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Únete al Comité por la Coincidencia de los Opuestos

Llamado para la creación de un Comité de Salud por la Coincidencia de los Opuestos (Coincidentia Oppositorum), para ofrecer soluciones mediante una nueva iniciativa de salubridad global.

Por Helga Zepp-LaRouche, fundadora y presidente del Instituto Schiller 

El conjunto de las crisis que enfrentamos ha alcanzado proporciones sin precedentes, de tal manera que parece que va a superar los límites sicológicos que pueden soportarse. Expertos en salud de todas partes del mundo advierten que es posible que tome unos nueve meses más antes de que todas las naciones puedan recibir una vacuna, e incluso entonces, no está garantizada su disponibilidad. Mientras tanto, otro millón de personas pueden perder sus vidas debido a la COVID-19. 

Pero un número mucho mayor de vidas están amenazadas por la hambruna que se propaga en los países en desarrollo, como resultado del declive de la agricultura, y el colapso del llamado sector informal de la economía. Muchos países están ya destrozados a consecuencia de las tensiones sociales preexistentes, que se han visto exacerbadas por la pandemia. Es posible que esta dinámica aumente enormemente en los próximos meses. 

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha informado de una enorme caída en el ingreso laboral a nivel mundial de un 10.7% en los primeros 9 meses de este año 2020, que equivale a $3.5 billones de dólares, y una pérdida de 500 millones de empleos para finales del año. En las economías avanzadas, el efecto de las bancarrotas, la reducción de las horas de trabajo, y los despidos que ponen en peligro la existencia de tantos, se vio atenuado al menos temporalmente con los programas de ayuda de los gobiernos. Pero la mayoría de las naciones en desarrollo no tienen ninguna posibilidad de financiar programas similares. En los países llamados de “ingreso mediano bajo”, la pérdida del ingreso ascendió a un 23.3% en el segundo trimestre, y un 15.6% en el tercer trimestre, y los pronósticos para el cuarto trimestre son mucho más pesimistas. 

Tomando en consideración que más de la mitad de la población en los países del África subsahariana no tenían una alimentación bien balanceada y suficiente ya desde antes del brote de la COVID-19, los informes que publica el sitio electrónico informativo Vice.com en el sentido de que los precios de los alimentos en toda África han aumentado un 250%, es verdaderamente catastrófico. Como lo ha advertido desde hace meses el director del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, una hambruna de “proporciones bíblicas” amenaza con matar de inanición a 300.000 personas por día. Phillip Tsokolibane, colaborador del Instituto Schiller en Sudáfrica, emitió un llamado urgente para hacer una movilización internacional para combatir la hambruna en África. Tsokolibane subraya que "no es una cuestión de lo que va a suceder; ya está sucediendo". 

Está claro que frente a una tragedia como esa, solo si los gobiernos trabajan en conjunto se pueden implementar los programas de emergencia que se necesitan para salvar las vidas de tantos millones de personas. Sin embargo, desafortunadamente, los últimos meses han mostrado que la confrontación política con Rusia y con China es parte de la agenda de Occidente, y no la cooperación; y para solo mencionar un ejemplo, de los $5 mil millones de dólares que necesita con urgencia el PMA, solo ha recibido $750 millones de dólares. ¿Qué hacer? ¿Vamos a quedarnos con los brazos cruzados, viendo cómo se desenvuelve la tragedia? 

¡ÚNETE! 

Como respuesta a la catástrofe de la Era de Tinieblas del siglo 14, que se caracterizó por catástrofes similares a las de hoy, el gran pensador del siglo 15, Nicolás de Cusa, inventor de la ciencia moderna y de la noción del Estado nacional soberano, desarrolló un nuevo método de pensamiento, la Coincidentia Oppositorum, la Coincidencia de los Opuestos, que representaba, como lo recalcó, un enfoque completamente nuevo para resolver problemas. La idea de que la mente humana, a imagen viva del Creador, es capaz de definir el nivel superior en el cual se pueden solucionar todas las contradicciones que parecen irresolubles. Según Nicolás de Cusa, la mente humana puede pensar en el Uno, que tiene un poder superior a los Muchos. De manera similar, Albert Einstein observó que los problemas no se pueden resolver en el nivel en el que fueron creados. 

Pensar en términos de la coincidencia de los opuestos es el método que se debe aplicar para resolver la crisis que amenaza a toda la humanidad hoy. Tenemos que definir una solución que satisfaga las necesidades esenciales de todos los individuos y grupos de manera equitativa. En concreto, esta perspectiva puede aplicarse de inmediato al asunto de la pandemia. 

