Escritos y discursos de Lyndon LaRouche

La crisis eléctrica de California, problema nacional y mundial

Palabras iniciales de Lyndon LaRouche a una reunión de cincuenta nuevos activistas larouchistas celebrada el 7 de abril pasado en California. Después de esta alocución, LaRouche, quien habló por teléfono, sostuvo un diálogo de dos horas y media.

Tienen ustedes frente a sí el panorama de California. Ahí donde están, quizá reciban la mejor iluminación; tal vez es el lugar más seguro para buscar la luz en California. Lo que han visto recientemente es que. . . Recuerden el comienzo de la crisis de desregulación en California, que estalló e iba a estallar obviamente cuando Bush llegara al poder, y estalló precisamente en ese momento. Ahora, en ese entonces, hicimos una serie de propuestas similares a otras que había hecho yo antes acerca de la política energética, que el gobierno de California no adoptó, ni otros, aunque no estuvieran del todo renuentes a recibir algunas de esas sugerencias.

Ahora, el resultado de no haber adoptado los puntos esenciales de las cosas que les propusimos, no es sólo la pérdida de tiempo, sino que han pérdido su posición. Y ahora nos enfrentamos a lo que, en la superficie, es un gran desastre.

Las razones de ese desastre, como se refleja en los informes provenientes de allá, fueron los consejos de los asesores jurídicos, entre otros, que decían: "No hagan esto ni lo otro, porque se perderá el caso en los tribunales". Y el argumento de que uno va a ser derrotado en los tribunales si hace lo correcto, tiene cierta base en la realidad, aunque no sea aceptable. Esto es, si el gobierno de California hubiera procedido según nuestras recomendaciones, y los tribunales, bajo la influencia del Departamento de Justicia, de tipos como Scalia en la judicatura federal, lo hubieran rechazado, ¿hubiera sido un error? No. El error fue no correr ese riesgo. Porque si los tribunales lo hubieran rechazado, se hubiera creado una crisis constitucional en torno al asunto de la desregulación, a la cuestión de la energía. Que es exactamente lo que queremos.

La invasión de los caníbales

¿Cuál es el problema? Que los Estados Unidos han sido ocupados, no por invasores extraterrestres, sino por caníbales. Cuando se sufre este tipo de invasión, que se ha apoderado de las instituciones del gobierno —la mayoría del Congreso, la Suprema Corte, la judicatura federal, el Departamento de Justicia y la mayor parte de las estructuras de los dos partidos políticos principales—, ¿qué se puede hacer? Bueno, se dice: "Los que se han apoderado de nuestro país son invasores caníbales".

¿Qué se hace? ¿Se sienta uno a cavilar si es una situación sin remedio? ¿Habremos de someternos? ¿Nos sentamos a esperar que nos devoren? O ¿qué es lo que vamos a hacer? ¿Podríamos dar un golpe de Estado instantáneo, digamos mañana por la mañana, y deshacernos de los invasores caníbales? Bueno, tal vez no. ¿O se hace un plan estratégico para el derrocamiento de los caníbales invasores? No. Se adopta una doctrina estratégica para movilizar a la nación para liberarla de la ocupación de esta fuerza invasora caníbal. Es esto lo que no obtenemos de la mayoría de nuestros políticos, que son esencialmente pensadores de corto plazo. . .

Es como la discusión que tuve con algunos de los nuestros en relación a la situación de los servicios de salud en Washington. No debemos hacer campañas por "puntos". No organicen alrededor de "puntos". Organicen en torno a una doctrina. Alrededor de una política, por una política. Porque los "puntos" son algo que sucede hoy; si se cifra todo en un punto dado, se puede perder la guerra. Uno se concentra en decir: vamos a librar esta batalla en este momento. ¿La podemos ganar en este punto? Apostar todas nuestras fuerzas para ganar la batalla en un solo punto es hacer lo contrario de lo que hicieron los rusos frente a Napoleón.

Recuerden, el asunto estratégico con Napoleón es que algunos rusos querían derrotar a Napoleón en la frontera, lo cual habría sido un error en ese momento, porque el Gran Ejército de Napoleón los hubiera arrasado. Entonces no hubiera habido ninguna fuerza en Rusia que le impidiera a Napoleón apoderarse del país. Los rusos adoptaron una estratégia diferente, una doctrina de defensa a fondo. La defensa a fondo incluía el minado de Moscú y la escenificación de una retirada paulatina hacia Moscú. Dejar al enemigo ocupar Moscú. Luego destruir Moscú en torno suyo, obligando al enemigo a retirarse en medio del invierno. Como sus líneas de aprovisionamiento estaban cortadas, y un ejército depende de su capacidades logísticas y de saqueo, sobre todo, el ejército de Napoleón tuvo que retirarse. Y como los rusos no habían gastado sus fuerzas militares tratando de impedir que Napoleón ocupara Moscú, las mismas fuerzas que los rusos mantuvieron y no desperdiciaron, cayeron sobre la retaguardia del ejército en retirada. Y así se llegó a la situación de la gran batalla de Leipzig, en la que Napoleón fue fundamentalmente aplastado, y sólo restaba el problema de cómo derrotar a Napoleón para impedir que pudiera regresar a Francia y reclutar un nuevo ejército y empezar la guerra de nuevo una vez más.

