Escritos y discursos de Lyndon LaRouche

Nos encontramos en una situación en la cual las llamadas tradiciones ya no van a funcionar
LaRouche a los jóvenes de Perú: Luchen por el bien

A continuación reproducimos la presentación del precandidato presidencial estadounidense Lyndon LaRouche, y el diálogo —ligeramente abreviado— que sostuviera con su movimiento internacional de juventudes en Lima, Perú, el 27 de diciembre de 2002. El período de preguntas y respuestas lo moderó Luis Vásquez Medina.

Vivimos en tiempos muy interesantes. Nos encontramos en una situación en la cual las llamadas tradiciones ya no van a funcionar, los "valores generalmente aceptados" no funcionarán. Nos encontramos en un proceso de deterioro de la civilización, de desintegración de la civilización que ha existido en las últimas décadas. Ya no hay soluciones nacionales, locales, para ningún problema. Debe haber una solución en términos de los Estados nacionales soberanos, pero las soluciones tendrán que ser globales.

Ahora bien, como ustedes podrán haber observado, he venido trabajando en una serie de proyectos en diversos lugares: el concepto del liderazgo, el concepto de lo sublime versus lo trágico, para poner al descubierto el fraude de lo que se conoce como las supuestas pautas de la democracia, del liderato, contrario al fraude de lo que se consideran las formas de abordar asuntos programáticos o tácticos, porque estamos llegando a un momento en el cual están derrumbándose varias cosas al mismo tiempo.

Primero que nada, tenemos cambios en la situación mundial, en las políticas internacionales que se instalaron básicamente desde 1964, del 51 al 64, el período de la Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles, el asesinato de Kennedy, los ataques contra De Gaulle, el derrocamiento de Adenauer, el derrocamiento del gobierno británico de McMillan, el gobierno de Harold Wilson y el inicio de la Guerra de Vietnam; sucesos que inauguraron un cambio de fase en el sistema mundial diferente a lo que pretendían algunos círculos al final de la Segunda Guerra Mundial: crear un gobierno mundial para reemplazar al Estado nacional, y establecer un sistema que impediría cualquier retorno al Estado nacional moderno.

En los 60 y los 70 hubo este cambio, se consolidó, y nos encontramos ahora en algo muy parecido, a nivel global, al surgimiento del Imperio Romano, como el tipo de sociedad imperalista de consumo que saquea a las naciones víctimas y que está acabando con la población indeseable. Y esta es la pauta general de comportamiento en Europa, en todas las Américas, por lo menos entre los círculos gobernantes, y en otras partes también.

Así que hemos llegado a un momento en que el sistema no funciona. Nos encontramos en una crisis de desintegración sistémica que esencialmente es de los fundamentos que prevalecen de la cultura, de las culturas aceptadas, de las ideologías, de las cátedras universitarias y demás, en todas y cada una de estas naciones de Iberoamérica, de Europa y de todas partes, que es el problema. En tanto que la gente trate de encontrar soluciones dentro de las pautas general y acdémicamente aceptadas, no hay solución alguna. Una civilización, bajo esas condiciones, se sume en una nueva Era de Tiniebas.

Así que nos encontramos en camino de hacer una revolución, que en esencial es una revolución cultural, a nivel global. La revolución cultural es muy común, como se demuestra a través de la historia, o la historia que conocemos, revoluciones de jóvenes; es decir, cuando las generaciones adultas se vuelven decadentes sin esperanza, sólo las nuevas generaciones pueden llevar a cabo un cambio cultural que sea viable, a diferencia de la cultura que ya no lo es y que está de suyo condenada, y salvar así a la civilización. Por tanto, lo que hago se centra en ese asunto y en esos factores.

Estoy escribiendo una serie de cosas, todas las cuales son contrarias a la enseñanza generalmente aceptada en las universidades. Y mi autoridad en esto depende del hecho de que, durante las últimas décadas, en cuanto a mis pronósticos económicos de largo plazo, he tenido la razón de manera consistente —nunca he cometido un error en este tipo de pronósticos—, y siempre han sido oportunos. Por tanto, tengo cierta autoridad, una autoridad intelectual en todos el mundo que nadie más tiene. Así, uso esa autoridad para recalcar que mi supremacía en cuanto a los pronósticos económicos se basa en ciertas consideraciones, incluyendo ciertos descubrimientos que he hecho, que me califican cuando nadie más está calificado; esto es, nadie más que yo tiene las credenciales para bregar con la situación, como lo demuestra la situación económica.

Por tanto, la clave aquí es que estamos tratando de construir un movimiento de juventudes. El movimiento de juventudes no es como la mayoría de la gente lo entiende, sino que es un movimiento educativo cimentado en un concepto platónico del hombre, en esencia, en base a los descubrimientos físicos fundamentales, como yo los defino; al método, como yo lo decribo; y en base a la bancarrota generalizada de las universidades y de la mentada"intelectualidad", y de la opinión popular alrededor del mundo.

En esencia, lo que decimos es: "Su intelectualidad, su opinión popular, están en bancarrota, sin esperanzas; la situación mundial no tiene remedio para nosotros, en tanto sus ideas sigan dominando. Así que por favor cambien sus ideas, por favor cambien sus estrategias, porque esa es la única forma de sobrevivir". Eso es lo que tratamos de crear.

Hemos llegado a una coyuntura muy interesante. En el período que va de 1998 a la fecha, la desintegración del sistema financiero y monetario mundial, así como de la economía, ha llegado a un momento en que ahora nos encontramos en la fase absolutamente terminal del sistema. Este sistema está acabado. No hay forma de que pueda perpetuarse, no crean lo que diga nadie. Si alguien dice, "no, ustedes no cambiarán el sistema; el sistema no puede cambiarse", es un idiota. El sistema cambiará. La pregunta es, "¿qué tipo de cambio?"

El actual sistema financiero–monetario mundial no sobrevivirá más de unas cuantas semanas, o meses, a lo sumo. Ya se encuentra en un proceso de desintegración. Esta es la verdad en todas partes del mundo, aparte de unas cuantas situaciones especiales en Asia. En Europa y en las Américas, el sistema, como existe en la actualidad, se acabó; no sobrevivirá más que unas semanas o meses.

Así es que hasta el último resquicio de las economías nacionales de las Américas y de Europa se encuentra ahora condenado a desaparecer, a no ser que ocurra un cambio drástico del tipo que queremos llevar a cabo. Aquí nos encontramos.

Por tanto, en estos momentos, como operamos en un vacío en el que se vé cada vez con mayor claridad que ninguno de mis oponentes tiene competencia alguna para bregar con esta situación, y que nos encontramos en una condición única para extender nuestra influencia con rapidez. No en forma de lemas, o doctrinas, o papeles, o esto o aquello, sino como un retorno a los niveles de rigor de la tradición platónica en la ciencia y en otras áreas, como lo he definido con mi trabajo en la economía y materias relacionadas. Esa es la única alternativa.