Es el futuro de los jóvenes de este mundo lo que está más amenazado por la combinación de la pandemia y de la crisis económica, aunque de ninguna manera ellos fueron responsables de eso. Por lo tanto, tenemos que desarrollar perspectivas para ellos, que aborden el problema real y les ofrezcan una tarea concreta. Solo vamos a poder atravesar la crisis de la pandemia de COVID-19, y de futuras pandemias similares, si establecemos un programa de salubridad moderno en cada uno de los países del mundo, uno que corresponda, en principio, al estándar de lo que fue el modelo Hill-Burton en Estados Unidos, o los sistemas de salud de Alemania y Francia antes de que fuesen privatizados, o como el sistema que demostró ser tan exitoso en Wuhan, China. 

El primer paso en esa dirección podría darse al establecer asociaciones, por ejemplo, entre clínicas universitarias, hospitales, y facultades de medicina en Estados Unidos y en las naciones de Europa, y en instituciones similares en África. Para construir un sistema de salud moderno, se necesitan no solamente las capacidades médicas como hospitales, infraestructura, agua, electricidad, etc., sino además una buena cantidad de personal médico bien entrenado. 

En ese sentido, esas asociaciones deben entrenar jóvenes en Estados Unidos, y países de Europa y Africa, algunos de los cuales están sin empleo, para empezar, a fin de que se vuelvan auxiliares médicos, y luego en personal médico, a similitud del Cuerpo Civil de Conservación (CCC) que instituyó Franklin Roosevelt como respuesta a la Gran Depresión. El primer paso consiste en entrenar a los jóvenes para que puedan enviarse a las comunidades o a los pueblos, y enseñarle a la población cuáles son las medidas de salubridad pública necesarias para combatir la pandemia. En la ciudad de Tuskegee, Alabama, en el estado de Tennessee, en la ciudad de St. Louis, Missouri, y en otros lugares de Estados Unidos, ya existe una cooperación de ese tipo con instituciones locales, en donde también participan clínicas y fuerzas policíacas locales en la aplicación de diversas medidas para generar confianza, como visitas a los hogares, que tiene una importancia extraordinaria, dada la incertidumbre general de la población, y por las campañas (a menudo masivas) en contra del uso de las máscaras tapabocas, o del rechazo a las vacunas etc. 

En los proyectos de asociación africanos, el entrenamiento conjunto  y el despliegue de jóvenes estadounidenses y europeos como trabajadores de asistencia con jóvenes africanos, también requiere de medidas para generar confianza que el personal médico puede llevar a cabo, así como representantes de iglesias, u organizaciones de control de desastres. Tales programas se deben enfocar primero en la distribución de suministros médicos, y de alimentos que se puedan transportar fácilmente, como leche en polvo, carne deshidratada o enlatada, etc., y que luego se amplíe, tan pronto como sea posible, para incluir el entrenamiento en proyectos de construcción de infraestructura, proyectos agropecuarios e industriales. 

En los puntos álgidos sociales de las ciudades estadounidenses y en los suburbios europeos, donde han ocurrido recientemente las violentas peleas callejeras por motivos diversos, y en donde se expone a los jóvenes a una amplia gama de peligros, como las drogas, el alcohol, los delitos de pandillas, la adicción al internet y a una contracultura de degradación, esas oportunidades de entrenamientos serían justamente la alternativa que ellos necesitan para encontrar una tarea socialmente necesaria y orientada al futuro. En Estados Unidos, una acción creativa no violenta como esa estaría enmarcada en la tradición histórica del Movimiento de Derechos Civiles del Dr. Martin Luther King, Jr. Debemos recordar que Amelia Boynton Robinson, activista de los derechos civiles que llevó al Dr. King a Selma, Alabama, y a quien la policía le cayó a golpes dejándola en el Puente Edmund Pettus pensando que estaba muerta, durante el infame “domingo sangriento” de marzo de 1965, fue la vicepresidente del Instituto Schiller por 25 años. 

No es este el lugar para discutir la complejidad de los focos de tensión sociales, sea en las ciudades estadounidenses en donde se ha desatado la violencia, en particular después del asesinato de George Floyd, hombre afroamericano, o en los suburbios de Francia, donde los efectos de la pandemia han exacerbado dramáticamente el prolongado malestar social. Aunque esos conflictos sociales están indudablemente manipulados por ciertas fuerzas para sus propios objetivos políticos, es no obstante urgente eliminar las causas reales de la desesperanza y el desarraigo de las generaciones jóvenes. Un entrenamiento inicial como este, para convertirse en asistentes de médicos, en muchos casos, puede ser el inicio de un mayor entrenamiento profesional, ya sea como enfermero o enfermera, médico o científico de la medicina. 

En este momento de polarización extrema y violencia en las calles el Comité por la Coincidencia de los Opuestos también volverá a conectarse con la tradición de no violencia de Mahatma Gandhi, quien derrotó al imperio británico en India con ese método, y con el Movimiento de Derechos Civiles del Dr. Martin Luther King, Jr., quienes pudieron unir fuerzas políticas que de otro modo eran completamente antagónicas en favor de una acción civil. 

