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Ataque frontal contra nuestro nivel de vida: Multimillonarios financian a los "Protectores del Clima"

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Foto de la derecha: EU/Lukasz Kobus
Izq. a der.: Dennis Meadows, Thomas Malthus, Greta Thunberg

19 de agosto de 2019 – Este artículo de Helga Zepp-LaRouche se publicó originalmente en el semanario alemán Neue Solidarität, #33, del 15 de agosto de 2019.

10 de agosto.- Ya es noticia: Según el último informe del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático), la situación de la Tierra es catastrófica, pero aún tenemos una oportunidad. Todo lo que tenemos que hacer es escuchar a la figurita del clima Greta Thunberg de Suecia, de 16 años; al grupo “Extintion Rebellion” (Rebelión Contra la Extinción) y a Dennis Meadows. No solo debemos avergonzarnos de viajar en avión, sino también de comer carne o alimentos en general, de manejar autos, de viajar, calentar nuestra casa y, para ir directamente al grano, debiéramos avergonzarnos de que existimos, porque ¡sería mejor para el clima que no existiéramos! Y, por supuesto, por si no te has dado cuenta: ¡la nieve es negra!

Cualquiera que piense que la casta dominante de la región transatlántica y sus medios informativos y cabilderos de relaciones públicas para la ciencia se volvieron locos, tiene razón. Pero la locura tiene un método: La tesis apocalíptica de este llamado Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) sobre el supuesto ciclo vicioso de la agricultura no sustentable, el calentamiento global y el clima extremo, se supone que es para adoctrinar a la población para que abandone el consumo voluntariamente, que acepte impuestos más altos para subsidiar la dirección de los flujos financieros hacia inversiones verdes, aceptar formas dictatoriales de gobierno y —esto ahora se expresa francamente—aceptar una reducción masiva de la población mundial.

El informe del IPCC es en realidad un vino largamente fermentado, en botellas nuevas, y el argumento se basa en última instancia en la teoría, tanto simplista como falsa, de Thomas Malthus, quien alegaba que la humanidad se multiplica a una tasa geométrica, mientras que los recursos y también la producción de alimentos solo pueden multiplicarse a una tasa aritmética más baja. Uno de los principales neomaltusianos, Al Gore, le agregó un poco de azúcar a este vino, admitiendo que Malthus, por supuesto, no podía haber previsto que la humanidad haría mejoras en la tecnología agrícola y por lo tanto podría aumentar enormemente la cantidad de alimentos sobre la Tierra. Pero —ahora el vinagre entra en el vino— para escapar de este “dilema maltusiano”, el hombre, igual que el Dr. Fausto, hizo un pacto con el Diablo y se comprometió a realizar revoluciones científicas.

CC by SA 2.0
Arriba: George Soros, uno de los varios multimillonarios del movimiento radical del cambio climático. Abajo: manifestación de la “Rebelión contra la Extinción” en Londres y una manifestación de los “FridaysForFuture” (Viernes por el futuro) en Alemania.
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Julia Hawkins

Los actuales neo maltusianos, como los del IPCC, operan a partir de esta idea precisamente. Se vilipendian los logros de la agricultura moderna, que ha permitido que al menos una parte importante de la humanidad pueda tener una dieta mejorada y rica en proteínas. Al consumo de carne, así como a otros resultados del progreso científico, se les culpa por el cambio climático y se dice que solo se puede salvar al mundo si dejamos de manejar, volar, calentar los hogares y tener aire acondicionado, y la población mundial ya no debe crecer sino reducirse. Por lo tanto, hay que regresar a los niveles de población y de vida de antes de la era industrial: carruajes tirados por caballos para los ricos, bicicletas o caminatas a pie para los demás; y papas saludables y atole de mijo, esta vez promocionados como dieta vegana.

