Escritos y discursos de Lyndon LaRouche

LaRouche: El asunto sigue siendo la economía física

por Lyndon H. LaRouche y Nancy Spannaus

De acuerdo con las normas del actual sistema mundial, el Estados Unidos de América del presidente George W. Bush está en quiebra. Con sus medidas, tozudas hasta el fanatismo, está en quiebra irremediable, y muy pronto estará sumido en el profundo desplome mundial de reacción en cadena que corresponde. Muy pronto surgirán serias dudas, incluso entre los "fundamentalistas" estadounidenses, sobre si esa voz que el Presidente dice que ha estado escuchando es la del Creador.

Sin embargo, pueda que dentro de poco el presidente George W. Bush tenga motivos muy penosos para desear no haber sido reelegido. El próximo Presidente de EU puede confiar a plenitud en la pronta llegada de una economía en quiebra, de un Gobierno de EU virtualmente en quiebra, y en que no habrá señal alguna de que amainarán las marejadas de problemas, que él nunca pensó fueran posibles, y que golpearán a Washington, D.C., desde todas partes del mundo.

Como he recalcado con insistencia, el actual sistema monetario–financiero mundial ahora entra en una fase terminal de desplome generalizado global de la que nunca habrá de recuperarse en su forma actual. Los intentos desesperados por prolongar ese sistema más allá del arranque de la fecha temprana fijada para su muerte, hundirían al mundo entero en una nueva Era de Tinieblas para la humanidad por una o más generaciones venideras. Las medidas correctivas, propuestas de forma resumida en un informe sobre el papel que tiene la animación en el estudio de la economía, y que aparecerá próximamente en Resumen ejecutivo de EIR y en Resumen electrónico de EIR, representan el único enfoque práctico aceptable para hombres y mujeres adultos cultos y cuerdos, para reformar los sistemas económicos nacional y mundial.

Las medidas generales requeridas para enfrentar esta catástrofe monetario–financiera que arremete, de ser adoptadas, serían consideradas por los historiadores contemporáneos como un regreso a los remedios que probó el presidente Franklin D. Roosevelt. Sin embargo, como ya he indicado en el informe de marras, la solución no será tan simple. Como he advertido, lo que nos amenaza en lo inmediato es peor, mucho peor que la crisis mundial de 1929–33; el nivel de destrucción al que se ha sometido a las economías de Europa y las Américas en las últimas cuatro décadas es mucho mayor, en cuanto a su destrucción relativa, que cualquier cosa experimentada durante la presidencia estadounidense de Herbert Hoover.

Los remedios requeridos incluyen someter al actual sistema monetario–financiero mundial, incluyendo al sistema de la Reserva Federal de EU, a una intervención del gobierno para su reorganización por bancarrota. Sin embargo, pese a lo necesario de esa medida, no debe exagerarse su importancia en tanto solución al problema en y de por sí. Más bien, una intervención de reorganización por bancarrota debe considerarse tan sólo como la forma legal apropiada de proceder, con la cual nuestro sistema de gobierno constitucional pone el problema bajo un control lo bastante eficiente, como para permitirle tomar otras medidas que en realidad generen la recuperación económica de la cual depende ahora la existencia continua de nuestra forma de gobierno.

Para establecer de la manera más sucinta posible la calidad necesaria de diferencia decisiva en el enfoque:

En vez de tratar de lograr una recuperación de la economía física mediante reformas al sistema monetario–financiero, tenemos que crear de nuevo un sistema monetario–financiero nacional con lo que son, en lo constitucional, medidas "dirigistas típicamente americanas" en el dominio de la orientación de la economía física. Un ingenio perspicaz que haya leído las secciones anteriores del informe de marras, pudiera decir que "nuestra tarea es reanimar la economía física de EU". Si abordamos esa tarea con el enfoque debido a lo interno, estaremos aportando la matriz necesaria para nuestra función de conducción en rescatar al mundo.

El factor miedo

Sin un análisis cabal, que no tenemos disponible en este momento, hay dos cosas cruciales que pueden decirse sobre el resultado de las elecciones del 2 de noviembre.

Primero, que los demócratas y otros encuestadores subestimaron la movilización de protestantes fundamentalistas y católicos fascistas impulsada por Karl Rove. Éstos acudieron a las urnas en masa para reelegir al nominalmente cristiano George Bush, a pesar del hecho de que estaban votando contra sus propios intereses económicos y políticos, y contra la moralidad cristiana fundamental.

