuya implementación hubiera evitado que la crisis actual se saliera de control.

De seguro, quizás los llamados países industrializados puedan de algún modo hacer frente a la crisis, pero ¿a qué precio? Debido a la privatización del sector de la salud (es decir, orientado por la ganancia) ahora hay muchas menos camas para tratamiento en unidades de cuidado intensivo (UCI). El dirigente del sindicato de doctores belgas, el doctor en cuidado crítico Phillipe Devos, acaba de advertir que esta escasez va a generar un triaje de las personas de edad avanzada a favor de los más jóvenes, en el momento en que el número de casos supere el número de UCI disponibles, cosa que él espera que sucederá eventualmente. ¿Vamos a regresar al peligroso camino de acabar con las “vidas que no merecen vivir”, que se condenó en los juicios de Nuremberg?

¿Y qué de los países más pobres, que ni siquiera tienen la capacidad para hacer las pruebas, mucho menos para el tratamiento?  ¿Qué de los países como Haití, Nigeria y Bangladesh? ¿Qué con Irán, donde las sanciones impuestas que le niegan los suministros médicos ya están causando claramente la pérdida de muchas vidas innecesariamente?

¿Qué de la plaga de langostas en los países africanos y asiáticos, un peligro que se ha conocido desde hace muchos meses, y donde no se ha proporcionado ni la ayuda financiera ridículamente pequeña de $76 millones de dólares, de tal modo que ahora el peligro existe de que la nube de langostas se vuelva una plaga total, y se vuelva una amenaza para las vidas de millones de personas en un corto período de tiempo?

¿Qué de las bárbaras escenas en la frontera turco-griega, donde la policía de ambos lados utilizan gases lacrimógenos contra los refugiados, en donde uno de los bandos utiliza a estas personas que no tienen absolutamente nada, pero donde el otro bando no es menos bárbaro cuando trata de mantener “protegidas” las fronteras de la Unión Europea? ¿Piensa realmente la dirigencia de la Unión Europea que pueden levantar fronteras como en el imperio romano por toda Europa, mientras que el sudoeste de Asia y África hacen implosión con una pandemia de coronavirus, una plaga de langostas, hambruna y desesperación?

Esta dirigencia se ha hecho de la vista gorda ante las guerras intervencionistas de los gobiernos de Bush y de Obama, las cuales, después de todo, fueron la causa principal de la crisis de refugiados. No han tenido ningún interés en construir infraestructura en África durante las últimas décadas, principalmente debido a su ideología neo-malthusiana. ¿Habrán en realidad aceptado la idea de dejar que esta pandemia y esta plaga de langostas, sigan su “curso natural”? ¿No se ajusta esto con la ideología verde, la cual predica que entre menos gente haya es mejor para el medio ambiente?

Hay una solución para esta crisis existencial; pero cuando las mentadas “élites” no son moralmente aptas para introducir las reformas necesarias, necesitamos una movilización amplia de la población, como verdaderos ciudadanos. Tiene que haber un amplia demanda popular de que los principales países del mundo –empezando con Estados Unidos, China, Rusia e India, con el apoyo de otros— tienen que implementar las siguientes medidas para reorganizar el actual sistema financiero:

  1. Se tiene que implementar de inmediato un sistema global de separación bancaria, según el modelo exacto de la ley Glass-Steagall  del 16 de junio de 1933, de Franklin Roosevelt. Bajo este sistema, la banca comercial debe estar bajo protección del Estado, y debe estar completamente separada, con un cortafuegos, de los especulativos bancos de inversión, a los cuales no se les debe permitir ya el acceso a los activos de la banca comercial, ni el privilegio de los rescates financieros con el dinero de los contribuyentes. El papel tóxico de estos bancos, tales como los contratos de derivados pendientes, se tienen que dar por perdidos. Los reclamos legítimos, que tienen que ver con la economía real o con las pensiones u otros activos de los trabajadores, se tienen que reconocer como válidos en el nuevo sistema. Algunas categorías de demanda de pagos se tienen que congelar por el momento, para ser evaluados por las instituciones del Estado en términos de su validez.

  2. Cada país debe crear un banco nacional, según la tradición del Banco de Estados Unidos de Alexander Hamilton, o el {Kreditanstalt für Wiederaufbau} de la posguerra en Alemania, a fin de que el Estado pueda proporcionar los fondos necesarios de crédito para las inversiones productivas en la economía física. La emisión de estos créditos se debe guiar por los principios de la alta densidad de flujo energético y de un aumento óptimo de la productividad de las capacidades productivas y de las facultades del trabajo, poniendo el acento en el avance científico y tecnológico.

  3. Se debe establecer entre los países participantes un sistema de tipos de cambio fijo, y se deben establecer tratados de cooperación entre los Estados soberanos con el propósito de llevar a cabo proyectos de desarrollo y de infraestructura bien definidos. Estos tratados en conjunto representan de hecho un Nuevo Sistema de Bretton Woods, como el que se proponía Roosevelt, con la intención explícita de proporcionar crédito para el desarrollo industrial del sector en desarrollo.

  4. El aumento urgente en la productividad de la economía mundial para que pueda alojar a una población mundial de casi 8 mil millones de personas actualmente, se debe facilitar mediante un programa internacional de urgencia para la realización de la energía de fusión termonuclear y otras tecnologías avanzadas, tal como la biofísica óptica y ciencias de la vida, a fin de encontrar soluciones a los desafíos como el coronavirus; así mismo, con el mismo objetivo se debe facilitar la cooperación internacional en la tecnología espacial y los viajes espaciales, lo cual puede establecer la necesaria plataforma económica superior siguiente, como lo ha desarrollado el economista Lyndon LaRouche.

La Iniciativa de la Franja y la Ruta que inició el Presidente Xi Jinping, a la que ya se han unido 157 países, ofrece una perspectiva concreta para llevar el desarrollo industrial tan urgentemente necesario al sudoeste de Asia y a África. China ha ofrecido cooperar con todos los países del planeta en una cooperación en la que todos ganan, para extender la Nueva Ruta de la Seda al sudoeste de Asia y a África, y proporcionar de este modo una perspectiva de desarrollo concreta, que es el única forma humana de resolver la crisis de refugiados. Estados Unidos y todas las naciones europeas tienen que cooperar con este plan.

Nosotros, los abajo firmantes, hacemos este llamado urgente a los gobiernos mencionados, para que actúen en este momento de extraordinario desafío para la seguridad y existencia de toda la humanidad, para corregir los errores del sistema actual, que llevaron a esta crisis presente, y para retornar a los principios del bien común, de la soberanía de los Estados nacionales, y de la seguridad alimentaria y energética, al tiempo que adoptamos una visión por las metas comunes de la humanidad y una comunidad del futuro compartido de la humanidad.

(email:preguntas@larouchepub.com)

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