En particular en los Estados Unidos, es imposible que algún liderato, aparte de mi liderato personal, sea capaz de conducir a los EU fuera de esta crisis. La gente dice, "tú no tienes posibilidades de ser elegido"; y les contesto, "está bien, ¡pero van a desaparecer! Así son las cosas, y así es que debemos jugar el juego.

Lo fundamental aquí es deshacernos de esta idea tonta de la "democracia", y enfocarla en el concepto correcto, remontándonos a la antigua Atenas, al término de las Guerras de Peloponeso, donde había un Partido Demócrata de Atenas, que es el que cometió el asesinato judicial de Sócrates, el mejor hombre de Atenas, como una expresión de su decadencia.

Desde entonces se entiende, (si es que entendemos la historia en lo absoluto, o aquellos que sí la entendieron), que el liderato es una cualidad muy rara. El liderato competente es raro, y esto se manifiesta agudamente en tiempos de crisis. Nos gobierna una punta de idiotas, vagos, oportunistas, y partidos que tienen la misma calidad en la mayoría de los casos. Pero llegamos a un momento en que la idiotez de la cultura prevaleciente, la idiotez de las creencias prevalecientes, el sistema educativo y demás, ya no es congruente con la sobrevivencia de la sociedad.

Entonces, se presenta una oportunidad histórica, una oportunidad muy breve, en que puede intervenirse para cambiar y remplazar la cultura defectuosa, los sistemas educativos defectuosos. La sociedad sólo sobrevivirá de llevarse a cabo esos cambios. Esos cambios no sucederán como resultado de una reacción "popular" espontánea contra esas malas ideas, porque las malas ideas ¡son parte de la población! Ocurrirán por un liderato capaz de cambiar los valores de la población, y uno hace eso esencialmente organizando a los jóvenes, en general entre los 18 y 25 años de edad. Si se les educa con el tipo de perspectiva cultural que se requiere ante la situación —en lo científico y demás—, entonces, puede esperarse que este grupo de jóvenes, así educado, remoralizado, estará en condiciones de movilizar a otros sectores de la población, de modo que acepten los cambios que se necesitan.

En toda la historia conocida, esos cambios sólo ocurren por la intervención de personas excepcionales, de líderes excepcionales, de los que históricamente yo soy representante. Un individuo excepcional que, a diferencia de cualquier persona de su generación, proporciona el vehículo de cambio en tiempos de crisis que, de infectar a partes sustanciales de la población, bajo estas condiciones de crisis, podría resultar en que la sociedad siga ese tipo de liderato, y evite la destrucción que de otra forma le espera, de seguro.

Esa es la situación en la que nos encontramos hoy.

En términos realistas, lo que hago es actuar como si yo fuera ya el Presidente de los EU, en el sentido de que, en materia de política y de ideas, aporto el liderato que debiera provenir del Presidente de los EU en estos momentos. Y esto es fundamental, porque sin ese tipo de conducción de los EU, la supervivencia de la civilización en cualquier parte del mundo simplemente no es factible.

Hay muchos líderes muy buenos en otras partes del mundo, interesantes, pero no son capaces de ayudar al mundo a salvarse del derrumbe. Necesitamos tener eso dentro de los EU, y no suponer que vendrá de otras partes, fuera de los EU. Yo debo aportar ese tipo de liderato personal y así están las cosas.

Ahora mismo, hemos logrado estancar esta propuesta de una guerra contra Iraq, que es un choque de civilizaciones. No hemos ganado. La guerra todavía es posible. De producirse, prodría ser el fin de la civilización, como un efecto de reacción en cadena. Pero seguimos luchando, y hemos alcanzado una cierta influencia y logrado ya lo que alguna gente ha considerado milagros, en términos de estorbar y posponer el estallido de esta guerra. Y yo estoy en el centro de esto.

Esta es la forma en que tenemos que ver esto. Tenemos, como resultado de lo que ha venido ocurriendo en los EU, especialmente durante los últimos tres años, el desarrollo del movimiento de juventudes y la propagación reciente de esa operación, de los EU a Europa, a México y a otras partes. Tenemos una situación nueva, una situación de esperanza. Este movimiento de juventudes, como movimiento internacional, siguiendo las pautas que he establecido, podría ser el factor que salve a la civilización. Y ése es el tipo de cosas que debemos discutir.

Creo que en este momento voy a darles la palabra a ustedes, porque sé que he provocado suficientes interrogantes y que el beneficio de la discusión será mutuo.

Los jóvenes peruanos dialogan con LaRouche

Luis Vásquez Medina: Aquí Lucho. Gracias por hablar hoy con nosotros. Los cuarenta y pico jóvenes presentes se sienten remoralizados de hablar contigo. El micrófono está abierto ahora para preguntas.

Pregunta: Muy buenas tardes, señor LaRouche. Le habla Dino Gavancho, soy representante del movimiento de juventudes acá en el Perú, uno de los miembros del grupo de juventudes. Y realmente quisiera hacer la siguiente pregunta. Básicamente, en el legado de la Doctrina Monroe y cómo es que ese principio en realidad representa la tradición original de una política hemisférica en toda América. Muchas gracias.

LaRouche: Gracias. No hablemos tanto de la Doctrina Monroe en sí, hablemos de la Doctrina Monroe como un síntoma de un largo proceso que se remonta al Ranacimiento del siglo 15.

Primero que nada, la Revolución Americana es producto fundamentalmente de la influencia de dos procesos: primero, el Renacimiento del siglo 15, que fue todo un milagro que salvó al cristianismo, en tanto que la Iglesia estaba muerta en ese momento; también dio inicio al primer Estado nacional moderno, primero en Francia con Luis XI, en parte por el papel que jugó Juana de Arco que, en un inspirado acto de heroísmo, que creó las condiciones para liberar a Francia del yugo de los normandos ultramontanos, y también, con su muerte y heroismo, influenció los debates en los concilios que produjeron la restauración de la Iglesia católica, que estaba en proceso de desintegrarse bajo el papado. Su intervención inspiró a algunos papas y a otros para no sólo restablecer el funcionamiento de la Iglesia como institución, sino que también puso en movimiento el proceso que condujo a la formación de los primeros Estados nacionales modernos en Francia, y después en la Inglaterra de Enrique VI.

La clave aquí, es que por primera vez el concepto de Estado ya no era el de un grupo de gente que domina a otro. Sino el concepto de que todos los individuos de la nación participaban en un proceso de autogobierno, representados por un gobierno obligado moralmente a promover y defender el bienestar general de todo el pueblo de todos los habitantes de esa nación, y de las generaciones futuras; no sólo de la generación presente, sino de las futuras.