Una mirada más de cerca al financiamiento de Greta Thunberg, de la “Rebelión Contra la Extinción” (XR) y de los “Viernes para el Futuro”, revela que este movimiento lo financia la gente más rica del planeta. Entre los financistas y el entorno del Fondo Para la Emergencia Climática (CEF, por sus siglas en inglés) se van a encontrar a Rory Kennedy, la hija de Robert Kennedy; a Aileen Getty, hija del finado John Paul Getty; junto con el “filántropo” Trevor Neilson, quien en su carrera ha tenido varias formas de colaboración con Bill Gates, Warren Buffett, George Soros y Ted Turner. Según el diario londinense The Guardian, el CEF le ha transferido ya 500,000 euros al XR, a los que pronto le seguirán “tanto como diez veces mas”. El portal noticioso Breitbart también publicó documentos internos del XR, en los que revela donaciones de cinco y seis dígitos por parte de Soros, la Fundación Europea para el Cambio Climático, la Fundación Tides y Greenpeace Furka Holdings AG, entre otros.

Estas cantidades, por supuesto, son las proverbiales “minucias” para los miembros del jet-set que viajan comúnmente en aviones privados, helicópteros y mega yates. Si claro, y Greta justo se embarcó en una de estas giras náuticas a Estados Unidos (“para ahorrar combustible de avión”). Y el Manual de Acción del XR, titulado Esto No Es Un Simulacro, fue generosamente aprobado para su publicación por Penguin Publishers meses antes de su fecha de lanzamiento original.

Por lo menos estas fuentes de financiamiento dejan claro que esta “rebelión” es una farsa. No es un movimiento de base, pero la publicidad exagerada de Greta y de la XR es el resultado de una bien aceitada campaña de propaganda que usa argumentos modernos para crear un clima político en el cual se acepta el establecimiento de dictaduras fascistas como inevitables.

Sorprendentemente, uno de los autores del estudio de 1972 basado en modelos de computadora Los Límites del Crecimiento, Dennis Meadows, reveló recientemente esto descaradamente en un artículo que publicó el periódico francés Libération. En el artículo se cita a Meadows donde dice que el cambio climático y el agotamiento de los recursos de energía fósiles, están destruyendo las bases del actual modelo de sociedad industrial y que los flujos de refugiados y la hambruna van a aumentar el caos y que una cosa puede aprenderse de la historia: si la gente tiene la opción de escoger entre el orden y la libertad, siempre escogerán el orden. Las libertades personales ya están limitadas y esta tendencia continuará. Aunque esto no resolverá los problemas creados por el caos, a corto plazo el poder político y la riqueza financiera de quienes apoyan el autoritarismo se multiplicará.

Una mirada a la historia revela otra dimensión de la actual campaña propagandística. Esta no es la primera vez que la oligarquía financiera ha reaccionado a una crisis sistémica financiera y monetaria apoyando a movimientos fascistas y al establecimiento de regímenes autoritarios dictatoriales. Es un hecho bien documento el financiamiento internacional que recibieron los nazis del entonces gobernador del Banco de Inglaterra, Montagu Norman, y de Brown Brothers Harriman, el banco del clan Harriman, que también apoyó al movimiento por la eugenesia en Estados Unidos.

La historia se repite pero nunca de la misma forma. Lo que entonces fue el racismo de la eugenesia, hoy día es la doctrina inhumana de la supuesta sobrepoblación, la cual fue reformulada por ideólogos como Julian Huxley en 1946, como una extensión de la eugenesia, porque ese término fue desacreditado por los nazis, y por lo tanto una “política radical de eugenesia será por muchos años política y sicológicamente imposible”, como decía Huxley. Hoy día, es supuestamente esta sobrepoblación la que está destruyendo nuestro Lebensraum, [el “espacio vital", el término empleado por los geopolíticos nazis], la Tierra.

En ese momento, esta ideología era el caldo de cultivo para las tropas de choque fascistas, quienes justificaban sus actos de violencia ya sea por una supuesta amenaza de los “comunistas” o de la población “no aria”. Y si el planeta de hoy realmente tiene solo 18 meses de vida ¿por qué no debiera un joven de 17 o 19 años hacer lo que sea para combatir la causa aparente, la sociedad industrial, utilizando todos los medios posibles?