Este comité debe integrar a personas de diferentes calificaciones, que puedan demostrar con un ejemplo inicialmente pequeño pero bien diseñado, cómo es posible abordar el problema, de tal manera que también se pueda utilizar como un proyecto piloto para programas gubernamentales a gran escala, que pudieran realizarse después lo más pronto posible. 

¡YO QUIERO AYUDAR! 

Es muy importante entrenar a suficiente personal médico a nivel mundial para construir un sistema de salud mundial, pero esto debe ir de la mano con el propósito de superar la pandemia de la hambruna. Es un crimen contra la humanidad, que como resultado de la crisis de hambruna, enormemente agravada por la pandemia, literalmente muchos millones de personas en países en desarrollo están al borde de la inanición (una de las formas más espantosas de morir, según dijo Jean Ziegler, ex comisionado de la ONU para los Derechos Humanos), mientras que en Estados Unidos y en Europa, los granjeros están luchando para sobrevivir económicamente. Algunos de ellos han tenido que sacrificar sus rebaños, porque los carteles han creado condiciones de trabajo esclavo en la industria de procesamiento de carne, lo cual ocasionó que surgieran focos de infección de la COVID-19 en estos grupos. Además es inaceptable que los granjeros, que producen sustancias vitales para toda la sociedad, sean arrojados a la bancarrota por una política de máximas ganancias de los bancos y los carteles, y por las llamadas restricciones “verdes”. 

Por lo tanto, los representantes del sector agropecuario deben unirse a estos equipos médicos para organizar el envío urgente de productos alimenticios apropiados hacia las zonas críticas, y para que comiencen a entrenar a otros jóvenes para desarrollar capacidades agropecuarias en países en desarrollo. Junto con los granjeros africanos, podrían comenzar a establecer una agricultura moderna, que por supuesto, requiere del desarrollo de la infraestructura, agua y suministro eléctrico, etc. Hay granjeros jóvenes y adultos entusiastas en Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia, quienes en esta situación de crisis, considerarían como parte de su misión en la vida ayudar a superar una emergencia sin precedentes con un programa como ese. 

Estados Unidos y Europa necesitan una asociación de trabajadores médicos retirados, individuos preocupados, y organizaciones sociales y religiosas, para trabajar juntos en este comité, a fin de echar a andar este proyecto de entrenamiento. Parte de su tarea sería también la de conseguir donaciones que necesitan de parte de compañías internacionales y medianas, de miembros de sus juntas directivas que comprenden que estos proyectos no son solo una necesidad humanitaria, sino que además es de su mayor interés mantener un mundo en el que se pueda vivir. 

Tan pronto como estos proyectos tomen una forma concreta, provocará el tipo de entusiasmo que pueden generar todos los proyectos pioneros, a pesar de la gravedad de la situación, y le darán posibilidades de futuro a muchos jóvenes que, de otra manera, se verían arrastrados a formar parte de las revueltas sociales y actividades violentas. 

Como mencionamos ya, una iniciativa privada como esa (una acción civil directa) en la tradición de las acciones de la no violencia de Mahatma Gandhi y del Dr. Martin Luther King, Jr., no puede por sí misma, resolver el enorme desafío que tenemos por delante. Pero sí puede dar un ejemplo práctico de cómo la gente de buena voluntad puede intervenir en una situación desesperada, y señalar la solución que se necesita. Estos ejemplos concretos van a alentar a los gobiernos, o les pondrá presión, para que se unan y creen, por medio de un nuevo sistema de crédito, el marco para superar de manera permanente el subdesarrollo de los países en desarrollo. 

De esa manera, la idea de Nicolás de Cusa, de que se puede conseguir una solución en un nivel superior que toma en consideración el interés de todos los involucrados, encontraría una aplicación concreta hoy. Esta iniciativa contribuiría en la pelea contra la pandemia, definiría una tarea significativa para los jóvenes, y ayudaría a resolver graves situaciones de emergencia en regiones con desventajas económicas en Estados Unidos y en Europa, así como en países africanos. También va a destacar la importancia vital que tiene la agricultura en tiempos de hambruna, y para salvar a las poblaciones de la inanición. En una situación en la que muchas personas se sienten que no pueden enfrentar esta catástrofe del siglo, el comité le dará a cada individuo la oportunidad de contribuir en algo para superar la crisis. 

Firme abajo y añada su nombre al llamado por el Comité por la Coincidencia de los Opuestos.

Firme la petición aquí
(es-schillerinstitute. nationbuilder. com/coincidencia)

 

Para mayor información escribir a preguntas@larouchepub.com

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