Entonces, se tienen las fuerzas reaccionarias organizadas por Venecia, que ya venían funcionando por algún tiempo como un poder imperial marítimo, la oligarquía financiera que dominaba a Europa y el Mediterráneo en ese período. Entonces, reaccionaron, y desde 1511–12 hasta 1648 empezaron el gran período de guerras religiosas y de otros tipos, de guerra cultural, que casi destruye a la civilización en esa época.

A través de la obra de un agente del Papa, Mazarino, que más tarde se convirtiera en cardenal de Francia (él era el emisario principal del Papa), organizó lo que vino a ser el Tratado de Westfalia en 1648.

Mazarino tenía también un protegido, Juan Bautista Colbert, quien puso en marcha en Francia los principios de un sistema de economía de Estado nacional moderno, la reforma de Colbert, anterior a la degeneración de Luis XIV. En ese ambiente, Colbert promovió a una serie de personajes, gente como Leibniz. Y Leibniz surgió rápidamente como un líder de la civilización posterior a 1648, tanto por sus antecedentes germánicos como por sus relaciones con Francia, con instituciones francesas. Dicho sea de paso, Leibniz nació en 1649, llegó a Francia en 1671 como protegido de los círculos científicos de Colbert, y a partir de ese momento se convierte en la fuerza intelectual principal en Francia, y en Europa. Y deviene en el eje de las ideas científicas modernas, después de Kepler. Se convierte, pues, en el epítome de la ciencia moderna, y también en el inspirador del concepto del Estado nacional moderno bajo dichas condiciones, es decir, las que prevalecieron después de 1671.

Así que él casi se convierte en el primer ministro de Inglaterra —no lo logra— pero fue una gran influencia, en especial contra el liberalismo angloholandés de la pandilla neoveneciana. Él se convierte en el punto de convergencia en torno al cual se escoge a las colonias anglófonas de Norteamérica como el lugar para organizar una república nacional moderna. Y como verán en una publicación de nuestra revista Fidelio, tenemos nueva información sobre esto. Veremos exactamente cómo fue que los EU se desarrollaron como producto directo de la influencia de Europa sobre todo a través de Benjamín Franklin, después de Cotton Mather, basados en verdaderos principios, como modelo para toda la civilización. Esto es, el modelo de un Estado nacional soberano moderno, y una comunidad de Estados nacionales modernos soberanos.

Eso fue lo que representó Benjamín Franklin. John Quincy Adams era un protegido, un discípulo de Franklin, al que John Adams, su padre, envió a Europa con Franklin para educarlo. Y John Quincy Adams se desarrolló, era un hombre joven, y ustedes saben que los jóvenes se desarrollan, no salen como Atenea, que nació del entrecejo de Dios. Tienen que desarrollarse. Y John Quincy Adams se desarrolló y jugó un papel decisivo, tanto como ministro en el exterior, como secretario de Estado, y como Presidente. Y después, influenciando las relaciones entre los estados de las Américas.

La Doctrina Monroe fue una manifestación de esto, la política de los EU era, entre los patriotas, la necesidad de crear, particularmente en el Hemisferio Occidental, en el período en que nacían las repúblicas americanas, una comunidad de repúblicas americanas, cada una de ellas soberana, pero unidas en una defensa común.

La política de la Doctrina Monroe era que los EU, tan pronto como tuvieran la fuerza necesaria, intervendrían para expulsar a todas las potencias coloniales de Europa —los Habsburgo, los españoles, los austriacos, los holandeses, los franceses y demás— sacarlas a todas de las Américas, no permitirlas; y defender a las Américas, como comunidad de Estados nacionales soberanos, contra cualquier pretensión colonial de las potencias europeas.

Más tarde, después de la victoria de Lincoln sobre la Confederación, esta política se convirtió, con la colaboración de nuestros amigos en Europa, en una concepción mucho más amplia: establecer una política internacional de naturaleza semejante, para atraer a las naciones del mundo, como Estados nacionales soberanos, a una comunidad de principios entre repúblicas soberanas, que compartirían ciertas tareas en común, pero que serían soberanas como estados individuales, y habrían de cooperar en defensa mutua de sus soberanías, así como de sus intereses comunes.

Esto es lo que debe entenderse por Doctrina Monroe.

Ahora, como sabemos, el problema fue, como se ve en la historia de México, que fueron invadidos (en 1861—ndr.) por los españoles, los franceses y los británicos, como parte de una operación de estos imperios para destruir a los EU en momentos en que estaban metidos en una guerra civil, que había sido organizada por los franceses, los británicos y los españoles, ¿mmh? Las mismas fuerzas invadieron a México, tomaron control a través de una dictadura y saquearon al país.

Tan pronto como el Presidente Lincoln logró la victoria contra la Confederación, se expulsó de México a las tropas francesas, y posteriormente este país logró establecer su soberanía, restaurar al gobierno de Benito Juárez y sacar al títere de los Habsburgo, Maximiliano.

De ahí en adelante, especialmente a partir de 1876, todos los estados de las Américas fueron más o menos influenciados por el modelo de los EU, es decir, el modelo de Alexander Hamilton, que ideó la economía nacional —como la llamaba Federico List—, o el Sistema Americano de economía política.

Así que el Sistema Americano de economía Política influenció directa e indirectamente a los estados de las Américas. Aunque ninguno de éstos desarrolló una constitución como la de los EU, sí desarrollaron sus constituciones, como la de México, que es muy significativa: es una combinación de constitución al estilo europeo, con cierta idea del concepto de la de los EU; pero no es una verdadera constitución. Hay un chiste que escuché en Brasil: alguien dijo que fue a una librería en París y pidió una copia de la Constitución brasileña, y el vendedor le dijo: "No Vendemos literatura periódica", porque en la mayoría de estos países las constituciones cambian con mucha frecuencia.

Pero a pesar de esto, como saben, hay ciertas ideas de soberanía nacional, ciertas ideas que se consideran como constitucionales en México y otros estados de América del Sur, que sí funcionan y que sí son un eco, en un grado u otro, de los mismos propósitos del preámbulo de la Constitución federal de los EU. En ese sentido, entonces, tenemos una filosofía muy parecida que yo conozco muy bien por mi experiencia en bregar con estos países, especialmente durante la crisis de 1982, durante la Guerra de las Malvinas hasta la fecha.

Así que implícitamente tenemos ciertos principios en común que se expresan en este aspecto de la cultura europea, que los EU encarnan en sus mejores aspectos. Y toda persona buena y moral en Centro y Sudamérica acepta las ideas constitucionales instiladas en el preámbulo de la Constitución de los EU.