Segundo, que Kerry empezó demasiado tarde su campaña para conectar con el 80% de la población de menores ingresos y, por tanto, no alcanzó el impulso necesario para atraer a un número mayor de esos hombres, mujeres y jóvenes olvidados a las urnas, suficiente para derrotar la operación de Rove.

El estado de Ohio refleja ambas realidades en el microcosmo.

Ohio pasó de ser el estado con la mayor concentración de desarrollo industrial per cápita en el ámbito nacional, a ser el estado con la tasa más alta de desindustrialización de toda la nación. Este cambio ha causado una desmoralización enorme en la población, que ha hecho a la gente susceptible a operaciones como las que puso en marcha el estratega de Bush, Karl Rove. El elemento principal de esta operación se llevó a cabo usando la llamada enmienda sobre el "matrimonio entre homosexuales", que permitió movilizar al electorado en torno a una causa aislada.

Sin una intervención sistemática del Partido Demócrata para desenmascarar este complot fundamentalista como una distracción flagrante del problema de la quiebra de la economía física, grandes porciones de la población en lugares como Ohio mordieron el anzuelo. Decidieron hacerle caso omiso al hecho de que la llamada campaña "pro familia" de Bush y Cheney era responsable de arrojar a millones de familias al desecho humano, deslocalizando sus puestos de trabajo enviándolos al exterior, rehusándose a elevar el salario mínimo, y negándose a llevar a cabo el gran programa de construcción de infraestructura que es necesario para revivir la economía de EU. En otras palabras, una parte considerable de la población sucumbió a la irracionalidad, como evidencia el número de votantes que le dijeron a los encuestadores de salida en Ohio, que pensaban que la economía"estaba muy bien" con Bush.

Sin embargo, éstas son las mismas personas que han visto desplomarse sus salarios, cuyos hijos no encuentran trabajo, y que están al borde de la quiebra. Están negando la realidad, y votan movidos por el miedo.

Cuál es el próximo caso

Por supuesto, no puede decirse a ciencia cierta que el binomio de Bush y Cheney de veras haya ganado la votación en Ohio y en otras partes de las que tenemos informes. En Ohio, aún no terminan de contarse los votos, y, pese a que el senador Kerry reconoció su derrota, seguirán contabilizándose. Asimismo, los activistas demócratas han producido literalmente docenas de informes sobre las irregularidades que hubo en las elecciones en Ohio, desde el uso de máquinas electrónicas de votación, hasta escasez de máquinas, y varias otras medidas para suprimir el voto.

Lo que puede decirse es que la movilización de los hombres y mujeres olvidados en torno al asunto de la economía física, que llevó a cabo la Juventud Larouchista en las ocho semanas previas a las elecciones, llevó el resultado al punto en que era posible la victoria, si es que realmente no ocurrió y está encubriéndose con el fraude. Por tanto, la respuesta necesaria es intensificar la misma clase de movilizaciones en las próximas semanas.

En esas ocho semanas se distribuyeron en Ohio cientos de miles de volantes y folletos recalcando el tema de la economía física y de la crisis de influenza, y muchos jóvenes y demócratas de vieja data fueron movilizados de un modo que no lo había hecho el partido local hacía mucho tiempo. Después de las elecciones, el mensaje a los organizadores del Comité de Acción Política Lyndon LaRouche ha sido claro: No se vayan.

Por ello, LaRouche anunció que su Comité de Acción Política intensificaría sus actividades organizativas en torno a la economía física, empezando con una presentación que tuvo lugar en Washington, D.C., y se difundió por internet el 9 de noviembre. Además, continuaría el despliegue de sus organizadores en Ohio, Boston, Washington, D.C., y otros lugares decisivos. Con la realidad económica a punto de golpear, esos fundamentalistas que fueron engañados por Rove y compañía están a punto de recibir un baño de agua fría, y estarán en busca de una solución.

Puede verse un paralelo con el cambio del Gobierno de Herbert Hoover al de Franklin Roosevelt. En los 1920 el fundamentalismo desquiciado andaba desenfrenado en EU, como indica el caso Scopes —sobre si el hombre era descendiente del mono—, la fijación en la Prohibición, y otras "causas aisladas" irracionales. Fue necesaria la realidad de la Depresión y la conducción de Roosevelt para que la población despertara y actuara en defensa de sus propios intereses. Éste es el futuro que ahora vemos ante nosotros.

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