Los mismos medios de prensa que informan de todo sonido que Greta emite como si fuera el invento de Einstein de la Teoría General de la Relatividad, guardan silencio total sobre un pasaje en el texto del manifiesto del presunto asesino de El Paso, en donde fueron asesinadas 22 personas recientemente y heridas 22. No refleja en lo más mínimo la política del Presidente Donald Trump, pero mucho la de sus opositores. El pasaje en cuestión dice:

El estilo de vida estadounidense ofrece a nuestros ciudadanos una calidad de vida increíble. Sin embargo, nuestro estilo de vida está destruyendo el medio ambiente de nuestro país. La aniquilación del medio ambiente está creando una carga enorme para las generaciones futuras. Las corporaciones encabezan la destrucción de nuestro medio ambiente al saquear descaradamente los recursos… Solo quiero decir que amo a la gente de este país, pero carajo, la mayoría de ustedes son demasiado tercos para cambiar su estilo de vida. Así que el siguiente paso lógico es disminuir la cantidad de personas que utilizan recursos en Estados Unidos. Si podemos deshacernos de suficientes personas, entonces nuestra forma de vida puede ser más sostenible.

El error principal en esta imagen del hombre, desde Malthus y todos los neomaltusianos hasta la pobre Greta, es que ellos adoptaron la imagen oligárquica del hombre, que considera a las masas de seres humanos como parásitos, contaminadores e incluso una suerte de animal; y desde este punto de vista su reducción, por supuesto, parece ser algo bueno.

Pero la gente no es eso. El hombre se diferencia de todas las demás creaturas en que, mediante su creatividad innata, continuamente descubre nuevos principios del universo físico, y con la ayuda de los avances científicos y tecnológicos puede redefinir completamente los recursos que necesita la humanidad para su sobrevivencia. Las naciones capaces de viajar al espacio, China, Rusia, India, Estados Unidos, y en este caso incluso Europa con la Agencia Espacial Europea (ASA), están demostrando que la humanidad está a punto de crear una plataforma económica completamente nueva, en el sentido en que lo definió Lyndon LaRouche. La idea de una “Villa en la Luna”, una industrialización permanente de la Luna como un punto de partida para un futuro proyecto en Marte y vuelos espaciales interestelares, redefine todo lo que se han imaginado previamente los seres humanos como “recursos” en la Tierra.

El peligro existencial para la humanidad hoy día no está en una inminente catástrofe climática, sino más bien, entre otras cosas, en una reacción equivocada a los cambios climáticos cíclicos. Pero sobre todo, consiste en la forma como la oligarquía neoliberal, en la tradición de la década de 1930, está respondiendo a la nueva crisis monetaria y financiera mundial: apoyando a movimientos fascistas e intentando establecer una dictadura, aunque esta vez sea una ecodictadura.

La misma oligarquía dominada por los británicos, exactamente como lo hizo entonces, está recurriendo a la geopolítica, a la desestabilización de supuestos adversarios, como el actual intento de debilitar a China y Rusia mediante “revoluciones de color”, y si es posible, llevar a cabo un cambio de régimen en ambos. Que los Verdes son un instrumento plegado a estas geopolíticas se ha demostrado adecuadamente por el apoyo del líder Verde alemán Joschka Fischer a la guerra de la OTAN contra Yugoslavia en 1999, así como el apoyo de los Verdes a un despliegue de las fuerzas armadas alemanas al Golfo Pérsico.

Si hemos aprendido algo de la historia, es no dejar que esos acontecimientos sigan su curso, si queremos impedir una escalada hacia la Tercera Guerra Mundial. Necesitamos urgentemente un retorno a la imagen cristiana humanista del hombre, ¡que considera al hombre como intelectual y moralmente infinitamente perfectible!. Aun cuando esta es una opinión minoritaria que, según el artista y activista chino Ai Weiwei, no se respeta en Alemania, no obstante está en concordancia con la realidad de la humanidad en el universo.

zepp-larouche@eir.de

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