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Videoconferencia del Instituto Schiller - ¿Qué sucedió en Afganistán?
Ahora es más urgente que nunca: 
Afganistán es una oportunidad para una nueva era de la humanidad
 

21 de agosto de 2021

INVITACION/PROGRAMA/HORAS

Conferencia del Instituto Schiller sobre Afganistán el 21 de agosto: Aceleren los proyectos económicos; dialoguen con el gobierno afgano en ciernes 

22 de agosto de 2021 — El sábado 21 de agosto del 2021, el Instituto Schiller llevó a cabo una videoconferencia internacional, titulada, “Ahora es más urgente que nunca: Afganistán es una oportunidad para una nueva era de la humanidad”, que reunió a experimentados ponentes de cinco naciones, a saber, Estados Unidos, Alemania, Pakistán, Canadá, e Italia. En el diálogo se abordaron repetidamente tres temas principales: Desechar por completo el paradigma de las "guerras sin fin", hablar con el nuevo gobierno afgano en ciernes y poner en marcha ya proyectos económicos.

“Hay que promover un desarrollo económico acelerado”, fue el consejo que dio la señora Helga Zepp-LaRouche en sus comentarios de apertura del evento. Ella hizo hincapié en que lo que ha sucedido en Afganistán marca “el final de un sistema”, tal vez no de una manera tan grande como la caída del Muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética, pero sí algo tan portentoso. Llevar a cabo guerras interminables y juegos geopolíticos ha sido un problema profundamente arraigado. Esto debe terminar ya, y de hecho va mucho más allá de Afganistán. Asimismo, subrayó que “ya llegó el momento de cambiar los supuestos axiomáticos sobre Rusia y China”.

Acompañando a Zepp-LaRouche en el panel, estuvieron el teniente coronel Ulrich Scholz (ret), de Alemania, militar y experto en filosofía; Pino Arlacchi (Italia), director ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) de 1997 al 2002, y ahora profesor de sociología en la Universidad de Sassari, Italia; Hassan Daud (Pakistán), director ejecutivo de la Junta de Inversiones de la Provincia de Khyber Pakhtunkhwa; Ray McGovern (Estados Unidos) ex analista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) retirado, cofundador de Veteranos Profesionales de Inteligencia por la Cordura (VIPS por sus siglas en inglés); y Nipa Banerjee (Canadá), Profesora de la Universidad de Ottawa. Se recibió una pregunta de Khalid Latif, director del Centro de Relaciones Internacionales de Pakistán (COPAIR).

Los moderadores del evento de hoy, Dennis Speed y Diane Sare, señalaron que el debate de este día es una continuación del diálogo del evento del Instituto Schiller del 31 de julio, "Afganistán: Un punto de inflexión en la historia, tras el fracaso de la era del cambio de régimen", y que varios de los individuos que participaron en ese evento estuvieron presentes el 21 de agosto, también. Sare señaló la importancia del Instituto Schiller para restablecer el proceso de diálogo, y dijo que “la gente está perdiendo la capacidad de dialogar” estos días. En su lugar, lo que hay es una histeria ideológica partidista —como se ve ahora mismo con la fijación en las acusaciones sobre la logística del proceso de evacuación de Kabul—sin ninguna visión para la gente y el futuro”.

A dos semanas del evento que llevó a cabo el Instituto Schiller el 31 de julio, en el que se presentó un panorama del potencial de desarrollo para Afganistán y la región, la acción militar de 20 años de Estados Unidos y la OTAN llegó a su fin. El Talibán tomó Kabul. Ayer se llevaron a cabo dos reuniones en Kabul entre el dirigente político del Talibán, Abdul Ghani Baradar, el ex Presidente de Afganistán, Hamid Karzai, el presidente del Alto Consejo Afgano para la Reconciliación Nacional, Abdullah Abdullah, y otras personalidades de influencia en el país, para conversar sobre la eventual formación de un gobierno que se anunciaría poco después del 31 de agosto, cuando concluya el período de evacuación.

Lo que no necesitamos ahora, dijo Arlacchi, es “talibanología”, es decir, especulaciones sobre sus intenciones y suposiciones. Muchos otros coincidieron en señalar que las intenciones en las que hay que centrarse son las de las grandes potencias: ¿Qué pretenden hacer Estados Unidos y la Unión Europea? ¿Van a colaborar, por ejemplo, con otras grandes potencias como Rusia, China e India, así como con los vecinos inmediatos de Afganistán, Irán y Pakistán, y las naciones de Asia Central del norte, en la ayuda humanitaria y las iniciativas económicas? Uno de cada tres de los 39 millones de habitantes de Afganistán sufre inseguridad alimentaria. Hay docenas de miles de desplazados internamente y miles de personas que huyen de la nación. Todo ello, en medio de la pandemia de COVID-19 que continúa desatada.

Arlacchi relató su propia experiencia pasada en el proyecto de una fábrica de lana en la Provincia de Kandahar, que supuso negociaciones exitosas con el gobernador Talibán. En el diálogo del 31 de julio, Arlachi había informado del éxito en la casi total erradicación de los cultivos de amapola en el período de 1998 al 2000, a través de su programa de la ONU, junto con el Talibán. La producción de opio volvió a crecer mucho más tras la invasión de Estados Unidos y la OTAN en el 2001. Arlachi reiteró rotundamente en esta ocasión que “deberíamos empezar ya a hacer planes para la eliminación de los narcóticos”, comenzar ahora mismo.

En cuanto a la cuestión de la rendición de cuentas del nuevo gobierno del Talibán y sus proyectos, Ray McGovern planteó que se puede y se debe contar con un proceso de supervisión veraz, que podría provenir por ejemplo, de las Naciones Unidas. Planteó el ejemplo concreto de cómo el Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán, una posición creada por el Congreso de Estados Unidos años atrás, de hecho llevó a cabo informes fidedignos y veraces sobre lo que estaban haciendo Estados Unidos y la OTAN en Afganistán, documentando que los funcionarios estadounidenses mentían sobre los avances realizados allí todo el tiempo. La profesora Banerjee estuvo muy de acuerdo con este punto. Estos documentos del Inspector General fueron publicados en 2019 por el diario Washington Post, cosa que McGovern calificó como “la única cosa útil que ha hecho el Washington Post en los últimos 20 años”. El autor principal de esos informes, Craig Whitlock, acaba de publicar su nuevo libro, “Los documentos de Afganistán: una historia secreta de la guerra”.

Los aspectos del desarrollo económico para la región los resumió en esta ocasión, Daud, cuya Provincia de Khyber Pakhtunkhwa, en Pakistán, hace frontera con Afganistán, que tiene “dotaciones nacionales, minerales, agua, gente trabajadora”. Destacó que “cuando el gobierno de Afganistán sea fuerte y estable, podrá acercarse a China” y colaborar con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y con la Organización de Cooperación de Shanghái, en la que tiene estatus de observador. Puede convertirse en una encrucijada de la región”.

En el pasado, esta misma región se conocía como la “tierra de las mil ciudades”, señaló Zepp-LaRouche al concluir el debate. La idea de la Nueva Ruta de la Seda es, de nuevo, crear las condiciones para cientos y miles de nuevas ciudades, centros científicos y nuevas ciudades bellas y modernas. El viejo paradigma se está derrumbando, no solo en Afganistán. La guerra ya no puede ser un medio para resolver los problemas.

 

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