Sobre esa base, debemos considerar dos cosas. Primero, en estos momentos tenemos una crisis mundial y, nosotros, en los EU y en las Américas debemos considerarla. La mayor parte de la población mundial se encuentra en Eurasia, no en las Américas. Por tanto, debemos preocuparnos por los acontecimientos de Eurasia. En el continente eurasiático ahora tenemos la situación en la cual Rusia, China e India se alían cada vez más estrechamente en torno a lo que describí hace algunos años, y que propuse en 1988, como un "Triángulo Estratégico". Esto es, que si estos tres países parecidos, países grandes, podían ponerse de acuerdo en ciertos principios en común, trascendiendo sus diferencias culturales, esto podría proveer un núcleo, un sistema de cooperación para todas las naciones más pequeñas de Asia en relación a estas naciones, y que, ante las condiciones de la crisis económica actual, la misión de Europa debía ser colaborar con este bloque emergente de naciones eurasiáticas en el desarrollo general económico, y de otra índole, de Eurasia.

Esto debía hacerse en cooperación con los EU, y también como corolario de las responsabilidades que tienen en cuanto al desarrollo de las Américas. Es decir, tenemos una pequeña población en los EU en comparación con la de Eurasia, pero tenemos una gran población de todas maneras, tenemos muchos recursos, muchos recursos sin desarrollar, que esperan que empecemos a desarrollarlos. Tenemos una misión especial, entonces, de restaurar y desarrollar las naciones y las economías de las Américas como una labor conjunta, una labor de cooperación, algo que supuestamente sería parte de la colaboración con las naciones de Europa y también —como insisten los brasileños— del desarrollo de África, en especial el África negra.

Tenemos una perspectiva mundial que es una extensión, entonces, de lo que refleja la Doctrina Monroe. Y tenemos que tener un sentido de lo que se requiere en cada uno de estos casos, de mantener la soberanía, el desarrollo soberano de estados como Perú, mientras que al mismo tiempo tenemos un sentido de cooperación internacional entre estas fuerzas, en el interés común del desarrollo de nuestro hemisferio y la cooperación en el desarrollo de Eurasia y África.

Ese es pues, para resumir, un producto de lo que la Doctrina Monroe representaba en 1823, que, como dije, no es algo que empezó con John Quincy Adams en 1823, sino que es un reflejo de todo un proceso que llevó a la formación de los EU como la primera república de Estado nacional moderno establecida de forma constitucional, y que llevó a muchos otros desarrollos en relación a Eurasia y dentro de las Américas en el pasado. Así que debemos vernos como parte de un proceso, de una tradición, de un proceso de desarrollo en nuestro propio hemisferio y afuera. Así es como debemos considerarnos a nosotros mismos, como parte de un proceso, de una tradición, un proceso de desarrollo. Y ésa debe ser la base para pensar como ciudadanos de naciones individuales, en tanto que nuestras naciones forman parte de una comunidad de naciones.

Pregunta: Buenas tardes, señor LaRouche, mi nombre es Justo Vargas. Yo soy miembro de la juventud larouchista. Yo quisiera decirle lo siguiente: si bien es cierto, ante el colapso de la situación mundial y ante el resquebrajo de las principales economías del mundo, y no solamente eso, nosotros que vivimos en esta parte del mundo, básicamente me refiero al continente sudamericano, usted sabrá perfectamente del colapso de muchas economías de nuestros países. Yo quisiera que usted nos hablara un poco más de esto que me ha entusiasmado mucho a mí, de lo que significa economía física.

He leído bastante sobre lo que son los trabajos de economía clásica, neoclásica y, ahora, lo último de lo que es la teoría marginalista. Pero esto de la economía física rompe absolutamente todos los esquemas en los cuales el mundo está ahorita guiándose.

Yo quisiera que usted nos hablara más acerca de lo que significa la economía física y sus aplicaciones aquí en esta parte del continente; los grandes proyectos del Amazonas y de las vías que pueden unir el Atlántico con el Pacífico a través del río Amazonas; las grandes centrales hidroeléctricas; el aprovechamiento de fuentes de energía, de calor, en Brasil; el aprovechamiento de las minas en los diferentes lugares de la sierra del continente americano. Me gustaría mucho que usted pudiera estar presente próximamente aquí en el Perú.

Para nosotros, para la juventud larouchista, de alguna manera usted sería una fuente de inspiración; algo así como lo que he visto en las videoconferencias que suele usted dar frente a las juventudes larouchistas en California. Me gustaría que usted pudiera venir aquí al Perú. Nosotros haríamos lo indecible para poder realizar una conferencia y poderlo tener a usted para poder conversar estos y otros muchos temas de mayor relevancia.

Muchísimas gracias por anticipado por su respuesta.

LaRouche: Hay cuatro áreas que tenemos que cubrir antes de hablar de una visita al Perú.

Primero que nada, ¿qué queremos decir por economía? La economía como la conocemos, la economía civilizada, empezó en el siglo 15, en el Renacimiento del siglo 15. ¿Por qué? Porque antes, bajo el período feudal y bajo los romanos y antes, la mayoría de la humanidad, en la mayoría de los países, en la mayoría del mundo, eran tratados como ganado humano, en donde un pequeño grupo dominante controlaba a la población y la usaba como ganado humano, precisamente como lo describe el fisiócrata François Quesnay.

El primer momento en que tuvimos un Estado nacional moderno, en el sentido de un Estado verdadero, es decir un Estado nacional, fue en el momento en el que finalmente se entendió la ley de que no iba a haber ganado humano. En donde todos los seres humanos son humanos y, por tanto, el principio, que es el principio de Sócrates en la República de Platón, este principio del ágape, o lo que el cristianismo denomina de varias maneras, ágape, o el "bienestar general", o el "bien común", de que ningún estado o gobierno tiene legitimidad a menos que esté comprometido al servicio del bienestar general, del bien común de toda la población y su posteridad.

Este es el comienzo de la economía. Antes de eso no había economía, porque existía una situación donde la mayoría de la gente era tratada como ganado humano, que existía sólo para la conveniencia y disposición de un pequeño grupo de personas, como en el Imperio Romano, en Mesopotamia, en Esparta y en el feudalismo, particularmente el feudalismo ultramontano. Y fue sólo con la enorme revolución del siglo 15, que esta idea grecocristiana del bienestar general, del bien común, o lo que se llama en griego el ágape, como en Corintios I:13, se aceptó como un principio de Estado y de práctica nacional. Y ahí donde la nación reconoce, constitucionalmente o de manera análoga, la obligación del soberano de servir a los intereses del bienestar general de la población y su posteridad como un todo, es que entra la cuestión de una economía nacional funcional y, por supuesto, de una a nivel mundial como resultado.

Ahora esto funcionó, pero también fracasó, porque en 1511–1512, cuando los españoles cambiaron de bando y se unieron a los venecianos, y empezaron una guerra iniciada por los Habsburgo contra del resto de Europa para evitar su cooperación, entonces la civilización se fragmentó durante el período de 1511 a 1648. Un período dominado por guerras religiosas y otras similares. Y fue sólo en 1648, con la intervención exitosa de Mazarino en la formulación del Tratado de Westfalia, que finalmente surgieron los estados nacionales modernos. Y España era una bazofia en aquella época, como resultado del régimen Habsburgo, el cual destruyó a España con estas guerras religiosas, agotándola. Y luego se produjo la Guerra de Secesión y demás. Pero de cualquier manera, los Habsburgo continuaron dominando a Europa por un período que se extiende más allá de 1812–15, que condujo al Congreso de Viena.