Y la situación que se tiene aquí, es una situación estratégica, de sucesos estratégicos. Estamos enfrascados en un esfuerzo de defensa estratégica de los Estados Unidos, que han sido invadidos por una fuerza de caníbales. Estamos tratando de rescatar a nuestro país de esta fuerza invasora, de este ejército extranjero de caníbales. Por lo tanto, tenemos que tener una doctrina estratégica que nos guíe, de modo que todo lo que hagamos, no importe el resultado de cualquier batalla en particular, vaya a fortalecer nuestra posición, para poder recuperar nuestro país.[FIGURE 21]

Ahora, ¿en qué se basa esta doctrina? La doctrina se basa en la diferencia fundamental entre los Estados Unidos, tal y como los define su Constitución y su Declaración de Independencia, y este ejército foráneo de caníbales invasores. Sencillamente, los Estados Unidos se basan en el concepto de un Estado nacional soberano, según el principio del bienestar general. Esta es la ley fundamental de los Estados Unidos.

¿Y cuál es el problema en California? ¿Cuáles son todos los asuntos de energía, de regulación y demás? Es el asunto del bienestar general. Los requerimiento de electricidad por ejemplo, y los de energía en general, esenciales para la existencia misma de la población, su industria, su economía. Y deben ser a un precio justo.

Por lo tanto, el asunto es constitucional. No es un asunto táctico. No es un mero asunto legislativo. Las acciones legislativas, las acciones judiciales, son meras batallas en las que se trata de defender el principio constitucional en contra de un enemigo, un enemigo de la nación. Esta es nuestra batalla.

Entonces, lo que tenemos que hacer es luchar paso a paso para levantar fuerzas en los Estados Unidos, para ganar victorias por una doctrina. Esta doctrina es que los Estados Unidos deben ser gobernados, y autogobernados, de acuerdo al principio del bienestar general.

LaRouche y la tradición intelectual estadounidense

¿Cuál es la situación general? Bueno, la situación general gira en torno mío. Yo soy, a falta de otros, el único personaje importante que representa las fuerzas que fundaron a los Estados Unidos. Es decir, de lo que se llama tradición intelectual estadounidense. Yo soy en la actualidad el líder mundial de la tradición intelectual estadounidense. Ese es mi papel.

Por lo tanto, mi tarea es asumir el mando, como Washington asumió el mando en contra de los británicos en la Guerra de Independencia. Y dirigir a nuestra nación en torno a una doctrina, cuya aplicación estoy encargado de dirigir, de modo que todo lo que hagamos sea movilizar fuerzas a posiciones desde las que tengamos oportunidad de ganar la batalla, sobre la base de una estrategia de defensa, para recuperar el principio constitucional para nuestro país. Así de sencillo.

Y eso es lo que vamos a tratar de hacer. Lo que estoy tratando de hacer. Y resulta muy difícil, cuando la población estadounidense (una población pragmática y empiricista, una población cuyos líderes partidarios son infinitamente corruptos) ha sido corrompida terriblemente, en especial en los últimos 35 años, desde el cambio de paradigma cultural de los sesenta. No que no haya habido corrupción antes, pero era una corrupción relativa a la tradición de FDR [Franklin Delano Roosevelt]. Así que la población es corrupta. Ya no cree en principios. Sólo cree en "puntos" separados. Por lo tanto, lo que se tiene que hacer es luchar en contra de la población, y hasta entre nosotros mismos, en contra de una respuesta a los problemas orientada por "puntos" separados.

Debemos tener una respuesta basada en una doctrina estratégica ante los problemas y no una orientada por ciertos "puntos" aislados. La cosa de los "puntos" es la forma en que se pierden las guerras, es decir, librando todas las batallas como se van presentando. Hay que escoger las batallas; no ganar y perder batallas, porque es así como se pierde la guerra con las fuerzas de ocupación.

Lo que hay que hacer es acosar a la fuerza enemiga, desgastarla ganando fuerza alrededor de una doctrina, para convertir toda derrota táctica en una victoria, porque refuerza la determinación de nuestras fuerzas para conseguir la victoria; y fortalece a las fuerzas en su comprensión del principio por el cual luchamos. Esta es nuestra posición.

Y esta crisis energética en California no se debe tratar como un "punto" separado. Se debe tratar como un problema político nacional y global, en una guerra basada en una estrategia de defensa, para recuperar a nuestro país de manos de este ejército invasor de caníbales.

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