Pero en este proceso, la operación de los venecianos en el siglo 16, condujo a la división de Europa entre la llamada facción ultramontana tradicional, caracterizada y dirigida por los Habsburgo y las familias aliadas que continuaban la tendencia feudal, misma que pasó a conocerse como la tendencia del sistema liberal angloholandés.

Ahora, el sistema liberar angloholandés se inspiraba en el sistema veneciano. Y Venecia, que desde los tiempos del emperador Oto III había consolidado su poder como potencia imperial marítima, basada en algo así como un légamo de intereses oligárquicos financieros que cada vez más dominaban la región del Mediterráneo y Europa. Hacia fines del siglo 18, el poder veneciano había menguado. Venecia había desarrollado en el norte de Europa, en la costa norte de los Países Bajos y la región del Báltico y demás, los llamados países escandinavos, y en Inglaterra también, una forma de sociedad inspirada en el sistema veneciano, es decir, en la idea de una oligarquía financiera gobernante, como la veneciana, que ejercía un poder marítimo de calidad imperial en favor de los intereses pecuniarios de la oligarquía financiera. Esta forma se convirtió en el modelo liberal angloholandés.

Ahora, los EU se fundaron, no como resultado de lo que los británicos llaman capitalismo, o lo que Marx llamó capitalismo, que no es sino su racionalización de los que los británicos identificaron como el modelo angloholandés, caracterizado por el hecho de que el gobierno se encuentra bajo el dominio de los intereses financieros oligárquicos, cuyo poder se basa en un sistema de banca central o su equivalente. Es decir, un grupo de intereses financieros que controla, como una especie de limo, al sistema de banca central que, como tal, ejerce el poder sobre el gobierno. Por tanto, esto es lo que Marx llamó "sistema capitalista", o también conocido como el sistema angloholandés.

Ahora, el Sistema Americano no tiene nada que ver con esto. El Sistema Americano como tal, es un sistema de Estado nacional, como Federico Liszt lo subrayó. Bajo el sistema de economía nacional, o el Sistema Americano de conomía política, el Estado nacional, el soberano, es absolutamente soberano. Es decir, no hay autoridad en la nación que esté por encima del Estado nación como tal. El Estado nacional está obligado a servir al bienestar general, como lo tipifica el preámbulo de la Constitución federal de los EU. Hay tres principios, dos principios fundamentales y una cualificación, que se establecen en el preámbulo de la Constitución: 1) el Estado es absolulatente soberano, no hay ninguna otra soberanía; 2) la función del Estado es servir al bienestar general; y, 3) los intereses de la posteridad deberán regir la definición del bienestar general.

Estos son los principios. Por tanto, en una economía de Estado nacional, encontramos que casi toda la economía de la nación involucra infraestructura económica básica, que puede dirigirse y mantenerse por el gobierno o por concesiones que hace el gobierno, como las compañías de servicio público. Y el resto de la economía se rige por esto; el gobierno federal controla y regula la moneda y el sistema bancario de la nación. Este es el sistema de economía nacional del Estado nacional, el cual es totalmente contrario al sistema liberal angloholandés, que es el modelo liberal neoveneciano.

Así que la mayor parte de los problemas que surgen acerca de tal o cual cosa "tradicional", no son sino galimatías. No son verdaderos. Sólo hay dos versiones de economía en la Europa moderna. Uno, es el modelo liberal angloholandés, con su sistema marxista o soviético como variante. Es decir, como el propio Marx insistió, lo que él consideró socialismo, y los que las autoridades soviéticas interpretaron de su interpretación, no es sino una variante del sistema liberal angloholandés. En tanto que el modelo americano es completamente diferente, el sistema de economía nacional, en el que lo primordial es el Estado nacional, y en el que toda la autoridad financiera se subordina a la aplicación del principio del bienestar general de la población existente y futura de la nación.

Y estos son los conceptos con los que debe empezarse en la economía. Al debatirlos con otra gente, debemos recalcar esto con claridad, para deshacernos de estas interpretaciones fraudulentas. Porque hay que analizar los axiomas. Axiomáticamente, todo lo demás son variantes de una economía liberal angloholandesa, que es el modelo neoveneciano, en oposición al Sistema Americano, que en esencia es un sistema de economía nacional congruente con el principio sobre el que se fundó el Estado nacional, como en el caso de Luis XI y Enrique VII en el siglo 15.

Este es el gran conflicto en el planeta. El sistema soviético o el sistema marxista, que por lo regular es susceptible y refleja, como efecto especial, una reacción especial, hacia y dentro del marco del sistema liberal angloholandés, es como un sistema "liberal, no liberal". Vemos las cosas en esos términos.

Una vez que aclaramos esto, la idea de economía física resulta obvia. La función de la economía no es monetaria. La función de la economía es mantener el bienestar general; y éste no se mide con dinero, se mide en las condiciones de vida de la gente, y en el bienestar futuro de toda la población y de la nación, y de otras naciones también. Por tanto, ¿cómo mejoramos las capacidades productivas del trabajo? ¿Cómo mejoramos los niveles de vida? ¿Cómo aumentamos la densidad potencial de población de una nación, en términos de las condiciones de vida? ¿Cómo elevamos los niveles de educación? Porque si tenemos una población pobre, no puede educársele en la universidad, porque tendrán que trabajar antes de los 25 años de edad, y morirán a los 40 o 45. Entonces, ¿cómo tener un programa educativo completo hasta el nivel universitario con este tipo de población?

Por consiguiente, el desarrollo físico de la nación, de la infraestructura, de las condiciones de vida, de los poderes productivos del trabajo per cápita, son lo primordial. Y los sistemas monetarios y de crédito simplemente deben ser instrumentos administrativos subordinados a estos fines. Entonces, al definir la economía, no defines las leyes del sistema monetario o de un sistema de crédito, defines las leyes de sistemas físicos, de la relación del hombre con la naturaleza. Y para este objeto, ¿cómo aumentas la densidad potencial de población de la especie humana? ¿Aumentando la expectativa de vida, con el efecto de aumentar el nivele de vida en lo intelectual y de otros modos, para todos los miembros de la sociedad? Eso es economía física, a la que deben subordinarse los sistemas monetario y de crédito, bajo un gobierno nacional. O un concierto de gobiernos nacionales, que acuerdan propósitos comunes a través del ejercicios de sus soberanías individuales.

Ahora, lo que podemos hacer, no sé exactamente en Perú. Ustedes saben que me gustaría estar ahí, obviamente. Ese no es el problema; me han mantenido muy ocupado últimamente, lo cual es bueno, pero también es malo porque impide que se hagan algunas cosas. Pero debemos pensar en términos de cómo fortalecer el movimiento de juventudes, inluyendo lo que mi presencia pueda contribuir a ello, por medio de mis escritos, de conversaciones, y también a través de intercambios temporales de gente de una parte del mundo a otra, de modo que las experiencias del movimiento de juventudes, sus tareas educativas, puedan compartirse en diversas partes del mundo, y que tengan una noción internacional de lo que estamos haciendo. Creo que eso es muy importante. Creo que tal vez deberíamos pensar en ciertas metas, en términos de actividades institucionales, para avanzar esto en Perú y en otros países.

Pregunta: Soy Eduardo Chávez Collantes. ¿Qué pautas esenciales deben seguir los jóvenes para salvar a su nación? Y, ¿cómo empezar a descubrir cuáles son los axiomas falsos que nos han inculcado, para poder corregirlos y no fallar en nuestro liderato?

También, siempre he tenido esta interrogante sobre lo que es literatura renacentista, quisiera saber si en su país y en otros países hay escritores que siguen desarrollando literatura renacentista. Si los hay, ¿puede citar el nombre y la obra de algunos de ellos?

LaRouche: Lo que yo propongo respecto a esto de los axiomas es que, lo que he hecho, es diseñar este programa, y el programa saltó de mi boca, literalmente, en ciertos momentos, cuando la gente ma hacía preguntas. Pero no por esa razón fue accidental. Simplemente decía cosas que, como resultado de una gran experiencia acumulada, me llevaron a dar tales respuestas. La pregunta surgió hace tiempo, sobre qué debe hacer un movimiento de juventudes respecto a la educación. Nos referimos a jóvenes que estaban abandonando las universidades —que no servían para nada—, y nos planteamos entonces, "¿qué podemos hacer por la educación si las universidades no sirven? ¿Adónde vamos? ¿Qué hacemos?"

Así que dije que había que empezar con el teorema fundamental del álgebra de Gauss de 1799, la edición en latín, en donde denuncia los errores de Euler y Lagrange con respecto al llamado "problema de Cardan". Y empezamos por ahí. El descubrimiento de Gauss es una tipificación, una confrontación en la historia de la física y las matemáticas. Es una una tipificación del problema de las matemáticas, que es simplemente una especie de sopa donde se asume que puede calcular todo por medio de alguna matemática universal; lo cual no es cierto, porque esto asume que no hay tal cosa como principios físicos universales verdaderos en el universo.

Por tanto, Gauss muestra que un sistema cartesiano, o un sistema empirirsta cartesiano, como el que describe Newton, como el que se le asocia; o el descrito por Euler, por Laplace, por Cauchy y otros, son basura. No se corresponden a la realidad.

Lo que nos vemos obligados a hacer, por tanto, es revisar, como Platón lo hizo en su noción de poderes. Lo vemos en varios ejemplos muy elementales que hemos sugerido. Por ejemplo, la definición de la coma por Pitágoras; la coma no es una entidad matemática, la coma se define por el hecho de que, en la voz cantante, en una buena voz cantante, cuando canta una escala para arriba y para abajo, habrá ciertas diferencias. Pero si tomas un monocordio, es decir, una cuerda vibrante bien tensada (como la de cualquier instrumento musical de cuerdas), y se coloca junto a una escala de medir, cuando un ser humano canta la escala de arriba a abajo, en un modo [mayor o menor], de arriba a abajo, se pone una marca en la escala en el punto que coincidan la cuerda monocorde y el tono del cantante, en donde puedan notarse estas diferencias, en lo ascendente y lo descendente. Estas diferencias se han denominado el concepto de la coma, un concepto genérico, que no es una simple magnitud matemática, en el sentido aritmético, sino que es una magnitud física que existe independientemente de la medición, pero que puede medirse, en ese sentido.

Esa es una cuestión. Ahora tenemos el problema de la línea. ¿Cómo se construye una línea exactamente del doble de la longitud de una línea dada, sin salirse de ella? No se puede. Y dicen: "Sí, puedo doblar una línea. Puedo usar un compás y doblar una línea". "Ahh, pero te sales de la línea para hacerlo, ¿no?" Así que dentro de la línea no se puede, pero cuando te sales de la línea, ¿qué haces? Estás creando una superficie. Ahora bien, una superficie no es una línea. Por tanto, ¡estás haciendo trampa! Una trampa intelectual, un fraude. No puede doblarse la línea ¿excepto a través de que? Excepto recurriendo a un poder superior. El concepto de superficie es un poder superior. ¿Cómo puedes doblar un cuadrado? Hay forma de hacerlo, pero tienes que hacer lo mismo: debes salirte del cuadrado. Y alcanzas otro concepto, un concepto general, de una serie para doblar cuadrados. Esta también es una noción de poder. Luego te planteas, "¿cómo puede doblarse el cubo?" El famoso "problema délico" al que se refiere Arquitas, el seguidor de Pitágoras, en su discusión con Platón; y él se convierte en una figura central de las matemáticas y la filosofía griegas. ¿Cómo puedes doblar un cubo por construcción? Bueno, no se puede, de ordinario, pero existe una solución. Y esta implica poderes.

Luego tenemos otra medición, que planteó, de nuevo, otro matemático griego, Teetetes: ¿Cuántas caras puede tener un polígono regular? Por construcción. Y como resultado, arribas a los cinco sólidos platónicos.

Así, todo esto mide poderes. Es decir, la mente humana va, no desde dentro de las matemáticas a calcular aritméticamente, sino a través de poderes. Y vemos que todo lo que conocemos, físicamente, en la naturaleza, es el descubrimiento de algún poder; algún poder que la mente entiende. Y esto deviene luego en que los poderes se vuelven reales, en el sentido en que Leibniz usa el término "poder", o "Kraft", en su descripción de la economía física, que es que, al incrementar el poder, para trabajar, logramos incrementar el poder de la humanidad en y sobre la naturaleza.

Entonces, tenemos la idea de poderes. Y así, tenemos una matemática de los poderes, que es lo que Gauss prueba con su demostración del llamado "dominio complejo", en oposición a Lagrange, Euler y otros. Así, decimos: "Los poderes de la existencia de la humanidad, y el mejoramiento de las condiciones de vida de la humanidad como especie, se basan en el descubrimiento y aplicación de estos poderes. En el aumento de estos poderes, en y sobre la naturaleza". ¡Ah! Entonces, contamos con una historia de la ciencia, ¿no es así? Y si estos poderes representan la ciencia, entonces la transmisión de estos descubrimientos de una generación, o de una cultura a otra, representa la transmisión del poder de la humanidad para existir. Esa es la historia de la ciencia. Y, por consiguiente, la historia del hombre, y la de las naciones, la historia de las culturas se convierte en la determinación de la forma en que las sociedades acumulan y utilizan estos poderes. Esta concepción de la historia de "¿a qué nos referimos con poder? ¿Qué queremos decir con descubrimiento? ¿Qué significa una idea?"

Otro aspecto de esto, relacionado con esto, es el asunto de la caverna de Platón. La gente simple, sin educación, ignorante, dice: "Yo creo y sé lo que he visto, olido y probado con mis sentidos". Estos son ignorantes, no se han elevado intelectualmente por encima de un mono o un simio superior. ¿Cuál es la diferencia? Como dice Platón, usando la alegoría de la caverna, nuestros sentidos en realidad no son más que parte de nuestro organismo viviente y mortal. No saben lo que sucede fuera de nuestra piel, y reaccionan al cosquilleo de lo que pasa dentro y fuera de nuestra piel. Así que esto no es la realidad. Lo que nuestros sentidos nos dicen es sólo una sombra de la realidad que causa las sensaciones.

Ahora, cuando descubrimos estos poderes y podemos demostrar su eficiencia, hemos alcanzado las ideas, que son ideas de la realidad que existe fuera de nuestra piel. Ahora conocemos lo que produce el cosquilleo, a diferencia de las simples cosquillas. Entonces, vemos la ciencia como este tipo de ideas, conociendo los objetos que no podemos ver, probar, oír, oler, ni tocar. Los objetos que producen las sombras o el cosquilleo que nuestros sentidos ven o creen que ven. Estas son las ideas, ideas científicas, ideas de historia, ideas del hombre. Esta es la naturaleza de la cultura. Y esto es lo que debe ser la educación, lo contrario es falso.

Por tanto, el hombre, en un sentido, es inmortal. ¿Por qué? Es mortal. Es mortal en términos de los sentidos. Pero el hombre como ser mortal es capaz, a través del poder de las ideas, de descubrir principios que existen fuera de la piel, principios que producen sombras, que llamamos "percepción sensorial".

Al transmitir estos principios de una generación a otra, de una cultura a otra, devenimos, en un sentido, seres inmortales. Porque ahora, durante nuestra vida mortal, vivimos en un intervalo espacio–temporal en el que nos afectan cosas fuera del mismo, cosas del pasado, por ejemplo, y del futuro. De modo que tenemos un sentido de la simultaneidad de la eternidad. Tenemos, así, un sentido moral propio de que en esta vida, en un sentido, vivimos un corto lapso de tiempo; tiempo mortal. Pero actuamos sobre el pasado y el futuro. Y, por tanto, lo que pensamos es moral, lo importante es cómo actuamos hacia el pasado y hacia el futuro. ¿Qué efecto producimos hacia el pasado? ¿Y hacia el futuro?

Cuando tenemos ese tipo de sentido, tenemos una visión completamente diferente.

Ahora, hablando de literatura. Bueno, en su mayoría es basura. Los escritores contemporáneos son basura mayormente. No tienen la educación que conforma lo que acabo de describir. No saben de lo que se trata. Hay gente que escribe poesía, que no saben nada de poesía. Los poetas modernos no valen nada. Los escritores modernos, como los conozco en general, no valen nada, en términos de valor artístico. La música moderna generalmente no vale nada, el arte moderno no vale nada. La mayor parte del siglo 20 fue una catástrofe artística. Tal vez haya habido alguna gente que trató de mantener la tradición del trabajo artístico de un período previo, pero como período cultural, el siglo 20 fue una catástrofe. Y el siglo 21 no ha mejorado nada.

Así que no hay que buscarle. No hay que tratar de encontrar el arte moderno serio. O la cultura seria. No existe tal. Hay muestras del pasado que son grandes ejemplos de su tiempo, de los grandes logros del verdadero arte clásico. Remontándose al pasado, pueden verse las estatuas clásicas griegas en las que se muestra, no un arte funerario, sino la escultura de un cuerpo sorprendido en movimiento, que es coherente con el principio de movimiento de la catenaria, de la acción universal mínima posible.

De modo que esas son las obras que hay que buscar. El gran arte, habremos de crearlo. Pero el gran arte no es sino la aplicación de los mismos principios que usaron los grandes artistas creadores del pasado. Es comunicación de ideas, basada en cosas como la ironía, las metáforas y demás. Hay gran arte, pero es del pasado, y lo que se enseña en las universidades hoy como arte, o acerca del gran arte del pasado, es más una pérdida de tiempo. Si se quiere gran arte, habrá que crearlo. Si quiere revivirse la gran tradición artística, habrá que hacerlo.

Pregunta: Yo soy Ronny Chanca, también soy un representante del movimiento larouchista aquí en Perú. Sobre Iberoamérica: ¿en qué corriente de pensamiento se pueden englobar los primeros modelos de república?

LaRouche: Recuerda que la idea de república se consolidó en su forma, en su expresión primera, en una serie de escritos de Platón, que incluía lo que se llama su República, en donde se plantean una serie de problemas de la sociedad. También se tienen en Grecia antes, bajo Solón, las reformas de Atenas, y el poema de Solón reprochándoles a sus conciudadanos, ya anciano, el permitir que la Atenas que él había liberado degenerara en la decadencia. Estos eran, pues, los modelos de república. Las ideas de república que provienen de la antigua Grecia clásica, que recogieron los europeos y los influenciaron, y las Américas también, por supuesto.

Esto es lo que significa la república. La idea de una sociedad, de nuevo; lo fundamental a recordar es a Sócrates en la discusión de la República, de estos tres peronajes que creó Platón, Trasímaco, Glaucón y Sócrates, que son los tres modelos de estadismo de esa época, (o modelos típicos), en donde Sócrates, en su polémica contra Trasímaco y Glaucón, define el concepto de ágape. El cual traduce el apóstol Pablo, ágape como "bienestar general" o "bien común": que no trabajamos para esto o aquello, no trabajamos para seguir un puñado de reglas de qué hacer y qué no, sino que nuestro trabajo sirve a un propósito superior, que no lo define ningún reglamento específico, sino que es escencialmente nuestra misión, transmitida a nosotros por las circunstancias. La misión de promover el bienestar general de la humanidad y sus generaciones futuras.

Ese tipo de concepto debería dominarnos. República significa también, por supuesto, que se tiene, además de las relaciones sencillas entre la gente dentro de los confines de una jaula, llamados "fronteras del Estado nacional", la responsabilidad de desarrollar la tierra. Tomemos concretamente el caso del Perú. Bueno, tienen una gran área de desierto, que en algún momento tenía más agua y estaba más mejor desarrollada, hace mucho tiempo. Y lo preocupante es que no hay agua ni energía, para convertir esa área, de manera eficiente, en el tipo de terreno necesario para la población, lo cual implica un trabajo enorme por hacer en el desarrollo del agua, en infraestructura económica básica, en transporte, en la producción y distribución de energia y electricidad, en la educación. Todo esto debe hacerse.

De modo que el mantenimiento del área en donde vive la población, para crear las condiciones necesarias para mejorar la vida en esa región, también es parte integral, es el aspecto físico, el aspecto económico de la república. De ahí la importancia de la responsabilidad y participación de cada persona de esa nación en esas actividades, que son necesarias para el desarrollo de la tierra, así como de las personas y la población como un todo. El individuo encuentra el sentido de su existencia en su contribución a este proceso en general. De modo que la república no es simplemente un modelo de relaciones entre individuos de una manera simple e individual. Es la relación de cada individuo con el desarrollo del territorio y la población de ese estado. Y también implica una cierta relación de los estados alrededor de ese estado en partiucular.

Estos conceptos son, pues, escenciales. Son escenciales precisamente para las Américas hoy. Por ejemplo, necesitamos un sistema de transporte, un sistema de redes de energía eléctrica y demás, que se extienda desde Alaska en la región ártica, hasta Tierra del Fuego. Necesitamos esos sistemas, y los necesitamos por muchas razones. El Amazonas por ejemplo, es un sistema que se ubica principalmente en Brasil, pero no se limita sólo al Brasil. El sistema del Amazonas incluye también al Perú, a Colombia y a Venezuela; afecta también a Perú, Paraguay y Uruguay. De modo que el sistema del Amazonas concierne a todos esos estados, y su desarrollo y manejo, y lo que representa, es una preocupación conjunta. Por tanto, la idea de república rebasa las simples fronteras nacionales, hacia la cooperación de repúblicas vecinas en asuntos de interés común general.

Todo se reduce a contar con un sentido de misión: vivimos un período de tiempo limitado. La población de una nación, de una generación, de dos o tres, y a veces hasta una cuarta generación, viven juntas. Es decir, que en un momento dado se tiene a cuatro generaciones viviendo al mismo tiempo, interactuando. Pero viven también en relación a la población que vino antes y la que vendrá después. Así que se tiene una misión. ¿Y cuál es mi cometido? ¿Vivo para hacer qué? ¿Qué somos los que vivimos hoy? ¿Cuál es nuestra misión? Así, la república pasa a ser, en lugar de algo estático, en lugar de algo como una jaula en que se interactúa, de los individuos interactuando, un sentido de misión, en el tiempo y en el espacio. ¿Qué es lo que hacemos en nuestro tiempo? ¿Qué hago yo como parte de este proceso? Estos conceptos, creo yo, son los cruciales.

Pregunta: Buenas tardes. Tengo muchas inquietudes. Pero una principal, es acerca de la Convención 169 de la OIT, que le da a los indíginas ciertas capacidades para negociar acerca de los recursos naturales que ya hay en sus áreas y en sus hábitats, que excluye a los gobiernos. ¿Esas riquezas naturales, que hay muchas en Latinoamérica, podrían estar al servicio de las naciones si es que una corriente ideológica pudiera surgir como una fuerza a nivel Iberoamericano? Y, en todo caso, ¿los gobiernos en este momento están en condiciones de generar propuestas para que estas riquezas sean administradas en la región? Muchas gracias.

LaRouche: El problema es que tenemos una política en los EU que, entre otras cosas, planteó Henry Kissinger en 1974. Se le llamó Memorando de Seguridad Nacional 200, (NSSM–200). Este establece que la política de EU es que los recursos naturales de regiones tales como América del Sur y África deben preservarse para el consumo futuro de los pueblos de los EU y el Reino Unido. Específicamente en este caso, de los EU.

Esto sucede ya en África, donde hay un genocidio intencional contra los habitantes del África negra, con el propósito de privarlos del uso de los recursos naturales de su continente, así como de reducir la población, para de ese modo disminuir el número de gente que consuma cualquier cosa en esa región. Esta misma política se aplica hoy en Centro y Sudamérica.

La función que el Fondo Mundial para la Naturaleza y otras pandillas, como en Brasil, han venido a cumplir, es el de asegurar que no se le permita a ningún país de América del Sur el utilizar sus principales recursos naturales. Toda la región del Amazonas, por ejemplo, se encuentra bajo el control de agencias de este tipo. Está el caso de la frontera de Brasil con Bolivia, Paraguay y Uruguay, en donde los moonies, que en realidad forman parte de este tipo de fraude, han asumido control de gran parte de ambos lados de la frontera de Paraguay, y también de Uruguay, con el propósito de impedir que las naciones tengan soberanía sobre sus propias fronteras, y en especial con respecto a sus recursos naturales.

Brasil no tiene soberanía sobre el Amazonas en este momento, debido a fuerzas privadas como el Fondo Mundial de la Naturaleza. En África, tenemos la misma situación; tenemos el retorno de la monarquía británica con parques de elefantes, parques de gorilas, con reservas naturales en las fronteras. Estas zonas fronterizas fueron las que Uganda utilizó para invadir a Rwanda y Burundi, y empezar el genocidio que se ha producido ahí y en partes del vecino Congo desde entonces. Vean el mapa de África y sobrepongan el mapa de estas organizaciones no gubernamentales (ONGs) que manejan regiones enteras del mundo.

Los gobiernos de Centro y Sudamérica no tienen ninguna autoridad en este momento de siquiera utilizar los recursos naturales para generar un ingreso nacional. Pueden pensar que la tienen como parte de la ley, pero hay que ver el código de la ONU, y éste dice que "no se puede", y la política de los EU dice que "no puede". Así que no hay forma de evadirlo. No puede encontrarse una laguna legal en las leyes actuales para eludir estas políticas opresivas. Tenemos que llamar a la agencia opresora a rendir cuentas. Esto significa que los reglamentos de estas ONGs y otras afines en las Américas, por ejemplo en Brasil, en la frontera de la región del Amazonas, que impiden que estos países empleen sus recursos naturales, deben neutralizarse o virtualmente cancelarse. Y hasta que no se haga esto, no importa lo qué diga qué código, ustedes no tienen la autoridad de usar sus recursos naturales en el beneficio del Perú. No la tienen. Pensarán que la tienen, pero si ven cómo operan estas ONGs, que fueron las que llevaron a cabo el golpe contra Fujimori, por ejemplo, como el cartel narcotraficante que tiene el apoyo de la Bolsa de Valores de Nueva York, ustedes no tienen esa autoridad mientras esas agencias existan.

Si nos deshacemos de estas agencias, podríamos encontrar formas de usar estos recursos naturales para resolver los problemas de desarrollo de algunos de estos países, como propones. Pero bajo las circunstancias actuales, hasta que no quiebren a esa autoridad, ustedes no la tienen.


Jóvenes larouchistas de Perú. De pie (izq. a der.): Justo Vargas, Giannina Quispe, Dino Gavancho, Ivonne Ángeles, Henry Acuña y Ronny Chanca. Abajo: Omar Hidalgo y Eduardo Chávez. LaRouche y su movimiento de juventudes son decisivos para salvar a la civilización de una nueva Era de Tinieblas.


Los jóvenes larouchistas trabajan con geometría constructiva durante uno de los páneles del seminario del 27 de diciembre de 2002 en Lima, Perú.